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El fenómeno López Obrador impulsa a Morena en la lucha por el Congreso

La formación política podría rebasar los 200 legisladores, algo que solo han logrado PRI y PAN

Luis Pablo Beauregard
López Obrador, ante simpatizantes del Estado de Oaxaca.
López Obrador, ante simpatizantes del Estado de Oaxaca.EFE

Andrés Manuel López Obrador ha fijado ahora su mirada en el Congreso. El candidato presidencial del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), quien sigue afianzándose en el primer lugar de las encuestas rumbo a las presidenciales de julio, encara los últimos 27 días de campaña con un mensaje que solicita el voto para sus candidatos a diputados y senadores. El fenómeno de su candidatura parece surtir efecto en las mediciones demoscópicas que calculan la formación de las venideras cámaras de diputados y senadores. El tsunami de 2018 podría dejar como resaca un escenario parlamentario inédito en México en los últimos 20 años. 

Hace algunos días, López Obrador lanzó un mensaje desde el Estado de San Luis Potosí. Parado sobre la cuneta de una carretera, el aspirante pidió el voto “parejo” en las boletas electorales por los 3.000 candidatos de la coalición Juntos Haremos Historia, compuesta por dos organizaciones de izquierda y una de derecha. “Les estoy diciendo a los ciudadanos, de manera muy respetuosa, que piensen que necesitamos tener mayoría en la Cámara de Diputados y de senadores, no solo ganar la presidencia”. El tres veces candidato presidencial pide sufragar por lo que él denomina la cuarta transformación de México sin importar el perfil de los aspirantes a legisladores, gobernadores y alcaldes. “Hay veces que cuenta más el programa que los candidatos”, afirmó. 

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El electorado parece abierto a la invitación del candidato puntero. Algunas encuestas recientes de mayo afirman que Morena y sus aliados tienen un 80% de probabilidades de tener una mayoría en la Cámara de Diputados. Roy Campos, de Consulta Mitofsky, cree que es “altísima” la posibilidad de que los legisladores de la coalición ocupen 250 escaños de los 500 que tiene la cámara baja a partir del 1 de septiembre. Las mediciones de Mitofsky colocan a Juntos Haremos Historia en un rango entre los 236 y los 298 diputados. Por México al Frente, que aglutina al conservador PAN, al izquierdista PRD y al centrista Movimiento Ciudadano, tendría entre 120 y 176 legisladores. El PRI, el partido en el poder, se convertiría en la tercera fuerza consiguiendo entre 62 y 105 curules. Hoy tiene 204. 

Las tendencias de Mitofsky también se presentan en demoscópicas como Parametría. Si las mediciones son acertadas, Morena se sumaría al PRI y al PAN como las únicas fuerzas parlamentarias que han logrado aglutinar más de 200 legisladores –un 40% de la Cámara de Diputados– desde 1997, cuando el partido tricolor perdió la mayoría absoluta por primera vez. De cualquier forma, la organización fundada por López Obrador está cerca de lograr una votación histórica. Su estreno como formación política se dio en las elecciones de 2015 con 36 diputados federales. 

“Un escenario así facilitaría algunas decisiones a un presidente López Obrador”, asegura el analista Sergio Aguayo. Sin embargo, la coalición de López Obrador no tendría aún la llave para modificar la Constitución, que requiere una mayoría calificada de 334 legisladores. Ese número de votos daría posibilidades a Morena de sacar adelante promesas de campaña como revertir la reforma educativa. “Es indudable el reajuste brutal del peso de los partidos y eso va a alterar las alianzas que se pueden hacer”, considera Aguayo. 

Otras voces advierten de lo desfavorable que podría ser este escenario para la democracia mexicana. Luis Carlos Ugalde, quien presidió la autoridad electoral entre 2003 y 2007, dijo en una entrevista al periodista Javier Risco que “no conviene a México ni al propio López Obrador”. Una victoria avasalladora del candidato de Morena, con ocho o diez puntos de ventaja sobre sus adversarios, significaría el paso de México a un escenario bipartidista con Por México al Frente como segunda fuerza. Otros partidos tradicionales, como el PRI, se desdibujarían. El PRD, tradicionalmente el emblema de la izquierda mexicana, quedaría arrinconado a una presencia testimonial. “La soberbia, la equivocación y el culto a la personalidad se van a expandir. Sin contrapesos el poder se equivoca. El poder personalista como el de López Obrador puede acabar cometiendo muchos errores”, dijo Ugalde. 

La batalla de contrapesos tendría mejores posibilidades en el Senado, una cámara compuesta por 128 espacios y donde la mayoría calificada es de 85 votos. Allí las probabilidades de Morena de tener una mayoría arrasadora se reducen a 34%. La formación izquierdista podría obtener, también según Mitofsky, entre 46 y 54 senadores. El PAN lograría entre 23 y 30 escaños. El PRI, que controla hoy el 43% del Senado con 55 senadores, vería mermado su poder aspirando a 22 legisladores en su mejor escenario. El resto de escaños se repartiría entre partidos de segunda fila como el del Trabajo, Movimiento Ciudadano, el Verde, Nueva Alianza. Encuentro Social, un partido abiertamente confesional, podría conseguir sus mejores resultados arrastrado por el fenómeno López Obrador asegurando entre cinco y nueve curules. México se adentra en el último mes de campaña con rumbo a un territorio desconocido en los últimos 20 años.

El Congreso que viene

El 1 de julio México elegirá, además de presidente de la república, a un nuevo Congreso. La Cámara de Diputados está conformada por 500 escaños, 300 de ellos se eligen en las casillas y 200 son electos por el sistema de representación proporcional de acuerdo al número de sufragios logrado en la jornada por cada partido. Ninguna fuerza puede contar con más de 300 diputados.

Los mexicanos eligen también 128 senadores. A cada uno de los 32 Estados le corresponden dos legisladores de mayoría. Otros 32 se asignan a la primera minoría. Y 32 más entran al Senado según las listas conformadas en cinco regiones del país dependiendo de los sufragios conseguidos por partidos y coaliciones.

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Sobre la firma

Luis Pablo Beauregard
Es uno de los corresponsales de EL PAÍS en EE UU, donde cubre migración, cambio climático, cultura y política. Antes se desempeñó como redactor jefe del diario en la redacción de Ciudad de México, de donde es originario. Estudió Comunicación en la Universidad Iberoamericana y el Máster de Periodismo de EL PAÍS. Vive en Los Ángeles, California.

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