Dromofest, el festival de periodismo que traza hilos entre las fronteras de América Latina

Ahora se ha convertido en uno de los proyectos de periodismo más interesantes de Latinoamérica, pero al principio fue solo un blog. Dromómanos, decidieron llamarle, que significa “persona con una obsesión excesiva por trasladarse de un lugar a otro”, según la RAE. Había que tener esa adicción para recorrer 55.000 kilómetros por todo América en un coche de segunda mano contando la historia que cohesiona más que ninguna otra al continente: el tráfico de drogas. Tres periodistas hicieron esta travesía: Alejandra Sánchez Inzunza, José Luis Pardo y Pablo Ferri. Para financiarse y poder seguir llenando el depósito, escribían reportajes para distintos medios de la región y, por amor al arte, contaban sus peripecias en aquel blog. En 2014 recibieron el premio Ortega y Gasset de periodismo por Narcoamérica, el libro que reunió aquellos textos.

Esa pequeña iniciativa sobrevivió al viaje y a los años hasta convertirse en Dromómanos, la primera productora de periodismo en Latinoamérica, dirigida por dos de esos tres viajeros iniciales, Alejandra Sánchez Inzunza y José Luis Veiras. Ellos son los creadores de Dromofest, un evento que del 26 al 28 de octubre buscará “impulsar la agenda sobre los temas que marcan América Latina: la política de drogas, democracia/autoritarismo y medio ambiente”, cuenta Sánchez en conversación con EL PAÍS. Para ello ha reunido a periodistas tan relevantes como Everardo González, escritor de La libertad del diablo, defensores de los derechos humanos como Helen Mack, o políticos como Marcelo Ebrard, el titular de la Secretaría de Relaciones Exteriores de México.

Los talleres, las conversaciones y el networking se realizarán en Ciudad de México, y a través de Hopin, la plataforma para hospedar videoconferencias en línea, tratarán de crear un espacio híbrido que permita hacer partícipe a periodistas de todo el continente de lo que allí se hable. Helen Mack, activista guatemalteca que lleva más de 20 años defendiendo los derechos humanos en Guatemala, hablará con Francisco Goldman, otro escritor y periodista guatemalteco, sobre la violencia en el país y en el resto del continente.

También habrá una conversación sobre política de drogas, el tema que desde sus inicios ha caracterizado Dromómanos, con Kassandra Frederique, directora de Drug Policy Alliance, que ha estado detrás de la regulación del cannabis en Estados Unidos y va a ser entrevistada por Carmen Aristegui en un momento de cambios en la región. Estados Unidos se está abriendo poco a poco a la legalización y la Colombia de Gustavo Petro trata de abrir la conversación en el sur del continente.

La plática sobre medio ambiente la liderará Neidinha Bandeira, una indigenista que vive en la Amazonia brasileña y lleva años trabajando en la defensa de su territorio. Darren Aronofsky realizó un documental sobre Rondonia, la zona en la que vive Bandeira, y sobre la comunidad indígena radicada allí. Será entrevistada por Lorena Arroyo, a cargo de América Futura, el nuevo proyecto sobre medioambiente de EL PAÍS. Para conversar con Marcelo Ebrard estará Jon Lee Anderson, periodista del New Yorker que ha cubierto todos los conflictos latinoamericanos.

“El periodismo es una experiencia, no solo algo que consumimos, forma parte de la vida de la persona”, cuenta Sánchez al respecto del lugar que ocupa este evento en el debate global sobre el lugar que debe ocupar esta profesión. “Se trata de ayudar a la ciudadanía a entender temas muy complejos y deshumanizantes como es el autoritarismo, o la batalla contra las drogas” de una forma que sea accesible y que esté constantemente buscando nuevas formas de expresarse, explica la periodista.

El futuro del periodismo en la región es mejor que el pasado, aunque ahora también enfrente sus retos. “El periodismo independiente es cada vez más fuerte. Se está convirtiendo en un verdadero apoyo a las democracias”, dice Sánchez, y menciona a medios como El Faro, en El Salvador, que pese a la represión del gobierno de Nayib Bukele, su presidente, operan y siguen sacando historias que desafían al poder. “El periodismo en la región ha crecido muchísimo y cada vez tiene mayor calidad”, resalta la entrevistada.

Y los enlaces entre los distintos países cada vez son más fuertes. La red de periodistas se va hilando hasta hacer una madeja con la que se protegen unos a otros, como han hecho en Dromómanos con su proyecto Redacción Regional, que ayuda a los periodistas de países como Nicaragua, El Salvador, Honduras o Guatemala a contar historias que serían de otra forma censuradas en los países en las que suceden.

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