Una retórica menos agresiva para garantizar una mejor relación económica con México
Los expertos coinciden en que, bajo una presidencia de Joe Biden, México deberá garantizar los compromisos laborales y las inversiones energéticas para poder estrechar lazos comerciales con Estados Unidos
Ninguna otra economía en el mundo se verá afectada por la victoria electoral de Joe Biden como la mexicana. Bajo la Administración Trump, México desplazó a China y a Canadá para convertirse en su principal socio comercial, de acuerdo con el volumen de sus transacciones. México tiene, por lo tanto, los lazos económicos más estrechos con Estados Unidos, por lo que la visión del presidente electo Joe Biden, quien tomará el poder el 20 de enero de 2021, afectará directamente al país latinoamericano. Para que la política económica de Biden beneficie a su vecino del sur, coinciden los expertos, el país tendrá que cumplir con los compromisos laborales y de inversiones energéticas que firmó en el tratado de libre comercio con la región norteamericana. Un estímulo fiscal y una retórica más suave de comercio exterior por parte de Estados Unidos harán de los mercados emergentes, como el mexicano, una inversión más atractiva.
Desde antes de la elección, los demócratas han buscado impulsar un estímulo fiscal grande para apoyar a las familias estadounidenses, algo que podría tener un impacto importante en la economía mexicana, asegura desde Nueva York Andrés Jaime, estratega de mercados emergentes en Morgan Stanley. Por una parte, explica Jaime, los apoyos impulsarían la demanda por bienes como los autos, producidos en México. Además, este dinero también se vería reflejado en las remesas que los connacionales envían a México y que el presidente Andrés Manuel López Obrador ha dicho es la fuente más importante de ingresos para las familias del país.
“Bajo un gobierno demócrata, el impulso a la retórica antiglobalización debería ser menos extremo o agudo, en el sentido de que esperaríamos que la incertidumbre política probablemente regrese a niveles más normales”, dice Jaime. Las amenazas de aranceles que el presidente Donald Trump utilizó durante su administración no serán tan comunes en un gobierno de Biden. “Esperamos ver un tono más conciliador, primero con los aliados y también con otros países, por lo que probablemente habría un cambio en la forma en que la administración aborda sus relaciones exteriores, y esto realmente importa para los mercados emergentes. Si hay menos incertidumbre política, en general, esto debería ayudar a la narrativa de inversión para los mercados emergentes”, agrega Jaime.
Hasta el momento, el las elecciones en el Senado están divididas entre republicanos y demócratas. Morgan Stanley estima que, si los demócratas ganan una mayoría también en el senado y el congreso, el peso mexicano cotizará en 20 por dólar. Si no obtienen una mayoría en el Senado, serán 20.50 pesos por dólar.
COMERCIO EXTERIOR
Una parte de la política de Biden empata con lo que Trump dijo en campaña hace cuatro años, que es traer de regreso a la región norteamericana cadenas de suministro y de manufactura que se fueron a Asia hace años. Biden también propuso una campaña de 700 millones de dólares para promover los productos hechos en EE UU. Esto tiene nerviosos a algunos empresarios mexicanos, sobre todo en los sectores manufacturero y automotriz, quienes promovieron el voto por Trump este año a través de sus redes sociales.
La victoria de Biden podría beneficiar a México solo si el Gobierno mexicano cumple con sus compromisos firmados en el T-MEC, dice Juan Carlos Baker, quien negoció el tratado de libre comercio como subsecretario de Comercio Exterior de México en la pasada administración. Bajo la presidencia de Biden “va a haber un mayor énfasis en el tema de derechos laborales México”, asegura Baker al teléfono, “y también habrá un gran interés en avanzar en los temas que tienen que ver con la libertad sindical”.
Los legisladores demócratas lograron incorporar en el T-MEC cláusulas y previsiones en materia de derechos laborales y de representación sindical que deben aplicar tanto en Canadá como en México. Esto quiere decir que, si México no avanza en la materia y cumple con lo comprometido, podría ahuyentar inversiones.
“Si esas inversiones piensan que están en peligro de verse afectadas por un caso laboral que inicie la administración demócrata, a lo mejor o se van a Estados Unidos o se van a Canadá, o de plano se van a otra parte donde no tengan este tipo de requerimientos, a Colombia, Perú, o Centroamérica, por ejemplo”, opina Baker.
SECTOR ENERGÉTICO
Entre los sectores económicos mexicanos, el energético es quizás el que anticipa el mayor impacto por la elección de Biden. En las últimas semanas se han dado a conocer documentos en los que el Gobierno de López Obrador presuntamente pide a reguladores no otorgar permisos de operación a empresas energéticas privadas para beneficiar a las paraestatales. López Obrador ha argumentado que los privados “abusaban” del mercado mexicano o que firmaron “contratos leoninos” con la administración anterior. El Gobierno también ha reducido las plazas en entes reguladores independientes a través de recortes masivos en su presupuesto.
Esto ha sido interpretado por legisladores en EE UU como un incumplimiento del T-MEC, ya que muchas de estas empresas son estadounidenses. En una carta enviada en octubre al presidente Donald Trump, legisladores de ambos partidos en ese país pidieron al mandatario “encontrar una resolución” a los impedimentos del gobierno de López Obrador y el impulso que está dando a empresas paraestatales.
“Una presidencia de Biden no va a cambiar la situación dramáticamente, pero sí puede generar algunas dinámicas interesantes para México”, dice Eduardo Prud’Homme, consultor independiente y exfuncionario de la Comisión Reguladora de Energía (CRE) de México. “Biden va a tener un gobierno mucho más tecnocrático del que tiene Trump y me parece que tener nuevamente una tecnocracia va a volver a poner esos temas en primer lugar, y creo que eso puede abrir un espacio y se van a dar cuenta de que de este lado no hay interlocutores porque, sencillamente hay que decirlo, la CRE de hoy es patética. Ahí va a venir el primer choque”.
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