Checo Pérez finaliza segundo en la coronación de Verstappen durante el Gran Premio de Japón

Fue la madrugada (mexicana) de la gloria de Verstappen y la gran oportunidad para que Checo Pérez deslumbrara en el majestuoso circuito de Suzuka. Los mexicanos, los fieles creyentes de su piloto, vivieron con insomnio la carrera de Fórmula 1 en Japón que se paralizó por la lluvia y las erráticas decisiones de las autoridades. Tras dos horas sin saber si habría carrera, hubo competencia. Y vaya competencia. El neerlandés ganó para proclamarse bicampeón. Y Pérez se quedó con el segundo lugar tras aprovechar un fallo de Leclerc en los últimos metros antes de la meta para darle a Red Bull un festejo por lo alto.

En Suzuka, el mexicano encendió los motores a toda fuerza desde la cuarta posición. El problema que se presentó en la pista era, como la semana pasada en Singapur, la lluvia. Y menuda arrancada: Sainz y Albon quedaron fuera de la carrera, Verstappen cuidó el primer lugar frente a Leclerc y Pérez logró subir una posición. Con apenas tres vueltas, las autoridades mostraron la bandera roja para limpiar la pista y los pilotos se resguardaron.

El parón obligatorio no era una exageración porque los pilotos tenían poca visibilidad, una grúa entró al circuito por el Ferrari de Sainz, lo que significó un incidente grave en estos tiempos en la Fórmula 1. “¿No está claro que no queremos ver nunca una grúa en la pista?”, lanzó Pérez en la comunicación por radio. “Lo que pasó hoy es totalmente inaceptable. Espero que esta sea la última vez que veo una grúa en la pista”, agregó minutos después.

La referencia y contexto apuntan a 2014 cuando en este mismo circuito el francés Jules Bianchi se estrelló contra un remolque que intentaba auxiliar. El piloto falleció meses después. “¿Qué demonios? Cómo es posible que esto pasara. Hemos perdido la vida en estas situaciones en años pasados. Arriesgamos nuestras vidas, especialmente en estas condiciones. Queremos correr, pero en estas condiciones... Es inaceptable”, escribió Lando Norris durante el parón.

Ni toda la tecnología alrededor de la Fórmula 1 podía vencer a la naturaleza. Tras dos horas, se reinició la carrera detrás del auto de seguridad. Fueron solo 39 minutos de carrera, tan intensos como reñidos. Los pilotos tenían los neumáticos con más agarre en la lluvia, pero unas vueltas después todos los equipos decidieron cambiar de gomas por las intermedias, un poco más veloces en estas condiciones. Checo Pérez logró mantener su tercer sitio frente a su excompañero en Force India, Esteban Ocon, mientras que Verstappen se despegó con facilidad de Leclerc.

El de Guadalajara peleaba por descontarle segundos a un Leclerc que tenía dificultades para cuidar sus neumáticos. Los últimos diez minutos fueron una cacería por parte del mexicano contra el monegasco. El de Ferrari parecía mantener el control, pero a unos metros de la meta perdió el control del auto, se fue fuera y, con una maniobra de milagro, pudo recuperarse al límite del reglamento. “¡Hey, hey, qué está haciendo!”, recriminó Pérez. Los comisarios sancionaron a Leclerc con cinco segundos de castigo y le concedieron el segundo lugar al mexicano, algo que tumbó la temporada de Ferrari al abrirle camino a Verstappen con el título mundial. Pérez jugó, una vez más, como su escudero de lujo. El doblete conseguido en Japón es el quinto que ha obtenido Red Bull, la mejor marca su historia. Restan las carreras de EE UU, México, Brasil y Abu Dabi para que la escudería de la bebida energética también gane el Mundial de constructores.

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