López Obrador mete presión en la elección del presidente de la Suprema Corte: “El Poder Judicial está secuestrado”

Andrés Manuel López Obrador ha arremetido contra el Poder Judicial a pocas horas de que se elija al próximo presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación. “El Poder Judicial está secuestrado como estaba secuestrado el Poder Ejecutivo”, ha asegurado el mandatario este lunes, en su primera conferencia de prensa mañanera de este año. López Obrador ha asegurado que la corrupción impera entre los jueces y magistrados, y ha vuelto a salir en defensa de la ministra Yasmín Esquivel, aspirante a presidir el alto tribunal, después de que fuera acusada de plagiar su tesis de universidad. “Pobre abogada”, ha dicho sobre Esquivel, a quien propuso para el cargo a principios de 2019. “Toda una guerra de potentados, medios de información, columnistas, intelectuales del régimen, vendidos y alquilados”, ha agregado sobre el escándalo de plagio que ha marcado la carrera por la sucesión de Arturo Zaldívar en la Corte.

El presidente ha vuelto a la carga contra el Poder Judicial, después de varios roces y presiones para influir en las decisiones de la Suprema Corte. “El Poder Judicial se fue eclipsando con el dinero”, ha asegurado López Obrador a instantes de que se conozca quién presidirá el alto tribunal durante los próximos cuatro años. “Falta una renovación completa”, ha agregado.

López Obrador ha dicho que su movimiento ha tenido que “optar entre inconvenientes” y que la llamada renovación en el Poder Judicial está fuera del margen de maniobra que tiene en los dos años que le quedan como presidente. “Me planteaban una reforma constitucional”, ha asegurado el mandatario, “y dije ‘eso no’ porque no resuelve el problema, que viene de abajo hacia arriba”. El presidente fracasó en su intento de empujar una reforma constitucional para el sistema electoral y ha tenido que conformarse con un “plan B”, que modificó leyes secundarias para quitar atribuciones al Instituto Nacional Electoral y que fue aprobado antes de que concluyera el periodo de sesiones en el Legislativo en diciembre pasado. La Suprema Corte está llamada a decidir sobre la constitucionalidad de varios de los cambios de la reforma electoral.

El actual Gobierno, que ha representado un regreso del viejo presidencialismo que marcó la política de México durante el siglo XX, se ha caracterizado también por su recelo a los organismos autónomos y otras instituciones que suponen contrapesos a la figura presidencial. La corrupción, ha sostenido el Ejecutivo, “es de todo el cuerpo: son jueces, magistrados y hasta arriba en la Suprema Corte, con los 11 ministros”.

El presidente ha dicho que la polémica que ha envuelto al caso Esquivel fue detonada porque los conservadores la veían como su candidata para presidir la Corte. “Como imaginaron que la ministra Yasmín Esquivel era, en la mentalidad de la oposición, la designada por el presidente, corren contra Yasmín”, ha comentado. López Obrador fue cuestionado cuando la propuso como ministra, al ser esposa de José María Riobóo, un empresario cercano al presidente y uno de sus principales asesores en temas de construcción. Tras semanas de cuestionamientos sobre su probidad como jurista, será finalmente después de la elección en la Suprema Corte cuando la Universidad Nacional Autónoma de México decida sobre el plagio y sus posibles consecuencias.

“¿A quién quieren los del antiguo régimen?, pues ya lo dije, al más rico”, ha declarado López Obrador, sin nombrar a ninguno de los cinco candidatos a presidir la Corte por nombre. “Están siempre a favor del cliente, no del pueblo”, ha zanjado. En las últimas horas de la gestión de Zaldívar, un ministro que capoteó las presiones del Ejecutivo y que por momentos fue visto como su aliado en el Judicial, el máximo tribunal está llamado a una cita definitoria para su futuro en los próximos años.

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