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La justicia da un revés al fiscal Gertz en el caso contra su familia política por el presunto homicidio de su hermano

La juez anula la orden de encerrar a la expareja de Federico Gertz, Laura Morán, y la hija de esta, Alejandra Cuevas, en prisión desde octubre por la muerte del primero

Pablo Ferri
Alejandro Gertz Manero y Laura Morán

Parado durante meses por la pandemia, el caso de Alejandro Gertz contra su familia política por la muerte de su hermano parece avanzar en el juzgado, esta vez contra los intereses del fiscal. Una juez ha invalidado la orden de detención contra la pareja de Federico Gertz, Laura Morán, de 94 años, y el auto de prisión contra la hija de ella, Alejandra Cuevas, en la cárcel desde octubre. La fiscalía de Ciudad de México las acusa del homicidio de Federico Gertz hace ahora seis años.

La decisión de la juez no implica la salida de Cuevas de prisión. El fiscal Gertz tiene derecho a recurrir su decisión, para lo que cuenta con un plazo de 10 días. Según explica el abogado de la familia, que prefiere evitar que su nombre aparezca en estas líneas, un eventual recurso de Gertz abriría el caso a una nueva valoración de las pruebas: “La decisión de la juez implica que el tribunal que había mandado a Cuevas a prisión analice nuevamente el asunto, pero atendiendo sus indicaciones, esto es, estudiar y contestar los agravios que antes evadió abordar”.

De igual manera, la sentencia de la juez no anula definitivamente la orden de detención contra Morán. Gertz tiene 10 días para recurrir y luego un tribunal debería valorar nuevamente las pruebas. Pero mientras tanto, la orden de detener a la mujer, de 94 años, queda en suspenso.

En varias notas publicadas en los últimos meses, EL PAÍS ha informado de los detalles del caso, la muerte de Federico Gertz en 2015, los primeros desencuentros entre Laura Morán y sus hijas y el fiscal, la denuncia que interpuso este último por homicidio, los virajes de la fiscalía capitalina y la extraña negociación entre el entorno del fiscal y los hijos de Cuevas para que la mujer saliera de prisión. En pausa durante años, el caso revivió a finales del año pasado, ya con Gertz al frente de la Fiscalía General de la República.

Las cosas empezaron a cambiar en septiembre pasado. Entonces, el abogado que había seguido el caso de las dos mujeres desde 2015 renunció a su defensa. El letrado les sugirió entonces que hablaran con un familiar de ellas, Fernando Díaz. Intrigadas, Morán y Cuevas acudieron con Díaz, esposo de una sobrina de Cuevas. Según los hijos de Alejandra Cuevas, muy críticos con el actuar del fiscal Gertz, Díaz apareció como el eslabón de una red de intermediarios que le incluía a él, a su cuñado, Alfredo Del Mazo, gobernador del Estado de México y al propio fiscal.

De acuerdo a la explicación que los hijos de Cuevas dieron a este diario, Díaz planteó un intercambio entre el fiscal y las mujeres. Según ellos, Díaz les dijo que el fiscal se comprometía a dejar de empujar el caso por el homicidio de su hermano si Morán y Cuevas, de 68 años, entregaban dinero y obras de arte que, supuestamente, habían pertenecido a Federico Gertz.

En entrevista con EL PAÍS, el fiscal Gertz no negó estas peticiones, aunque aclaró que no se trataba de ninguna negociación. “Yo nunca he hecho una negociación para sacar de la cárcel a esa señora”, dijo Gertz, en referencia a Cuevas. “Con esa claridad y esa contundencia”, añadió. “Las relaciones que yo tenga por el dinero, que es reparación del daño, son asunto de la señora Laura Morán y míos”, zanjó.

Entre septiembre y octubre del año pasado, mientras Cuevas y sus hijos entraban en contacto con Díaz, el caso se movió en la fiscalía de la capital. En un primer momento, los investigadores habían estimado que no había elementos para pensar en un homicidio. Federico Gertz, dijeron, había fallecido por una “congestión visceral generalizada”, fruto de la edad y sus dolencias. Pero la fiscalía capitalina cambió de parecer más adelante, ya con Alejandro Gertz al frente de la Fiscalía federal.

A mediados de octubre, la Fiscalía obtuvo una orden de detención contra las mujeres. Por algún motivo, agentes de la dependencia solo ejecutaron la de Alejandra Cuevas, recluida desde entonces en la prisión de Santa Martha Acatitla, en Ciudad de México. Los hijos de la mujer cuentan que la negociación con Gertz a través de intermediarios aceleró entonces. Primero le entregaron decenas de obras de arte. Luego, un cheque por 3,5 millones de pesos. En un último intento, una de las hijas de Cuevas llamó al fiscal para pedirle que sacara a su madre de prisión. En la llamada, que la mujer grabó, Gertz decía: “Tengo que analizarlo, tengo que verlo con el Poder Judicial (...) Tengo que ver cómo nos pueden encontrar ellos una fórmula para que ya esta situación se acabe”.

A la publicación de los detalles del proceso, los hijos de Cuevas lanzaron una campaña mediática para exponer la situación de su madre, a su juicio, un atropello por parte del fiscal, funcionario poderoso, capaz de influir en el Poder Judicial y la Fiscalía capitalina. Desde la entrevista que concedió a este diario, Gertz no ha hablado del asunto.

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Sobre la firma

Pablo Ferri
Reportero en la oficina de Ciudad de México desde 2015. Cubre el área de interior, con atención a temas de violencia, seguridad, derechos humanos y justicia. También escribe de arqueología, antropología e historia. Ferri es autor de Narcoamérica (Tusquets, 2015) y La Tropa (Aguilar, 2019).

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