Canadá decidirá en un mes si extradita a la vicepresidenta de Huawei a Estados Unidos
Si el Ministerio de Justicia da su visto bueno, Meng Wanzhou deberá comparecer ante un tribunal canadiense el 6 de marzo
Meng Wanzhou, vicepresidenta de Huawei e hija del fundador del gigante chino de las telecomunicaciones, sabrá en menos de 30 días si Canadá acepta su extradición a Estados Unidos. Este es el plazo en el que Ottawa debe decidir si acepta la solicitud hecha por Washington sobre la directora financiera de la empresa, que ha comparecido este martes en un tribunal de Vancouver, un día después de que EE UU presentara cargos contra ella por fraude y contra la compañía por violar las sanciones contra Irán y por robo de propiedad intelectual. En caso de que Canadá cumpla con la petición de la justicia estadounidense deberá presentarse ante el tribunal el 6 de marzo.
Este lunes, David Lametti, ministro canadiense de Justicia, confirmó a la cadena CBC haber recibido la solicitud oficial por parte del país vecino para que Meng, ahora en libertad bajo fianza, sea extraditada. La directora financiera de la compañía fue arrestada el pasado 1 de diciembre en el aeropuerto de Vancouver; y se enfrenta a una pena máxima de 30 años.
El momento final de la extradición, según el juez William Ehrcke, podría demorarse un tiempo considerable. “No tengo idea de si estamos hablando de meses o años. En este momento, eso se desconoce completamente. Será más claro conforme pase el tiempo”, expresó. Diversos medios canadienses han subrayado la complejidad del procedimiento, confirmando con ello que podría prolongarse de forma importante. Los abogados de Meng Wanzhou pueden apelar la decisión argumentando distintos motivos. Por ejemplo, que los derechos de su clienta no se respetaron o que el procedimiento ha estado viciado por elementos políticos.
Por otro lado, en su comparecencia de este martes, Meng Wanzhou pidió al juez William Ehrcke que una de las dos personas que se ofrecieron como garantes —una de las condiciones para obtener su libertad bajo fianza— sea remplazada por un amigo cercano. Meng debe seguir estrictas condiciones de vigilancia para evitar que abandone Canadá.
Tras el visto bueno del juez, el ministro de Justicia canadiense tiene la facultad de suspenderla. “Efectivamente, tengo la última palabra en la ejecución de esa orden”, confirmó David Lametti este martes a un grupo de reporteros en Ottawa. Sin embargo, el primer ministro Justin Trudeau ya ha adelantado este martes a su llegada al Parlamento, que Canadá está enfocada en cumplir con las obligaciones de marcan los tratados internacionales. “Somos un país que se rige por el Estado de derecho. Vamos a asegurarnos de que la ley siempre se respete”, manifestó. El primer ministro insistió en que las decisiones judiciales en Canadá relativas al caso de Meng Wanzhou son completamente independientes de la esfera política.
De hecho, Trudeau destituyó el pasado sábado a John McCallum, embajador canadiense en Pekín. Días atrás, McCallum declaró en Ontario ante medios de la comunidad china afincada en Canadá que la ejecutiva tenía argumentos sólidos para evitar ser enviada a Estados Unidos. A pesar de que se retractó de sus declaraciones, poco tiempo después, McCallum afirmó que sería una excelente noticia para Canadá si los estadounidenses no solicitaban finalmente la extradición de Men, según el diario StarMetro de Vancouver.
La destitución de John McCallum ha sido criticada por la oposición y por ex miembros del cuerpo diplomático, al igual que el anuncio de Trudeau de no designar a un enviado especial que busque reducir la tensión con China. Tampoco ha sido nombrado hasta la fecha un nuevo embajador.
Por el momento, los canadienses Michael Kovrig y Michael Spavor continúan detenidos en el país asiático, acusados de “participar en actividades que ponen en peligro la seguridad nacional”. Ottawa ha catalogado estos arrestos como “arbitrarios” y ha asegurado que son una clara represalia por el caso de la ejecutiva de Huawei. Un tercer canadiense, Robert Schellenberg, que fue sentenciado en noviembre a 15 años de cárcel por tráfico de drogas, ha sido condenado a muerte en un nuevo juicio en enero. Una decisión que ha sido interpretada en Canadá como una acción más derivada de la detención de Meng Wanzhou. Desde hace algunas semanas, el Gobierno canadiense ha advertido a sus ciudadanos del riesgo que puede implicar viajar a China, debido a la “aplicación arbitraria de las leyes locales”.
Mientras tanto, Pekín sigue considerando que las acusaciones contra Huawei y Meng obedecen a motivos políticos por parte de los estadounidenses, como lo declaró Geng Shuang, portavoz del Ministerio de Exteriores, este martes. De igual manera, Ottawa sigue siendo objetivo del tono áspero del régimen chino. “Instamos a Canadá a liberar de inmediato a Meng Wanzhou y a dejar de arriesgar sus propios intereses en beneficio de Estados Unidos”, manifestó también este martes la Embajada china en la capital canadiense a través de un comunicado. No obstante, resulta poco probable que Trudeau haga caso a las palabras de las autoridades chinas.
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