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Los votantes catapultan a Morena en el Congreso

Miles de simpatizantes del partido de López Obrador celebran bandera en mano el triunfo de la formación en Ciudad de México

Pablo Ferri
Simpatizantes de Morena en el Zócalo, el domingo.
Simpatizantes de Morena en el Zócalo, el domingo.G. Serrano

La medianoche fue el momento de las banderas. Miles de simpatizantes de Morena, la nueva fuerza hegemónica en México, salieron a las calles a celebrar el triunfo del partido y de su líder, Andrés Manuel López Obrador. Muchos le esperaron el domingo por la noche frente al hotel Hilton de La Alameda, en la capital. Muy cerca del centro histórico, a pocos pasos del hemiciclo a Benito Juárez. El camino a la plancha del Zócalo, destino de la catarsis, quedaba en línea recta.

Como si fuera un concierto de rock, los ambulantes ponderaron sus opciones y cambiaron churros y mazorcas de maíz por banderas de Morena, cabeza de cartel de la velada. Tomaron los restos de las que habían estado vendiendo en campaña y les añadieron una palabra, "ganamos". Ese, "ganamos", fue uno de los lemas coreados durante la noche, primero cuando los otros candidatos reconocieron la victoria de López Obrador, y luego cuando el presidente electo mandó su primer mensaje, esta vez desde el interior del hotel, a donde llegó minutos después de las 10 de la noche.

Ondearon otras banderas además de las de Morena. Frente al Hilton, un grupo de jóvenes elevaron una enorme tela con los colores del arcoiris, quizá un conato de la resistencia que empieza a gestarse. El domingo todo era alegría, pero muchos alertaban de que su triunfo era también el triunfo de sus enemigos. No de los enemigos de siempre, sino de uno nuevo. No por nada, una de las ovaciones que se llevó López Obrador durante su primer discurso, el que dio en el Hilton, fue cuando dijo que se respetarán todas las preferencias sexuales.

Morena llegaba en coalición a la contienda, aliado con el Partido del Trabajo y con el PES, el Partido Encuentro Social. Mientras que el primero comparte talante y raíces con la formación de López Obrador, el PES es un alienígena en el planeta de Morena. Se trata de un partido evangélico, hasta ahora marginal, contrario a la agenda de derechos sexuales y reproductivos que manejan las bases de Morena. Si los resultados finales confirman las previsiones de las encuestas, el PES asaltará el centro de la arena política y con ellos sus propuestas.

Con casi todos los votos escrutados, Morena se alza con más de 190 diputados. Más de los que tenía actualmente el PRI, 204, más de los que tuvo nunca el PRD, antecesor de Morena como gran partido de izquierda en el país. Además de los 190, contará con 56 del PES y otros tantos del Partido del Trabajo. En la actual legislatura, el PES ocupaba un curul en la Cámara. Se da la circunstancia además, de que la fuerza representativa del PES contrastaría con el escaso apoyo directo recibido, que podría ser menor al 3% de los sufragios. De acabar así el recuento, implicaría la pérdida de registro para el partido evangélico, un problema desde el punto de vista económica.

Con el resultado preliminar, el grupo del PRI, incluído el Partido Verde, se quedaría con 61 diputados, un resultado paupérrimo. En la composición actual de la Cámara baja, solo el Verde tenía 38 escaños.

La coalición PAN-PRD alcanzaría los 100 diputados. Hasta ahora, solo el PAN contaba con 108 y el PRD con 53.

En el Senado, Morena apunta igualmente a quedarse con la mayoría, al obtener en torno a 70 curules. El PRI y la coalición PAN-PRD perderían espacio, igual que en la Cámara baja. Aunque los resultados finales no llegarán hasta dentro de unas horas, y algunas senadurías están todavía en disputa, parece que las tendencias son definitivas. Es el caso por ejemplo de Pedro Kumamoto, candidato independiente a la Cámara Alta por el Estado de Jalisco. Kumamoto saltó a la arena política hace unos años, al conseguir un escaño en la asamblea estatal en Jalisco. Un hito para un independiente. Este año competía por uno de los espacios en juego en el estado y este martes ya perdía por unos cuantos miles de votos frente a la candidatura de Morena.

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Sobre la firma

Pablo Ferri
Reportero en la oficina de Ciudad de México desde 2015. Cubre el área de interior, con atención a temas de violencia, seguridad, derechos humanos y justicia. También escribe de arqueología, antropología e historia. Ferri es autor de Narcoamérica (Tusquets, 2015) y La Tropa (Aguilar, 2019).

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