Mauricio Macri reactiva la polémica por el número de desaparecidos en Argentina
El presidente dice que no tiene idea “si fueron 30.000 o 9.000” y se gana el repudio de los organismos de derechos humanos
El presidente de Argentina, Mauricio Macri, se ha enredado en una vieja polémica con las organizaciones de Derechos Humanos. En una entrevista que concedió al portal BuzzFedd, emitida en directo por Facebook, dijo que no tiene “idea” si los desaparecidos durante la última dictadura (1976-1983) “fueron 9.000 o 30.000”, y se ganó el rechazo de todas las agrupaciones que batallan por la memoria de las víctimas. Macri dijo que hablar del número de desaparecidos es una discusión que “no tiene sentido” y utilizó el término “guerra sucia” para referirse al gobierno militar, una tesis que defienden los sectores que piden aplicar a la lectura de aquellos años las lógicas de un enfrentamiento bélico.
Macri respondió durante media hora las preguntas que llegaban a la cuenta de BuzzFedd en Facebook. Los usuarios, a través de la periodista del portal, insistieron cuatro veces con la cuestión de los derechos humanos, hasta que llegó una consulta concreta sobre el número de desaparecidos. Las organizaciones de derechos humanos establecieron en 30.000 las víctimas de los militares, pero desde el regreso de la democracia no han sido pocos los sectores que prefirieron fijar la cifra en 8.961, que es el número que estableció en 1984, en base a las denuncias de las víctimas, la Comisión Nacional de Desaparición de Personas (Conadep) en el libro Nunca Más. Consultado al respecto, Macri prefirió esquivar la controversia: “Es un debate en el que no voy a entrar. No sé si fueron 9.000 o 30.000, si son los que están anotados en un muro [en un monumento a las víctimas del terrorismo de Estado construido en 2007 por el kirchnerismo frente al Río de la Plata] o muchos más. La guerra sucia fue una horrible tragedia, lo peor que nos pasó en nuestra historia y no pasa por un número".
Su negativa a dar precisiones y que haya elegido las palabras “guerra sucia” para referirse al terrorismo de Estado le valieron las críticas de ONG como Abuelas de Plaza de Mayo y Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora, y del premio Nobel de la Paz Adolfo Pérez Esquivel. "No hubo guerra sucia. Hubo una represión brutal impuesta por la Doctrina de Seguridad Nacional. Le recomiendo al Presidente que haga un curso sobre derechos y dignidad humanos (…) ¿No recuerda Macri a (el marino arrepentido) Adolfo Scilingo contando por TV (en España) cómo arrojaban a prisioneros vivos al Río de la Plata?”, se preguntó Pérez Esquivel.
La titular de Abuelas, Estela Carlotto, opinó que “lo que dijo Macri es imperdonable”. “Si piensa que nosotras vamos a olvidar está muy muy equivocado. Esto no fue una guerra sucia ni limpia, fue terrorismo de Estado", agregó Carlotto. También se sumó a la polémica Nora Cortiñas, presidenta de Madres Línea Fundadora. “A medida que pasan los meses, este Gobierno se está acostumbrando a desfigurar la historia como si (durante la dictadura) no hubiera pasado nada. Este modo de expresarse del Presidente es alarmante. Hay un hostigamiento a los organismos de derechos humanos con las expresiones que hizo Macri y muchas autoridades que lo rodean", denunció Cortiñas.
Los dichos de Macri sobre la existencia de una guerra sucia en los años 70 reactivó una polémica que él mismo inició en dicembre de 2014, cuando, en campaña por la presidencia, prometió en una entrevista con el diario La Nación poner fin al "curro [robo] de los derechos Humanos. La cita pudo pasar al olvido, pero marcó la línea de otros funcionarios. En enero de 2016, ya en el poder el actual Gobierno, el por entonces secretario de Cultura de Buenos Aires, Darío Lopérfido, dijo que la cifra de 30.000 desaparecidos “se arregló en una mesa cerrada” para “conseguir subsidios” estatales.
Esta nueva controversia sobre el número de desaparecidos coincidió con la llegada a Buenos Aires de más de 1.000 documentos desclasificados por Estados Unidos referidos a la dictadura militar. Macri pidió esos documentos a su par estadounidense, Barack Obama, durante la visita que éste último realizó a Argentina en marzo pasado. El Gobierno ha dicho que la respuesta de Washington ha sido una muestra más de que Macri no ha arriado la bandera de los Derechos Humanos izada como propia por el krichnerismo durante los últimos 12 años.
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