Margarita Zavala abandona el PAN y agrava la división en la derecha mexicana
La ex primera dama acusa a Ricardo Anaya, de "cancelar la vida democrática del partido"
La derecha mexicana se sume en un incierto futuro. Margarita Zavala, esposa del expresidente Felipe Calderón, confirmó este viernes a través de un vídeo su salida del Partido de Acción Nacional (PAN), la formación de la cual aspiraba a ser la candidata a las elecciones presidenciales del próximo año. Zavala abandona el PAN por su enfrentamiento con el líder del partido, Ricardo Anaya, a quien ha acusado, sin citarlo, de “cancelar la vida democrática del partido”. Aunque no lo ha aclarado, todo parece indicar que Zavala optará a la presidencia como candidata independiente –tiene hasta el 14 de octubre para inscribirse como tal-, lo que generaría una profunda división en el sector más conservador del electorado.
La salida de Zavala del partido en el que militó durante más de tres décadas años ahonda en las fracturas del PAN y profundiza el enfrentamiento entre el sector calderonista y la dirección del partido. La batalla se trasladó este viernes a las redes sociales. Poco antes de oficializarse el abandono de Zavala, Anaya aseguró en un vídeo que había buscado “por todos los medios” reunirse con ella en persona. “Dado que esto no ha sido posible quiero expresarle a Margarita que estoy convencido de que México es mucho más grande que nosotros en lo individual. Que la división del PAN solo le sirve al PRI y que la división del PAN no le conviene a México. Le hago un llamado para que hagamos un último esfuerzo para preservar la unidad del PAN. Estoy abierto a dialogar para alcanzar un acuerdo que nos permita caminar juntos en la construcción del futuro de México”. “Llevo dos años buscando diálogo. La división del PAN es tu responsabilidad, eres el presidente del partido. Ya hablaremos”, respondió ipso facto Zavala con un tuit.
La lucha en el PAN es descarnada. El origen de la disputa es la creación de una gran coalición para las presidenciales del próximo año entre el PAN, el progresista Partido Revolucionario Democrático (PRD) y Movimiento Ciudadano (MC). El Frente Ciudadano por México, nombre con el que se ha registrado la coalición, es la gran apuesta de Ricardo Anaya, convencido de que la única forma de poder obtener una victoria ante el PRI y el dos veces candidato Andrés Manuel López Obrador, líder del izquierdista Morena, quien encabeza todas las encuestas, es la unidad del resto del resto de formaciones, con el apoyo incluso de candidatos independientes. Anaya quiere repetir la fórmula con la que ha conseguido arrebatar algunas gobernaciones al PRI en lo que va de sexenio de Enrique Peña Nieto para regresar al poder, después de los Gobiernos de Vicente Fox y Felipe Calderón (2000-2012), la primera alternancia al partido hegemónico de México en más siete décadas.
La batalla, no obstante, se centra en quién va a ser el candidato presidencial del frente opositor. Zavala, que en encuestas recientes tenía una intención de voto superior al 20%, sabe que sus posibilidades de aspirar a la presidencia desde el frente son prácticamente nulas, pues ni PRD ni MC, pero también buena parte del PAN, están conformes con sus planteamientos. Además, su figura choca con las ambiciones de Anaya. El presidente de la formación conservadora insiste en que lo importante ahora es elaborar un programa en el bloque, consciente de que él, como líder del partido mayoritario de la coalición y principal impulsor de la iniciativa, tiene muchas garantías para ser finalmente el candidato.
Nadie en el PAN puede evitar ya disimular los roces internos. “Siento un gran alivio, como cuando uno tiene un absceso y sale la pus, así de claro”, aseguró Ernesto Ruffo, senador panista, próximo a la dirección. “Ruffo expresa muy bien el nivel intelectual, la estatura moral, la altura de debate y la tolerancia democrática de lo que queda del PAN”, respondió el expresidente Calderón. Entre este sentido, el tercer aspirante a la presidencia del partido conservador, el exgobernador de Puebla Rafael Moreno Valle, aseguró que “en una situación de este tipo nadie gana, no va a ganar ella, pero también nosotros vamos a perder. Los votos que obtenga no se los va a quitar ni al PRI ni a Morena, se los va a quitar al PAN”, lamentó.
Tras su renuncia al PAN, Zavala tiene hasta el 14 de octubre para inscribirse como candidata independiente. Después de entregar el acta al INE, los candidatos ciudadanos deben superar su primer gran escollo. Los aspirantes a la presidencia deben recolectar 866.593 firmas de ciudadanos en todo el país. Estos apoyos tendrán que ser recabados a lo largo de 120 días, hasta el 6 de febrero de 2018, en 17 de las 32 entidades de México. Esto deberá sumar, al menos, el 1% de la lista nominal nacional y el 2% de la lista de electores de cada demarcación.
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