Liberan a otros cinco secuestrados en Guerrero

Se repite el esquema del pasado enero. Unos criminales secuestran a un grupo de personas en una de las zonas más deprimidas de México. Se los llevan por los cerros, piden rescates a las familias. Gobiernos federal y estatal arman un equipo de búsqueda. Cientos de efectivos, helicópteros, visitas de altos funcionarios a donde nadie pone nunca un pie. Y de nuevo, como en enero, los cautivos vuelven a casa porque los malos los liberan.

Cinco vecinos de Ajuchitlán, un pequeño pueblo del Estado de Guerrero, al sur del país, quedaron en libertad la noche de este martes tras casi dos semanas de cautiverio. El portavoz del esfuerzo coordinado de policías estatales y federales en la región, Roberto Álvarez, indicó que el grupo bajó de un cerro y llegó caminando al pueblo de al lado. Allí se encontraron con policías, que les llevaron a casa.

Eran los últimos cinco de un grupo de ocho. El pasado 18 de noviembre, un comando armado se llevó a todos. Según iban llegando a su comunidad, los forzaban a entrar en una camioneta. Algunos eran menores. Pocas horas más tarde, los familiares denunciaban que los secuestradores se habían comunicado con ellos. Pedían rescate para liberarlos. El Gobierno señaló enseguida a Los Tequileros, una de las dos bandas que se disputan la región de Tierra Caliente, puerta de entrada al mayor campo de cultivo de amapola del sur de México.

Los Tequileros y La Familia son los antagonistas de esta historia. Se trata de bandas pequeñas, residuos de otras mayores, que pelean por controlar un puñado de pueblos pobres, claves en sus operaciones. Sus riñas son habituales. A tres días del secuestro de los ocho de Ajuchitlán, La Familia descuartizó a tres vecinos de un pueblo gobernado supuestamente por Los Tequileros. En enero, estos últimos secuestraron a 27 personas en dos eventos, bajo el esquema que seguirían hace dos semanas. De los 27 dos murieron. Se ignora cuánto pagaron los familiares por rescatar a los demás.

En el caso de Ajuchitlán, el vocero Álvarez no ha querido precisar la cifra acordada entre secuestradores y familiares. De hecho ha dicho que ignora si se pagó cantidad alguna por su liberación.

La guerra arrecia en Guerrero y el Gobierno enfrenta situaciones complicadas en todas las regiones del estado. Además de los problemas en Tierra Caliente y la sangría de cada día en Acapulco y la costa norte, parece que las bandas que disputan la región centro han elevado el tono estos últimos días. Este martes, las autoridades recogieron cinco cadáveres baleados cerca de Tixtla, a 15 minutos de la capital, Chilpancingo. La semana pasada fueron nueve cuerpos desmembrados en la misma zona.

También la semana pasada, el vocero Álvarez informaba del hallazgo de 32 cuerpos y otras tantas cabezas en un cementerio clandestino en Zitlala, cerca también de la capital.

Los cinco baleados de este martes en Tixtla coincidían con la visita del secretario de la Defensa Nacional a Chilpancingo. Salvador Cienfuegos visitó la capital de Guerrero para conocer la situación de las tropas desplegadas en la región. Como parte de una estrategia contra la inseguridad, el Ejército hace de policía en los 50 municipios más violentos del país. De los 50, seis están en Guerrero.

Cienfuegos se felicitó porque la violencia ha disminuído en zonas en que el Ejército mantiene una presencia importante. En el resto del estado -la mayoría-, la violencia arrecia, dijo, por el rezago de varios años en materia de seguridad. El general Cienfuegos concluyó que el Ejército permanecerá en la región el tiempo que sea necesario.