La ampliación del canal y el desafío logístico de Latinoamérica
La ampliación del Canal de Panamá es fundamental para apoyar a la transformación productiva de la región
Hay eventos que suponen un verdadero punto de inflexión por su enorme impacto económico y social. La inauguración de la ampliación del Canal de Panamá es, sin duda, uno de ellos. Se trata de un reto de ingeniería emblemático, que modificará el funcionamiento del comercio mundial y ubicará a Panamá y América Latina en los ojos del mundo.
Como ocurrió en agosto de 1914, cuando el vapor Ancón cruzó por primera vez el canal, estamos en presencia de una de las obras marítimas más importantes del siglo que marca un antes y un después en el comercio internacional, esta vez, bajo la responsabilidad de una institución latinoamericana como la ACP, Autoridad del Canal de Panamá.
Para CAF-Banco de Desarrollo de América Latina, es un honor haber podido contribuir a este significativo y esperado paso que consolidará el rol de Panamá entre los nodos clave del transporte internacional.
Esta obra es un paso fundamental en el apoyo a la transformación productiva de la región, es una muestra cabal del potencial que tiene América latina para insertarse en las cadenas de valor globales con mayor competitividad. La ampliación del Canal de Panamá es un punto de partida; el comienzo de una nueva era para el conjunto de la región.
En estas últimas décadas ha habido enormes progresos tanto económicos como sociales en América Latina. Consolidarlos a través de una profunda transformación productiva, que apunte a una inserción con mayor valor agregado en la cadena de producción global, es el próximo paso si queremos lograr un desarrollo pleno, sostenible e inclusivo.
En esta estrategia el desarrollo logístico resulta crucial, no solo por su función facilitadora de los flujos de comercio e inversión de mayor calidad, sino por ser además un importante generador de divisas, conocimiento, nuevas empresas y empleos de calidad.
Sin embargo, la madurez logística no se alcanza sólo con más rutas o puentes. Invertir en infraestructura es importante, pero la clave está en hacerlo con un enfoque integral que permita a la región desplegar un sistema logístico regional jerarquizado.
Es este objetivo, este salto decisivo en la región, lo que nos ha motivado a diseñar en CAF el Programa de Desarrollo Logístico Regional, que parte de elaborar el perfil logístico de América Latina y, por ahora, el de ocho países de la región incluido Panamá.
Estos perfiles son el primer paso para establecer una hoja de ruta que exceda lo meramente físico y tenga en cuenta otros elementos, como servicios, procesos, sistemas de información, capacidades de gestión, aduanas, institucionalidad y regulación. Son también el punto de partida del diseño de estrategias concretas a mediano y largo plazo, siempre desde esa visión regional que nos permita contar con una foto certera de la situación actual y definir el potencial de desarrollo de un sistema logístico articulado y eficiente.
Hoy, todos los países de la región están llamados, al igual que Panamá, a dar ese salto hacia la madurez de su sistema logístico. El transporte, la infraestructura y la logística son clave para una mejor inserción en el mercado mundial con productos y servicios de mayor valor agregado y para un funcionamiento competitivo e inclusivo de la economía en su conjunto. Bajar los altos costos logísticos en los países de la región, que suponen actualmente entre el 18% y el 35% del valor de los productos, tendrá un impacto directo sobre el comercio exterior y disminuirá el costo de vida para la población, sobre todo aquella que se encuentra en zonas más remotas o aisladas.
En el mundo actual, la prosperidad de América Latina está atada a su nivel de interrelación e intercambio. Más cooperación, más trabajo conjunto, más coordinación, permitirán a la región superar el actual rezago en materia logística y avanzar en la transformación productiva que necesitamos para dar un nuevo salto en nuestro proceso de desarrollo, con sostenibilidad e inclusión social.
Panamá acaba de dar el impulso inicial. Comparte con el resto de la región el reto de construir sobre esta nueva base y lograr una mayor y mejor oferta de bienes y servicios que logren maximizar los beneficios de la ampliación del canal. El desafío es ambicioso, pero no imposible.
*Enrique García es el Presidente Ejecutivo de CAF –Banco de Desarrollo de América Latina.
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