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Un sindicalista paraliza una ciudad de Argentina para evitar ser detenido

Es Juan Pablo “Pata” Medina, titular del gremio de obreros de la construcción. Todas las obras de La Plata están paralizadas por una huelga

Juan Pablo "el Pata" Medina habla a sus afiliados desde el balcón del sindicato.
Juan Pablo "el Pata" Medina habla a sus afiliados desde el balcón del sindicato.Télam

“Si me detienen, prendemos fuego la Provincia”. Con esa declaración comenzó el martes de Juan Pablo Pata Medina, el polémico titular de la seccional La Plata (a 60 kilómetros de Buenos Aires) de la Unión de Obreros de la Construcción de la República Argentina (UOCRA), una de las actividades industriales que sirven de termómetro de la economía argentina. Medina se atrincheró durante toda la jornada en la sede del gremio, en el centro de la capital de la provincia de Buenos Aires, cercado por una orden judicial que lo investiga por extorsión contra el Estado. En la calle, y ante el rumor de una posible detención, miles de afiliados blindaron a su líder con bombas de estruendo y neumáticos en llamas.

Medina fue denunciado por un fiscal que investiga la pelea entre dos dos facciones de UOCRA, que en septiembre se enfrentaron a tiros por el control de un obrador de la electrificación del ferrocarril Roca, en terrenos fiscales. Allí trabajan operarios de la seccional Florencio Varela, enfrentados con los de La Plata, acusados de entrar a los tiros.

“Si quieren al Pata preso, ¡Que vengan!”, gritó Medina a sus seguidores -quienes congelaron todas las construcciones de la ciudad- desde un balcón del edificio, como si se tratase de un Perón rebelde. “Hoy vienen por el Pata, y mañana van a venir por ellos también por eso el movimiento obrero tiene que estar unido para dar la batalla necesaria”, expresó.

Por la tarde, el líder sindical abrió las puertas de la sede para permitir el ingreso de la prensa e improvisó una rueda antes de volver a salir al balcón. Allí se defendió de las acusaciones, en tercera persona: “Es todo absolutamente falso y es un armado político que viene de la Nación, del gabinete del presidente. El ministro de Trabajo de Buenos Aires dijo que Macri dio la orden de que me armen una causa porque quieren ver preso a Medina, porque Medina defiende los derechos de los trabajadores”. Algunos de sus colaboradores, en tanto, admitieron que en el obrador hubo “algunos insultos y empujones”, por “temas de incumbencia sobre la obra”. Pasadas las 17 horas, la columna se desconcentró y el sindicalista abandonó el edificio.

La UOCRA es conducida a nivel nacional por Gerardo Martínez desde 1990. Con un oscuro pasado durante la dictadura militar, el gremialista supo apoyar, en el momento adecuado, a los expresidentes Carlos Menem, Néstor Kirchner, Cristina Fernández y, ahora a Mauricio Macri, por quien pidió un aplauso hace algunos meses cuando la agencia de estadísticas oficial difundió un tímido repunte de la actividad.

Su enfrentamiento con Medina, al frente de la seccional La Plata desde 1997, trasciende a la construcción. El Pata, de hecho, fue quien aportó los bombos y el color para el último acto de Cristina Fernández en esa ciudad, en ocasión del festejo por las elecciones primarias ganadas en agosto. Se trata de un gremio de antecedentes violentos, que tienen su punto más álgido en octubre de 2006, cuando se trasladaron los restos de Juan Domingo Perón, del cementerio de la Chacarita a la quinta de San Vicente. Esa tarde, los muchachos de la UOCRA se enfrentaron a los tiros con los del gremio de Camioneros. En 2010, Medina y el camionero Hugo Moyano volvieron a enfrentarse -esta vez sin más armas que las cámaras- por la presidencia del peronismo de Buenos Aires.

“Dentro de la ley todo, fuera de la ley nada”. La vieja frase inventada por Perón sirve de inició para el comunicado lanzado por la dirección nacional de la UOCRA, que se difundió apenas se conoció el atrincheramiento de Medina. “Ratificamos nuestro repudio a cualquier práctica que desacredite la función gremial apartándose del cumplimiento de la ley, además de rechazar enfáticamente todo hecho de violencia que afecte el normal y correcto desarrollo de la atención gremial de los afiliados de esa jurisdicción y la paz social”, dice el escrito. “UOCRA combate cualquier tipo de violencia o actividad anómala que no concuerde con la práctica sindical”, agregó un portavoz del gremio a EL PAÍS. Al caer la tarde, otra causa judicial por lavado de dinero cercaba a Medina.

Luego de pasar varias horas prófugo, el sindicalista se entregó en su casa. El ministro de Trabajo provincial, Marcelo Villegas, celebró el arresto, al tiempo que instó al gremio a designar un veedor "para preservar los derechos de los trabajadores". ¨Los casos de corrupción que conocemos a nivel sindical son de aquellas personas que perdieron el camino; personas que se mueven con ejércitos propios, que negocian su apoyo político a cambio de impunidad", dijo Villegas.

Medina esperara preso el juicio. Por la causa de lavado de dinero también fueron detenidas otras seis personas, entre ellas, su esposa, su hijo y una hijastra.

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