López Obrador abre la puerta a una consulta informal para la revocación de mandato

Bloqueada de momento por la negativa del Instituto Nacional Electoral (INE), Andrés Manuel López Obrador abrió la puerta este martes a que la consulta para el revocatorio de mandato pueda ser organizada de manera informal por la ciudadanía. Un modelo que ya cuenta con precedentes. Durante los primeros lances de su Gobierno impulsó un puñado de polémicas consultas populares celebradas al margen del organismo electoral sobre temas tan diversos como la construcción de dos trenes, una refinería, la viabilidad de 10 programas sociales o la marcha atrás de un nuevo aeropuerto. “La democracia la hace el pueblo, no los aparatos administrativos. Corresponde al INE hacerlo por mandato constitucional, pero si se negaran, los ciudadanos podrían hacer la consulta”, señaló el presidente durante la conferencia diaria matutina.

El INE decidió el viernes pasado aplazar la convocatoria de la consulta del 10 de abril alegando falta de recursos después del recorte de más de 2.300 millones de pesos asestado por el Congreso al último presupuesto del organismo. El referéndum, previsto para el 10 de abril, es la gran baza del presidente de cara a la recta final del mandato y el bloqueo ha elevado la tensión contra el INE, una de las dianas favoritas de López Obrador en su cruzada contra las instituciones que considera parte de una especie de antiguo régimen.

Al margen de la refriega política, la decisión del organismo, que deja en el aire la fecha del referéndum, ha precipitado ya una impugnación por parte de Morena ante el Tribunal Electoral. Además de deslizar la posibilidad de llevar a cabo una consulta popular, el presidente también ha hecho mención a que la pelota está en el tejado de los tribunales. “Hay que esperar a ver qué resuelve el Tribunal Electoral y luego el Poder Judicial. Creo que van a llevar a cabo la consulta los del INE. Creo que va a aplicarse este recurso de la revocación, son prácticas dilatorias, no muy serias”.

Los plebiscitos han sido una de las herramientas favoritas de Andrés Manuel López Obrador. “Vamos a preguntarle a los mexicanos”, ha repetido el presidente desde el inicio de su mandato. Las consultas informales, convocadas sin ninguna garantía, se saldaron con una participación muy baja y ningún tipo de efecto jurídico. El único referéndum hasta ahora organizado dentro del marco legal, celebrado el 1 de agosto sobre la posible investigación de expresidentes mexicanos, tampoco alcanzó el quórum necesario para lograr que fuera vinculante.

El aplazamiento por parte del INE no cierra en todo caso la puerta de manera definitiva a la consulta, cuya convocatoria se encuentra de momento en fase de recolección de firmas. El presidente del INE ha deslizado que si la Cámara rectifica el presupuesto asignado al organismo en 2.000 millones de pesos sí se podría llevar a cabo la consulta. El entorno de Morena ya ha comenzado la recolección de firmas. El primer objetivo es lograr los 1,8 millones de firmas necesarios para que la consulta entrara por la vía ciudadana. Un extremo que en el antecedente de agosto quedó pronto descartado y fue el presidente quien tomó la iniciativa y llevó él mismo el trámite al Senado.

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