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“La muerte del ahuehuete es una posibilidad”: el árbol plantado en la glorieta de Ciudad de México vive horas críticas de adaptación

Especialistas advierten de que en este proceso será fundamental que se garantice un adecuado balance de nutrientes para las raíces y el follaje del árbol milenario

A la derecha, el ahuehuete a una semana de ser transplantado, y a la izquierda, cuando llegó a la glorieta en Paseo de la Reforma.
A la derecha, el ahuehuete a una semana de ser transplantado, y a la izquierda, cuando llegó a la glorieta en Paseo de la Reforma.Hector Guerrero
Karina Suárez

A menos de 10 días de su llegada en el Paseo de la Reforma hay quienes ya dan por desahuciado al ahuehuete recién plantado en la antigua glorieta de la Palma. El color marrón de sus hojas y menos follaje fueron las señales de alerta entre los miles de paseantes y ciudadanos que transitan por la zona diariamente y observan al recién plantado árbol. Ante las imágenes y mensajes que se propagaron rápidamente por las redes sociales, la Secretaría de Medio Ambiente de Ciudad de México (Sedema) descartó el riesgo de muerte del ejemplar y aseguró que solo se encuentra en un “periodo de adaptación”. Sin embargo, especialistas advierten de que el árbol puede secarse si no existe un cuidado adecuado en el que se garantice el oxígeno, agua y nutrientes idóneos para mantener un balance entre el follaje y sus raíces en este momento crucial para su supervivencia.

Tras la polémica, la jefa de Gobierno de Ciudad de México, Claudia Sheinbaum, declaró la tarde del martes que el ahuehuete “no está seco” y atribuyó los colores marrones de su follaje a las “condiciones de la plantación”. La jefa de Gobierno de la capital, no obstante, pidió a la Sedema que lleve a un grupo de expertos a la glorieta para verificar el estado del ahuehuete. La dependencia medioambiental había publicado horas antes un comunicado en el que afirmaba que el árbol, de 20 años y 12 metros de altura, es cuidado permanentemente. “Como respuesta al trasplante, el ahuehuete presenta amarillamiento del follaje y tirará parte de esa hoja durante varias semanas. Se tiene previsto que en dos o tres meses pierda entre un 30 % o 40% de follaje”, indicó. Además, pidió a los ciudadanos no subirse a la base del árbol para que el suelo no se compacte y permita la hidratación y buena adaptación del ahuehuete.

Ramiro Ríos Gómez, académico de la Facultad de Estudios Superiores Zaragoza de la UNAM, explica, que uno de los elementos claves a cuidar en las siguientes semanas debe ser el suelo. “Si compactamos el suelo se reduce la porosidad y el aire no puede traspasar hacia el sistema radical y eso se traduce en muerte del sistema radical y del árbol, sin oxígeno, no puede absorber ni agua, ni nutrimentos, y significa la muerte de la planta. Estoy de acuerdo que no debemos compactar el suelo, y menos ahorita que acaban de plantar este árbol y que quede claro fue lesionada parte de su raíz para poderlo traer de donde estaba a acá (la Ciudad de México) y entonces si se lesionó parte de la raíz habrá que retirar parte del follaje, balancear el árbol, que la raíz que le queda sea la suficiente para mantener el follaje”, diagnostica.

“Conozco a la Sedema, han hecho un buen manejo del árbol para traerlo, eso no significa que no se pueda morir. La muerte del ahuehuete es una posibilidad, si tantito rebasamos y desbalanceamos el árbol podría morir, es mejor retirar todas las hojas y dejarle la mayor cantidad de raíz porque ahorita lo que requiere la planta es absorber, crecer el sistema radical y después, ya que haya brotes nuevos va a crecer si ningún problema”, añade. De acuerdo con su experiencia, para finales de agosto tendría que aflorar el ahuehuete, esa será la señal de que el ahuehuete se ha adaptado y sobrevivirá, por el contrario, si no existen nuevos brotes, será muy probable que el árbol haya muerto.

Ríos Gómez señala que el ahuehuete, situado en uno de los puntos más transitado de la capital, requiere de suelos húmedos. El experto detalla que un edafólogo puede fácilmente mezclar materiales para lograr mantener mayor tiempo el suelo húmedo y el árbol así no se vea afectado. “No se tiene que estar regando cada ocho días, se puede regar cada 15 días sin ningún problema, además es una especie que tiene una amplitud de tolerancia al ambiente, el ahuehuete está incluso en climas secos hasta húmedos”, específica. Para un árbol de esas dimensiones, calcula, se debe aplicar un riego de auxilio de unos 15.000 litros cada dos semanas.

Cuauhtémoc de la Peña, investigador independiente, asegura que las condiciones de la capital del país son las que hacen inviable cualquier planta, no solo el ahuehuete. “Cada vez estamos contaminando más el ambiente, las plantas pierden su fuerza, se debilitan y las plagas las atacan”, opina. Pero el especialista mencionó que en este momento es prematuro pronosticar si el árbol sobrevivirá o no, bajo las condiciones en las que está viviendo.

Los especialistas coinciden en que el viaje de más de 24 horas de Nuevo León al vivero de Nezahualcóyotl y su posterior traslado a la avenida Reforma supuso un gran estrés para el árbol, por lo que ahora la prioridad es su recuperación. También celebran el inicio del periodo de lluvias como una oportunidad para que el ahuehuete recupere nutrientes debido a que es una fuente de agua oxigenada y libre de sales. “El oxígeno dispara, promueve, la división celular en el sistema radical y el crecimiento en longitud de la raíz también se ve favorecido, es lo mejor, ojalá llueva”, concluye Ríos Gómez.

Adrián Cavazos, gerente de Viveros Regionales, la empresa que donó el ahuehuete, reconoce que los signos de estrés del árbol son el doble de lo que esperaban. “El árbol llegó de Nuevo León y estuvo aproximadamente 11 días en el vivero de Neza y en ese vivero no presentó más de un amarillamiento de la parte baja de las hojas. Aquí vemos un proceso de aceleramiento de ese proceso, pueden haber sido estas condiciones adversas, pudo haber sido el accidente, pudo haber sido un tema de su plantación, pero nada de eso da por hecho que el árbol esté muerto, todo eso lo único que ha hecho es que el árbol en lugar de estar en un 20% de estrés, esté en un 40% de estrés, pero el árbol está vivo”, dice. Según sus pronósticos, con los cuidados adecuados, en los próximos 20 días el árbol se va a estabilizar “ahí se va a terminar su proceso de tirar hojas o de ponerse café” y a más tardar en septiembre próximo recuperará el follaje verde a plenitud que tenía cuando estaba en el vivero de Nuevo León.

El experto admite que no descartan daños en las raíces tras el choque que sufrió el ahuehuete un par de días después de haber sido colocado en el Paseo de la Reforma y que provocó que el árbol fuese desplazado unos centímetros del lugar donde fue colocado. El ingeniero agrónomo, parte del comité de expertos que monitoreará al ahuehuete en los próximos días, añade que ya instruyó a las autoridades locales para que se instale una valla metálica alrededor del árbol para evitar un mayor deterioro en el suelo y en su sistema radical. También advierte de que el ejemplar no requiere de fertilizantes ni abonos adicionales para recuperarse. Cavazos añade que el ahuehuete tiene un abasto de agua suficiente, pues cada dos días es regado con 2.500 litros, más del doble de líquido de lo que ellos habían recomendado.

Con más de 77.000 votos, el ahuehuete fue el ejemplar que ganó la votación digital que organizó el Gobierno de Sheinbaum para sustituir a la palma. El ejemplar fue una donación de un vivero del Estado de Nuevo León y viajó más de 870 kilómetros y 14 horas en carretera hasta llegar a su destino final, en el centro turístico y de negocios de Ciudad de México, a la icónica glorieta donde fue plantado la madrugada del pasado 5 de junio.

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Karina Suárez
Es corresponsal de EL PAÍS en América, principalmente en temas de economía y sociedad. Antes trabajó en Grupo Reforma. Es licenciada en Ciencias de la Comunicación por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y Máster de periodismo de EL PAÍS.

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