Una exjefa acusa a Oxfam y al Gobierno británico de inmovilismo ante denuncias de abusos sexuales

Helen Evans asegura que llevó ante la dirección de la ONG y el Ejecutivo un detallado informe, que hablaba también de abusos a menores en las tiendas, y estos no actuaron

Una tienda de Oxfam en Londres. En vídeo, un diputado haitiano pide que se investigue a Oxfam.Vídeo: PETER NICHOLLS (REUTERS)

Una exjefa de Oxfam, encargada de gestionar las denuncias internas, ha aportado nuevas y explosivas acusaciones al escándalo en el que está envuelta la ONG, al asegurar que la dirección de la organización ignoró sus informes sobre la magnitud del escándalo de abusos sexuales. Helen Evans, que tras abandonar la organización en 2015 la denunció ante la Charity Commission, el organismo regulador de instituciones caritativas en el país, habla de abusos a voluntarios adolescentes en las tiendas de la ONG en Reino...

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Una exjefa de Oxfam, encargada de gestionar las denuncias internas, ha aportado nuevas y explosivas acusaciones al escándalo en el que está envuelta la ONG, al asegurar que la dirección de la organización ignoró sus informes sobre la magnitud del escándalo de abusos sexuales. Helen Evans, que tras abandonar la organización en 2015 la denunció ante la Charity Commission, el organismo regulador de instituciones caritativas en el país, habla de abusos a voluntarios adolescentes en las tiendas de la ONG en Reino Unido, y asegura que un informe interno reveló que uno de cada 10 empleados había sido testigo o experimentado ataques sexuales. Contactada por EL PAÍS, la excooperante, actualmente concejal laborista en Oxford, ha declinado hacer comentarios y se ha remitido a su comunicado público.

“En 2012 se me encargó establecer una función de garantía y vigilancia para combatir la explotación sexual y los abusos perpetrados por el personal de Oxfam”, explica Evans en el comunicado, después de hacer públicas sus denuncias en una entrevista en la televisión Channel 4. “Lo que había pasado en Haití era inexcusable y la organización deseaba emprender alguna acción. Al reforzarse los mecanismos de denuncia interna, las alegaciones empezaron a fluir y emergió la magnitud del problema. Haití no era un incidente aislado”.

Evans asegura que las denuncias crecían cada año y que, a pesar de que Oxfam contaba con recursos específicos para la denuncia de actos reprobables, cuando la magnitud del problema era ya conocida la organización no dio los pasos necesarios para responder.

La excooperante explica que en diciembre de 2014 fue convocada a una reunión con el equipo del consejero delegado, Mark Goldring, para explicar los detalles de un informe confidencial sobre el personal de los programas de Oxfam en tres países. “El informe revelaba que uno de cada 10 empleados denunciaba haber sido testigo o haber experimentado ataques sexuales”, explica Evans. “Una hora antes de la reunión se me pidió que no asistiera y, cuando protesté por la decisión, el consejero delegado me escribió un correo electrónico que decía: ‘Tienes razón, esto es un problema serio. El equipo lo reconoce, pero siente que no hay nada que, como grupo, podamos añadir a la situación, que está expuesta con claridad en el informe”.

En el mes siguiente a la frustrada reunión, asegura Evans, su departamento recibió tres denuncias de "abusos a menores" en las tiendas que Oxfam tiene repartidas por Reino Unido, así como otra serie de alegaciones de “explotación sexual” en el extranjero. Evans explica que trasladó sus preocupaciones al patronato de la ONG y elaboró otro informe. Se le respondió que se llevaría a cabo “una revisión estratégica”, asegura, pero no recibió “un compromiso inmediato de cambio”.

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En ese momento, Evans abandonó la ONG y decidió llevar al caso a la Charity Commission, el organismo público que registra y regula las organizaciones caritativas en Inglaterra y Gales para asegurar que el público puede apoyarlas con confianza. “Me sentí extremadamente decepcionada cuando la Charity Commission decidió no reunirse conmigo ni pedirme más información”, concluye.

En agosto de 2015, prosigue Evans, llevó sus denuncias a diversas instancias gubernamentales, incluidos los ministerios de Interior y Desarrollo Internacional. "Ninguna acción fue llevada a cabo en consecuencia", asegura.

Mark Goldring, consejero delegado de Oxfam, pidió disculpas a Evans el lunes por la noche y dijo que dimitiría si el patronato se lo pedía.

Las acusaciones de Evans se producen poco después de que Penny Lawrence, directora adjunta de Oxfam, presentara su dimisión. Lawrence asumía responsabilidades por no haber manejado adecuadamente el escándalo, después de que The Times publicara las revelaciones de un informe interno que recogía cómo cooperantes de la organización contrataron a prostitutas, algunas probablemente menores de edad, durante la misión humanitaria desplegada en Haití tras el devastador terremoto de 2010. El Gobierno británico ha anunciado que pondrá en marcha una unidad para investigar los abusos sexuales en el sector de la cooperación.

“Oxfam y otras agencias de cooperación desarrollan un papel vital asegurando que la ayuda llega a quienes más lo necesitan”, señala Evans en su comunicado: “La gran mayoría de los cooperantes trabaja sin descanso por todos los motivos adecuados para marcar una diferencia positiva. Sin embargo, cuando hay una posición privilegiada de poder y confianza, siempre habrá una minoría de personas buscando abusar de esa confianza por ganancias personales. Este ha resultado ser el caso en muchos sectores, desde Westminster hasta Hollywood, y el sector de la cooperación lamentablemente no es diferente”.

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