“El despecho forma parte de la cultura mexicana”
El exintegrante del dúo Sin Bandera lanza un nuevo álbum con el que reinterpreta la música tradicional de México e incluye una canción inédita de José Alfredo Jiménez
El significado de la nostalgia puede ser esta frase: “Que difícil tener que dejarte sin que sienta que ya no me quieras”. Letra de José Alfredo Jiménez que ha acompañado miles de lamentos, de veladas regadas por ríos de alcohol, de dolores del corazón. Una y otra vez cantada por muchos artistas —¿tal vez la versión más famosa sea la de la voz aguardentosa de Chavela Vargas? —, En el último trago es una canción que se rehúsa a morir. Y esta semana revive de nuevo, gracias al entusiasmo, talento y —como él mismo dice— desfachatez del cantautor y exintegrante del dúo Sin Bandera Leonel García (Ciudad de México, 45 años), quien presenta Amor Pasado, el final de una trilogía musical, álbum dedicado a la música tradicional mexicana. García reinterpreta esa tradición y le da un toque personal, sin tanto mariachi y estridencia, inspirado más en los ritmos suaves de la bossa nova o el jazz. El disco incluye Mala, una canción inédita de Jiménez, que García ha musicalizado. Sabe el riesgo que corre en un país donde Jiménez es idolatrado. Aun así, lo corre. Y acompañado de artistas como las mexicanas Natalia Lafourcade y Melissa Robles, la franco dominicana Cyrille Aimée, la española Maria Toledo y la griega Eleni Arpogiou presenta un trabajo que reúne canciones de grandes compositores e intenta darle un nuevo aliento a esa tradición que eleva a lo poético el despecho, el desamor, la traición romántica. Habrá que acompañarlo con un mezcal. O un tequila, para los más tradicionales.
Pregunta: “Quiero ver a qué sabe tu olvido…” Es una frase muy dura y muy linda. ¿Por qué decide lanzar este proyecto iniciando con esta canción?
Respuesta: Es una canción muy bella, de las más representativas de José Alfredo, una de las que más cantamos en las fiestas cuando hay borracheras. Cuando me preguntaron cuál podría ser la primera canción de este proyecto me pareció que era esta, porque es un tema que representa profundamente el resto del disco.
P: ¿Alguna relación con penas de amor pasadas?
R. Todos tuvimos penas de amor con las canciones de José Alfredo. Él es el himno del despecho y del desamor, por eso es tan bonito, porque mucha de la cultura mexicana viene de esta relación, forma parte de este despecho tan corta venas, como eran las canciones de José Alfredo, desgarradas y profundamente tristes. Sin embargo, la intención en este disco era bajarles un poquito la revolución a las canciones, quitando un poco el elemento del mariachi, para que la interpretación se pudiera hacer de una manera más suave y que pudiera tomar un sentido distinto, pudiera ser escuchada sin sangrar tanto.
P. Lo pregunto porque estamos en una situación difícil, la pandemia, el encierro, que da pie a la nostalgia. ¿Le pasa eso? ¿Es usted nostálgico?
R. Sí, soy nostálgico. Muchas cosas me evocan momentos del pasado y fácilmente me conecto con emociones que tuve antes y me transportan a otro momento. Estas canciones particularmente me recuerdan dos momentos en mi vida: cuando era niño e iba con mis padres a las fiestas y estas eran las canciones que cantaban con sus guitarras, sus voces. Se acostumbraba mucho en las reuniones, más que ahora, hacer la famosa bohemia y pasarse la guitarra unos a otros. Me dan mucha nostalgia esos momentos cuando no dormía para escucharlos en las fiestas. Creo que todo era menos pasteurizado que ahora, los niños sí nos desvelábamos más con los papás, sí nos llevaban a las fiestas de adultos, donde podíamos estar un poco más cerca de lo que estaba pasando y no había tanta paranoia de lo que escuchábamos o veíamos y que nos fuéramos a convertir en maleantes por ello. La otra época que recuerdo es la de mi adolescencia, cuando cantaba estas canciones en reuniones con mis amigos, que curiosamente aparecían entre canciones de Montaner, de Shakira o de Radio Head. Y cuando aparecía una de José Alfredo Jiménez siempre era uno de los momentos más intensos de esas reuniones.
P. Música de artistas como José Alfredo Jiménez son ideales para estos tiempos de encierro.
R. (Ríe) Sí, para algunos días, cuando te quieres poner más bohemio, intenso, echar un mezcalito, un tequilita con un amigo, platicar. Este disco me gusta porque es un disco que se puede usar mucho más para una reunión, una conversación, que lo que sería un disco normal de música regional mexicana, que tienen el mariachi y no es tan fácil ponerlo de fondo, porque ocupa mucho espacio. Este disco lo equipararía con [Antônio Carlos] Jobim, João Gilberto, Miles Davis, Louis Armstrong, Ella Fitzgerald o el flamenco, porque sí puedes ponerlo para escucharlo en tus audífonos, pero también detrás para conversar con alguien, porque no es tan invasivo.
P. El disco cuenta con una canción inédita de Jiménez. ¿Qué sorpresa tiene? ¿Es una canción de amor, desamor, de engaños?
P. Normalmente el tema central de José Alfredo era el desengaño, el hecho de haber fallado en las expectativas que se tenían y esta canción no es la excepción. La titulamos Mala y habla de una persona que no supo responder a la bondad de alguien que le entregó su amor desinteresadamente. La otra persona fue mala, abusiva de esa bondad. Me gustó el texto porque estaba muy bien escrito, muy terminado y se facilitaba mucho para hacer la música. La hice con mucho respeto, con mucho cuidado, con gran admiración por José Alfredo.
P. ¿Cómo llegó a sus manos?
R. Estaba platicando con mi editora en Universal y le comentaba, hace más de dos años, que iba a hacer este disco y le dije que el artista central que quería utilizar como eje era José Alfredo. Y ella me dijo que tenían el catálogo de José Alfredo, obras inéditas, pero que no tienen música. Le dije: ¡qué maravilla! Inmediatamente le dije que me interesaba y que me enviara lo que creía que pudiera servir. Me envío cinco o seis textos. Los estuve leyendo y tratando de ser objetivo sobre cuál podría ser mejor y más accesible para lograr algo bonito. Es un tesoro que ponen en tus manos, como cuando en las bibliotecas antiguas te prestan un libro que por lo general no te dejan tocar. Son tesoros de la música de México.
P. ¿Cómo fue el trabajo de componer los arreglos de una canción inédita de un cantautor tan grande como Jiménez?
R. Es un reto inmenso, porque sabes el peso que tiene y que la gente lo conoce. Sabes el riesgo que vas a correr si a la gente no le gusta o no le parece adecuado. Fue armarse de valor y de desfachatez. Hice primero la estructura melódica y armónica y luego quien hizo todos los arreglos fue [el productor y guitarrista] Pavel Cal junto conmigo. Él lo que dijo fue: vamos a hacer arreglos que no pertenezcan ni a tu época ni a la suya, que no se parezca a lo que él ha hecho o de que se oiga demasiado moderno. Fuimos en un aspecto revolucionarios. Es la música mexicana, pero con este sonido todavía medio de vals, muy fino, muy suave, muy lejos de lo que es el mariachi y más cerca de lo que podría ser una canción de principios del siglo pasado. Creo que es una canción que se disfruta por esta sutiliza con la que se arregló. No hay más que cuatro instrumentos: una trompeta, un contrabajo, una guitarra y un violín. Es como deconstruir un poco el mariachi, extraer ciertos elementos de la música mariachi y mezclarlos con otros de la música clásica, de jazz, de bossa nova y generar una cosa distinta de lo que normalmente estamos acostumbrados a escuchar.
P. Ha mencionado varias veces al mariachi, ¿hay algo en contra del mariachi?
R. Sí. Te lo digo como riendo, no desde lo profundo, porque obviamente como mexicano el mariachi te representa, es una cosa hermosa, divertida, que te da mucha alegría, mucha vida, pero como cantante no me gusta cantar con mariachi, se me hace que es un ensamble que requiere que el cantante se sobre esfuerce, siempre esté usando su máximo potencial bocal para poder sobresalir de entre todos los instrumentos que componen el mariachi, que son muchos. No tengo nada en contra del mariachi, pero como cantante no es mi predilección.
P. ¿Este trabajo se puede tomar como una reinterpretación de la música tradicional mexicana?
R. Sí, definitivamente. Cada persona a través de lo que ha vivido puede reinterpretar sus tradiciones. Así como un diseñador de modas pudo utilizar elementos de lo mexicano para hacer algo distinto, o un chef puede deconstruir unas enchiladas de mole y hacer un platillo completamente diferente pero que sabe parecido a eso, también los músicos tenemos que utilizar nuestra experiencia de vida para reinterpretar de dónde venimos y cómo sonamos. Creo que eso ayuda también a que nuevas generaciones y otras artistas se animen a hacerlo.
P. Habrá que disfrutar este disco con un mezcal, ¿no?
R. (Risas) Sería lo ideal. Mezcalito, tequilita, tal vez un buen amigo o tu pareja, son como la combinación ideal para escuchar este disco, que está muy cuidado, que se disfruta muchísimo.
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