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La empresa que operó Pegasus en México firmó contratos con el Ejército para adquirir juguetes y aceite

La compañía KBH TRACK, que fue parte de una red de empresas vinculada al espionaje y al desvío de fondos públicos, celebró extrañas transacciones con el Gobierno de Peña Nieto

Pablo Ferri
Software espía Pegasus
La empresa israelí NSO Group fabricante del 'software' espía Pegasus en Herzliya, cerca de Tel Aviv.JACK GUEZ (AFP)

Del entramado de espionaje y el desvío de fondos públicos que funcionó durante el Gobierno de Enrique Peña Nieto (2012-2018) en torno al software espía Pegasus, una empresa destaca por encima del resto. Se trata de KBH TRACK, señalada este martes por la Fiscalía General de la República, FGR, como operadora del malware, el primer caso conocido en que una empresa privada habría usado el software espía. NSO Group, fabricante de Pegasus, siempre ha argumentado que dada la naturaleza delicada del producto solo lo vendía a Gobiernos.

KBH TRACK ha aparecido de nuevo este miércoles en la conferencia de prensa sobre el caso Pegasus que ha ofrecido el titular de la Unidad de Inteligencia Financiera de la Secretaría de Hacienda, Santiago Nieto, en Palacio Nacional. El nombre de la compañía figuraba junto al de otras tantas en las láminas que han acompañado la presentación de Nieto, todas vinculadas a la trama de espionaje y desvío de fondos urdida en torno al malware.

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Nieto ha explicado que KBH TRACK recibió depósitos de otras empresas de la trama y que además compartía cargos con algunas de ellas. En la página dedicada a la compañía aparecía una referencia a varios contratos con el Ejército, sin dar más detalle. Consultados por EL PAÍS en Compranet, registro virtual de la propia Secretaría de Hacienda, los contratos reflejan una realidad un tanto extraña: el Ejército contrató a KBH TRACK para adquirir objetos tan dispares como “juguetes para el Día de Reyes”, “sal para recocido”, “aceite de motor” o “pellets de poliamida”.

Se trata de media docena de contratos, firmados entre 2016 y 2017. En total, las licitaciones suman poco más de tres millones de pesos, unos 150.000 dólares. Ninguno de los representantes de la empresa que aparecen en los contratos responde a los nombres de Víctor Raúl Cedillo o Uri Emmanuel Ansbacher, administrador y propietario de KBH, según la información que divulgó el martes la Fiscalía. En el registro público de comercio de la Secretaría de Economía no hay rastro de KBH. En uno de los contratos, disponible para su consulta en la base de datos de la Plataforma Nacional de Transparencia, se dice que KBH “fue constituida el 23 de octubre de 2012” en Ciudad de México ante el notario “Jorge A. D. Hernández Arias”. También se dice que sus actividades son la “compra, venta, importación, exportación (...) y en general el ejercicio del comercio en todas sus formas, con toda clase de mercaderías”.

El contrato más cuantioso es el de los pellets de poliamida, por algo más de dos millones de pesos. Licitado en marzo de 2016 por la Dirección General de Industria Militar, se falló el 30 del mismo mes en favor de KBH TRACK, que había presentado una oferta ligeramente mejor que sus tres competidoras. El segundo más cuantioso data de diciembre de 2016. La Secretaría de la Defensa licitó un contrato para la adquisición de sal para recocido por algo más de 600.000 pesos. De igual manera, KBH TRACK se impuso a sus competidoras, dos señoras de nombre Claudia Luz Castañón y María de la Luz López.

El resto de contratos que aparecen en Compranet son de menor valor, caso del de aceites para motor —298.000 pesos—, el de juguetes para el día de reyes —125.000 pesos— que compartió con otras tantas empresas, o bandas industriales, por algo más de 20.000 pesos. Llama la atención que en cada contrato, el representante de la empresa es una persona distinta. Solo un nombre se repite, Álvaro Gálvez Andrade, que representó a KBH en el caso de la sal y los juguetes del Día de Reyes. En una búsqueda en internet, su nombre aparece vinculado a Comercializadora Antsua, otra de las empresas vinculadas a la trama de desvío y espionaje. En octubre de 2017, la Secretaría de la Función Pública multó a KBH con algo más de 22.000 pesos por no acudir a firmar otro contrato con Sedena, este adquirió “pasta alta alumina-cromita”. Este contrato no aparece en Compranet.

En la base de datos de contratos públicos de la organización sin fines de lucro Poder aparece otro contrato del Ejército con KBH, este por 2,3 millones de pesos, para la “fabricación de diversos componentes plásticos”. Licitado igualmente por la Dirección de Industria militar, como la mayoría de los anteriores, el contrato original no aparece en la base de datos.

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Sobre la firma

Pablo Ferri
Reportero en la oficina de Ciudad de México desde 2015. Cubre el área de interior, con atención a temas de violencia, seguridad, derechos humanos y justicia. También escribe de arqueología, antropología e historia. Ferri es autor de Narcoamérica (Tusquets, 2015) y La Tropa (Aguilar, 2019).

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