López Obrador, sobre la filtración de Guacamaya: “Fue un rotundo fracaso”
El presidente asegura que el escándalo por el ciberataque no afectó a su Gobierno y afirma que ya no se va a “enganchar” con las investigaciones periodísticas que vengan
Andrés Manuel López Obrador ya no quiere hablar sobre la filtración masiva de correos de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena). El presidente ha llegado a un punto de hartazgo después de que las investigaciones periodísticas a partir del hackeo que hizo la organización Guacamaya y que se han mantenido en la agenda pública durante tres semanas. El mandatario ha salido este martes una vez más en defensa de las Fuerzas Armadas y ha vuelto a restar importancia a la información que se ha divulgado. “Quisieran que les ayudáramos hacer el caldo gordo tratando el tema, que fue un rotundo fracaso”, ha declarado en su conferencia de prensa mañanera.
“Busquen otro asunto, ya eso no funcionó”, ha comentado López Obrador tras la pregunta de una reportera en Tamaulipas, en una rueda de prensa en la que estuvo también el titular de la Sedena, Luis Cresencio Sandoval. El presidente calificó las revelaciones a partir de los seis terabytes filtrados como “guerra sucia”.
Las investigaciones periodísticas han destapado operaciones de espionaje contra periodistas, activistas, políticos oficialistas y de oposición, organismos de la sociedad civil y movimientos sociales. Han sacado a la luz denuncias de abusos sexuales dentro del Ejército, omisiones públicas sobre el estado de salud del presidente, comunicaciones sensibles y desacuerdos entre las carteras del Gobierno y con las autoridades de Estados Unidos, y han desvelado planes para seguir apuntalando el protagonismo de la Sedena como una suerte de “supersecretaría” en la Administración de López Obrador. “No van a encontrar nada”, ha aseverado el mandatario tras el mayor ataque cibernético que ha sufrido un ente de Gobierno en México.
Las revelaciones han provocado indignación entre miembros de organizaciones civiles, la Iglesia católica y políticos. Se han colado en la mesa de negociaciones con Estados Unidos, cuyos funcionarios han reconocido su “preocupación” por el goteo de información. Y ha traído cuestionamientos sobre el papel de las Fuerzas Armadas, en un momento en que el Gobierno de López Obrador redobló su apuesta por prolongar por más años la presencia del Ejército en tareas de seguridad, reforma constitucional mediante.
López Obrador ha rechazado que vaya a haber consecuencias dentro de su Administración y ha descartado tomar acciones contra el grupo de hackers. Sandoval también ha declinado presentarse ante el Congreso para dar explicaciones sobre lo sucedido. Los opositores Partido Acción Nacional y Partido Revolucionario Institucional han decidido, por su parte, mantenerse al margen y respetar el peso de las Fuerzas Armadas en el país, una de las instituciones más respetadas y con mayor respaldo popular.
Más allá de las implicaciones políticas, la Sedena no ha dado respuesta sobre el impacto de la filtración en el frente de la Seguridad Nacional y qué acciones se tomaron para blindar al cuerpo castrense de nuevos ataques. En el dossier, que ha pasado por las manos de decenas de periodistas, hay información de operaciones en proceso contra el crimen organizado y datos personales de miles de personas.
El presidente ha recurrido a una fórmula habitual para desechar los temas que no quiere posicionar en el debate público: “Es politiquería”. Continuar con el asunto, ha dicho López Obrador, “es querer engancharme en lo que traman mis adversarios, los conservadores”. Y después ha ironizado para zanjar el tema: “La guacamaya ya se volvió zopilote”. Por lo demás, en un Gabinete que ha tenido al menos una decena de relevos en posiciones clave, desde Educación y Medio Ambiente a Gobernación y Hacienda, el titular de la Sedena se mantiene firme.
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