A México se le esfuma el anhelo de medalla en taekwondo
Briseida Acosta cae en su primer combate en los Juegos Olímpicos, sin posibilidades de repechaje. Carlos Sansores también es eliminado
En el tatami, México tenía altas expectativas de ganar una medalla. Argumentos no faltaban. Carlos Sansores era subcampeón mundial; Briseida Acosta llegaba como campeona panamericana y sexta en el ranking mundial. El debut de ambos fue de tintes esperpénticos en el taekwondo.
Sansores (Cancún, 24 años) se enfrentó contra el croata Ivan Sapina en octavos de final. El mexicano recibió una patada en la cabeza que fue clave para la victoria de un Sapina que supo medirlo. Sansores, a la espera de encontrarse mejor, conectó dos golpes en el pecho, pero otra patada le hizo perder terreno en los puntos. El combate fue para el croata que lo ganó (6-4). Las reglas le permitían al mexicano aspirar al repechaje si ganaba el taekwondista de Croacia. Horas más tarde, Sapina cayó ante el chino Hongyi Sun (6-8) y también el sueño del mexicano.
Si alguien merecía un lugar en los Juegos Olímpicos era Briseida Acosta (Navolato, Sinaloa, 27 años). Para poder meterse a las grandes competencias tenía que vencer a una eminencia en taekwondo, María del Rosario Espinoza. La ganadora de tres medallas olímpicas venció a Acosta en la clasificación rumbo a Londres 2012 y Río 2016. Esa derrota llevó a Acosta a meditar la jubilación a sus 23 años. Trazó, de nuevo, su camino a la competencia olímpica y el ciclo hacia Tokio resultó. Ganó a Espinoza para disputar los Juegos Panamericanos de 2019 en los que terminó ganando el oro. En la prueba de más de 67 kilogramos, México soñaba con alcanzar la medalla. La francesa Althea Laurin apabulló a Acosta durante todo el combate (puntuación 21-3), sin darle oportunidad a una mexicana que estaba desconcertada. Su destino, como el de Sansores, dependía de su rival, pero la francesa fue vencida en semifinales.
El taekwondo le ha dado siete medallas a México en toda su historia, entre ellas los oros de María del Rosario Espinoza y Guillermo Pérez en Beijing 2008. Desde el 2000, este deporte recibió la atención de las autoridades mexicanas para sacar los mejores talentos. Tokio no fue el escenario para deslumbrar.
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