Casa México, una ventana a la cultura mexicana desde España

“Una ventana abierta a México en el corazón de España”. Con este espíritu abrirá sus puertas la Casa de México en Madrid el próximo 1 de octubre. Un palacete de los años veinte de cuatro plantas cedido por el Ayuntamiento de la ciudad en el céntrico barrio de Chamberí que está siendo restaurado minuciosamente. Su programa estará cargado de exposiciones y actividades que buscan despertar el interés por la riqueza México más allá del ámbito cultural. El centro -todavía en obras- recibió el respaldo del presidente Enrique Peña Nieto, que realizó una visita simbólica este miércoles antes de concluir una gira europea. México votará un nuevo presidente el próximo 1 de julio.

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Sobre la fachada del edificio en piedra y sillería, típico de la arquitectura municipal de principios de siglo XX, ya ondea la bandera de México, aunque tras la visita del presidente mexicano continuarán los trabajos de acondicionamiento. De momento, subiendo las escaleras de piedra de acceso al edificio ya está la librería del Fondo de Cultura Económica y se aprecian los trabajos para recuperar algunos de los ornamentos originales del techo. Con motivo de la presentación a la prensa se han expuesto algunas de las obras que formarán parte de la colección permanente de arte popular mexicano como un grupo de Guerreras de San Agustín de Oapán (Guerrero) o un conjunto de batea y arcón decorados con pincel en rojo y negro de Adolfo Escudero Mejía. La creación de este espacio es un compromiso adquirido por ambos Gobiernos en 1990 por el que acordaron ceder un espacio público en sus respectivas capitales con fines de difusión cultural. España inauguró su centro cultural en la capital mexicana en 2002, por lo que Madrid estaba en deuda con México.

La Casa de México en España está en la calle Alberto Aguilera, 20, en el barrio madrileño de Chamberí.

El edificio municipal, que en un principio había sido solicitado por la agrupación cultural okupa Patio Maravillas y también reclamado por los vecinos de Chamberí para una escuela pública de música, fue cedido en 2016 a la Embajada de México de forma gratuita por un periodo de 25 años. El espacio consta de 2.700 metros cuadrados distribuidos en cuatro plantas, incluido el subsótano, donde estará el restaurante Punta Arena, decorado como si fuera una casa mexicana y con capacidad para 89 personas en el que se servirán principalmente platos de pescado y marisco.

Fue construido entre 1926 y 1932 por el arquitecto municipal Luis Bellido y tiene 2.700 metros cuadrados.

En el primer piso, además de la librería habrá una sala de cine y una tienda de productos mexicanos. (La librería se nombrará en honor al escritor Martín Luis Guzmán (1887-1976), quien estuvo exiliado en España durante la revolución mexicana en España, donde escribió algunas sus grandes obras y fue nombrado académico de la Real Academia Española). En el segundo piso estarán las salas de exposiciones, que albergarán algunas temporales y otra permanente de arte popular del país. En el último se harán talleres de gastronomía, a los que esperan invitar reputados chefs españoles y mexicanos; clases de baile danzón y de costumbres mexicanas. Con la idea de no quedarse sólo en la parte cultural también prevén actividades para fomentar emprendimiento, con participación de empresas de ambos países para que haya intercambio de conocimiento, que puedan transformarse en proyectos conjuntos.

El edificio ha sido sede de la antigua casa de socorro, la Tenencia de Alcaldía del distrito de Universidad y base del servicio de emergencias de Madrid (SAMUR)

La Casa de México será gestionada por una Fundación público-privada encabezada por el influyente empresario hispano-mexicano Valentín Díez Morodo, uno de los creadores de Grupo Modelo. La dirigirá Ximena Caraza, quien ha sido directora para España de ProMéxico, el órgano que promueve el comercio y la inversión internacional del país. Díez Morodo apeló a los orígenes españoles de su familia procedente de León (Castilla-León) y expresó su deseo de que el centro sea un “espacio simbólico de encuentro entre mexicanos y españoles” y haga las veces de puente entre los ciudadanos de ambos países. Según explicó, la fundación ha asumido el compromiso de rehabilitar el inmueble y espera seguir sumando a su causa más empresas para este “modelo operativo innovador” para ampliar su radio de acción. “500 años de historia compartida servirán de cimientos para los años venideros y difundir nuestra cultura”.