La Fiscalía de Ciudad de México detiene por homicidio al conductor involucrado en el choque de trenes en la Línea 3 del Metro
La investigación del choque de vagones en la Línea 3 confirma también un robo de cables que “afectó a la señalización y comunicación con el puesto de control”
La Fiscalía de Ciudad de México ha informado este viernes de la detención de Carlos Alfredo N, el conductor del tren que, primero, iba por encima de la velocidad permitida y segundo, no frenó antes de impactar contra el tren que estaba parado entre las estaciones Potrero y La Raza de la Línea 3 del Metro de la Ciudad de México. Carlos Alfredo ha sido acusado de los delitos de homicidio y lesiones intencionadas por el choque que provocó 106 heridos y la muerte de una joven. La otra causa que ha expuesto la Fiscalía para explicar el incidente es la quema y el corte intencionado de cables ubicados en dos registros que contenían cableado eléctrico “de comunicaciones, señalización y pilotaje automático” en la estación Potrero.
Este incidente se notificó el día anterior a las autoridades del Metro. Durante la madrugada del sábado, personal de mantenimiento se presentó al cierre del servicio en la zona. Hicieron el diagnóstico y detectaron un enorme daño material causado por la quema deliberada de cables en uno de los registros ubicados en la estación Potrero, según el informe de la Fiscalía. El personal señaló que la normalización del servicio llevaría varios días, así que, para no interrumpir la prestación del servicio mientras realizaban la reparación, el Puesto Central de Control estableció la conducción en modo “marcha de seguridad” para ese tramo, que consiste en: no rebasar los 15 kilómetros por hora en curvas y los 35 kilómetros por hora en rectas, y no salir del modo manual sin autorización.
Carlos Alfredo N, que ya había realizado antes una vuelta en la Línea 3, “no se apegó a los lineamientos contenidos en sus manuales técnicos”, según la información que obtuvo la Fiscalía de las cajas negras de ambos trenes. El tren número 24, conducido por el detenido, salió a las 9.05 de Potrero en conducción manual restringida. A mitad de camino, el conductor rebasó el límite de velocidad de 35 kilómetros por hora y el sistema del tren le detuvo de inmediato. Después, Carlos Alfredo N cambia el modo de pilotaje a “conducción automática” sin informar al puesto de seguridad y aumenta la velocidad a 45 kilómetros por hora, 10 kilómetros por encima de lo permitido.
La Fiscalía asegura de que “no existe evidencia”, después de analizar la caja negra, de que Carlos Alfredo N frenase o bajase de velocidad antes de impactar contra el tren 23 que estaba parado delante. La dependencia no ha señalado ninguna razón para que el conductor actuase de esta manera. Las autoridades también están investigando el corte y quema de cableado que “puede derivar en el delito de sabotaje”, aunque por el momento no han anunciado ninguna detención por estos delitos y se siguen revisando las cámaras de seguridad.
Incidentes en las otras líneas de Metro
Además de la información sobre el choque de trenes en la Línea 3, el vocero de la Fiscalía ha informado de las investigaciones por los incidentes que han tenido lugar estos días en otras líneas. Las autoridades apuntan a un sabotaje en el caso del desacoplamiento de dos vagones a la altura de Polanco en la Línea 7. Las investigaciones han determinado que “la posición y la limpieza del tornillo izquierdo de sujeción, indica que realizaron maniobras con la intención de provocar un incidente grave”, apunta la Fiscalía. Se ha iniciado una carpeta de investigación con el objetivo de determinar al sujeto que realizó esos cambios en el mecanismo.
En la Línea 12, el día previo a su inauguración, se detectó que la caja de cambio de vía, que sirve para cambiar la dirección del tren y evitar descarrilamientos o choque de trenes, había sido golpeada y estaba fuera de lugar. “Dadas las huellas de hundimiento registradas en la pieza, estas fueron realizadas con intencionalidad mediante una herramienta de construcción, de mecánica o similar”, indican. El mecanismo tuvo que ser reemplazado antes de la inauguración. En la Fiscalía hay un total de siete carpetas abiertas por daños intencionados de partes del Metro.
Este relato de los hechos va en la misma dirección que el de Claudia Sheinbaum, la Jefa de Gobierno de la Ciudad de México. Su defensa de que las fallas de las últimas semanas eran “episodios fuera de lo normal” la llevaron a pedir el apoyo de la Guardia Nacional, que envió a 6.060 elementos para “proteger a los usuarios frente a acontecimientos recientes”. Desde la llegada de la Guardia Nacional, el Metro ha recibido más atención mediática que nunca, en forma de protestas contra la militarización y un examen minucioso a todos sus problemas. Entre ellos, la disminución de la financiación durante su gobierno y las fallas, retrasos y hacinamientos denunciadas por los propios usuarios.
El Sindicato de Trabajadores del Metro, a través de su dirigente, Fernando Espino Arévalo, rechaza rotundamente los rumores sobre una posible escapada del conductor. “Él nunca se ha fugado, estaba en su casa, y esto provoca mucha inquietud entre toda la base trabajadora, nosotros no podemos trabajar en esas condiciones, no podemos realizar nuestras actividades cuando tienen miedo de que lo detengan a todos”, decía Arévalo en el programa de la periodista Azucena Uresti. No se ha referido a la información de las cajas negras, que revelan que el conductor superó la velocidad permitida y no frenó antes del impacto con el tren que estaba parado enfrente. Insiste en que el fallo que ocasionó el choque está en que alguien reanudó el servicio después de que se detectase la falla el viernes por la noche. “Alguien tuvo que aceptar que circuláramos pese a la falla”, defiende el dirigente.
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