Una riña en el penal de Acapulco deja 28 muertos
Las autoridades confirman que la batalla entre grupos rivales dejó también tres heridos en el Estado más violento de México
Una nueva riña carcelaría en México se ha cobrado la vida de 28 personas. Esta vez ha sido en Acapulco, Guerrero, en el penal estatal de Las Cruces. El portavoz de las fuerzas federales desplazadas al estado, Roberto Álvarez, ha informado de que las autoridades estatales trabajan en el centro desde la mañana de este jueves, levantando los cadáveres y tratando de averiguar qué ha ocurrido. También hay tres personas heridas, ninguna de gravedad.
Por la tarde, Álvarez ha explicado en rueda de prensa que la riña empezó "por la pugna permanente de grupos contrarios en el interior del penal", aunque de momento se ignora qué motivos la provocaron. Acompañado del fiscal estatal, Xavier Olea, Álvarez ha indicado que "la recuperación de los cuerpos se dio en las áreas del modulo de seguridad del corredor del bloque 1 y en el exterior de la cocina, así como en el interior. También se levantaron cadáveres en el patio del bloque 3 y un último en el área de visitas conyugales".
Los familiares de los internos han conocido el nombre de los muertos también por la tarde. Desde la mañana, decenas de personas se agolpaban a las puertas del penal, exigiendo que las autoridades informaran.
A última hora trascendía que la policía de Guerrero ha detenido al director del centro, además de a todos los custodios.
Diferentes organismos, tanto independientes como gubernamentales, denuncian desde hace años la situación de las prisiones mexicanas, aquejadas de hacinamiento, autogobierno y corrupción. En su reporte anual sobre la situación de las cárceles, divulgado en mayo, la Comisión Nacional de Derechos Humanos, CNDH, alertó de nuevo sobre la falta de autoridad de los funcionarios carcelarios, enredados en sistemas corruptos en que los presos ejercen el control. En su informe, la comisión desvela que en casi la mitad de los centros visitados (71 de 154), los presos tienen el control, entre ellos, el de Las Cruces. Es el número más alto de los últimos años.
La pelea inició de madrugada, a eso de las 4.00. La información es confusa, pero diferentes medios aseguran que algunos murieron degollados. Policías, militares y dos helicópteros del Gobierno estatal resguardan el perímetro de la prisión desde la madrugada.
La riña en Las Cruces ha coincidido con la llegada de John Kelly a Acapulco. El Secretario de Seguridad Interna de Estados Unidos ha visitado el puerto este jueves, donde se ha reunido con los secretarios de la Defensa y la Marina, Salvador Cienfuegos y Vidal Soberón. Acapulco es la ciudad más violenta de uno de los estados más violentos de México. Guerrero es, además, uno de los principales productores de amapola del país, planta con la que se produce heroína.
Problemas con las cárceles
La carnicería del penal ocurre apenas un mes después de la última masacre penitenciaria. En junio, internos y custores acabaron a tiros en una cárcel del norte del país. Cuatro reos y tres policías murieron y otros 13 resultaron heridos tras casi un día de enfrentamiento.
En marzo, un motín en una cárcel de Nuevo León, también en el norte, acabó con cuatro muertos. En ese mes también, otra riña entre presos, esta vez en Cancún, en pleno Caribe, dejó un muerto y varios heridos.
Cada poco tiempo, una riña o un motín se salen de control en México. El número de muertos es demasiado alto y las autoridades prometen cambios y reformas. La última vez fue en Nuevo León, en la cárcel de Topo Chico. En febrero de 2016, una riña acabó con casi un centenar de víctimas. El país se escandalizaba y descubría, de nuevo, que los presos controlaban el centro, que muchos vivían hacinados, en condiciones deplorables; que las autoridades conocían más o menos la situación.
Guillermo Zepeda, especialista en asuntos penitenciarios, explicaba en marzo a EL PAÍS que en el 60% de las cárceles de México funciona el autogobierno. "En promedio hay un custodio para 35 internos y no se han desarrollado sistemas de videovigilancia o celdas electrónicas para tener una mejor vigilancia de los reclusos", decía.
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