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Se busca oposición en México

La significativa presencia de Morena en el Congreso obliga al resto de los partidos a plantear su papel en el Gobierno de López Obrador

Los legisladores mexicanos en una sesión de la Cámara de Diputados.
Los legisladores mexicanos en una sesión de la Cámara de Diputados.DIEGO SIMÓN SÁNCHEZ (Cuartoscuro)
Sonia Corona

Hacía un par de décadas que los gritos al unísono dejaron de escucharse en la Cámara de Diputados de México. “¡Es un honor estar con Obrador!”, exclamaban los legisladores de Morena en su primer día de trabajo, hace ya un mes, para dejar claro que el partido de izquierda poseía el control. La conformación del Poder Legislativo en México, con una mayoría de la formación política del presidente electo Andrés Manuel López Obrador, plantea un escenario novedoso en el que ha quedado como incógnita el papel y la relevancia de la oposición.

Morena tiene en la Cámara de Diputados 255 de los 500 asientos disponibles, mientras que en el Senado tiene 59 de un total de 128 legisladores. El resto es un conjunto tan segmentado por ideologías o viejos antagonismos que no existe indicio de una oposición homogénea. Lejos están los años cuando el PRI dominaba la legislatura, sus propuestas eran aprobadas en arrolladoras votaciones y el debate era prácticamente nulo.

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A partir del 1 de diciembre, Morena ocupará una privilegiada posición en el Ejecutivo y el Legislativo en la que su relación con la oposición puede condicionar su futuro. “El Gobierno tiene que aprender a convivir con esta minoría. Tendrá que estar obligado a dar argumentos sobre sus decisiones para no ser considerado como autoritario”, apunta Khemvirg Puente, coordinador del centro de Estudios Políticos de la UNAM. El politólogo señala que dado que los partidos de oposición no cuentan con una cantidad suficiente de legisladores para ser un contrapeso numérico, deberán recurrir a otras herramientas —pronunciamientos, comparecencia y solicitudes de información pública— que podrían intensificar los debates en las cámaras.

En octubre, la Cámara de Diputados se enfrentará a su primera gran decisión: los presupuestos para 2019. El equipo de transición de López Obrador ha trabajado al lado de los actuales encargados de la Hacienda mexicana para diseñar un gasto acorde a las ambiciones del líder de Morena. Ante la reciente organización de las comisiones, el partido del presidente electo tiene todas las papeletas para aprobar los presupuestos casi sin modificar la propuesta de López Obrador. “Morena no necesita ceder en partidas presupuestales”, explica Puente, pero advierte de que el resto de las fuerzas políticas buscarán encender el debate en la tribuna.

Un factor que también determinará a una oposición de bajo perfil, en los primeros meses de la Administración de López Obrador, es la reconstrucción interna que la mayoría de los partidos sufre tras sus derrotas en las pasadas elecciones. El PAN y el PRI, en ese orden, han conservado el mayor número de posiciones en el Legislativo. La formación de derecha estará concentrada en las próximas semanas en la selección de sus nuevos liderazgos. “El PAN tiene el reto de ser el primer partido de oposición en México, que no se doble frente al Gobierno”, ha reconocido su coordinador en el Senado, Damián Zepeda. Mientras tanto, el PRI ha dejado para el próximo año su reconstrucción en la que se ha planteado hasta cambiarse el nombre, tras la devastadora derrota que le costó la presidencia. “El PRI y el PAN están observando hacia su interior y les llevará algunos meses definir sus liderazgos”, prevé el politólogo de la UNAM. “Ahora es muy difícil pensar en que un solo partido pueda hacer la resistencia”, añade Fernanda Salazar, consultora en Comunicación Política.

Durante los gobiernos de Calderón y Peña Nieto, la sociedad civil —a través de organizaciones y centros de investigación— se colocó como un contrapeso a las decisiones gubernamentales. En algunos casos, estos grupos de presión han tenido más éxito que los partidos políticos y, en otras ocasiones, han sido sus aliados para hacer públicas sus demandas. Ante su independencia y profesionalización, señalan los especialistas, estos grupos podrían ser por sí solos una oposición que vigile las acciones de la Administración de López Obrador. “La sociedad civil tiene el reto de ser muy estratégica, empezando por encontrar su lugar en este nuevo escenario. En los últimos gobiernos han funcionado como oposición pero ahora están ante un Gobierno que también propone temas en los que están de acuerdo”, refiere Salazar.

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Sobre la firma

Sonia Corona
Es la jefa de la redacción de EL PAÍS en México. Cubre temas de Política, Economía, Tecnología y Medio Ambiente. Fue enviada especial para las elecciones presidenciales de 2020 en EE UU. Trabajó en Reforma y El Huffington Post. Es licenciada en Comunicación por la Universidad de las Américas Puebla y Máster de Periodismo UAM-EL PAÍS.

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