La violencia en Veracruz golpea iglesias y antros
Cinco muertos tras un ataque a un bar gay de Xalapa y un secuestro durante una misa
La escena es la siguiente: 180 jóvenes beben, bailan y se divierten en un bar de la ciudad de Xalapa. La música tecno suena en el lugar pero aún no ha comenzado la sesión de música circuit programada para hoy.
Son las 12.20 de la noche del sábado y al club La Madame, uno de los más conocidos de la comunidad LGTBI de la capital de Veracruz, comienzan a llegar los clientes. En la puerta de entrada un hombre cachea desde los tobillos a los hombros, a los clientes para evitar la entrada de armas de fuego y mochilas.
La Iglesia católica calificó como indignante el hecho y cuestionó la capacidad de las autoridades para garantizar la seguridad
De repente un vehículo se detiene frente a la entrada, bajan cuatro hombre armados con cuernos de chivo y R 15 y abren fuego contra todo. En el suelo quedan cuatro muertos, 13 heridos y un río de sangre que se mezcla con los vasos de tubo y los cristales. Son las 12.21 de la noche y los sicarios huyen en el mismo vehículo en el que llegaron. Hasta el momento no hay detenidos.
“Yo me tiré al piso y solo escuchaba las ráfagas. Estuve con la cara pegada en el suelo hasta que dejé de sentir los disparos y escuché la voz de hombre que decía vámonos”, explica a EL PAIS Cherry, encargado de las relaciones públicas del local y que vivió el tiroteo junto al ropero. Con el paso de las horas la cifra se elevó a cinco fallecidos.
En la reconstrucción de los hechos que este lunes hizo el fiscal Luis Ángel Bravo dijo que los atacantes dispararon contra un punto concreto, sin embargo en el croquis que presentó después se ve a los fallecidos repartidos por varios puntos del local.
Según el fiscal “no se descarta ninguna hipótesis”, como es habitual en las explicaciones oficiales en Veracruz pero todo apunta a “una disputa entre grupos delincuenciales por la venta de droga y enervantes”, como también es frecuente en Veracruz.
En la misma rueda de prensa de este lunes, el fiscal hizo un recorrido por lo que parece la Guía negra del ocio, al anunciar la muerte la noche del sábado de un “peligroso delincuente” en otro bar, el Bulldog. Esta vez fue en la ciudad de Orizaba pero vino precedida de un enfrentamiento que terminó con la muerte de Luis Alberto Carrera, alias El Negro.
Sin embargo el clima de violencia que vive Veracruz no distingue ni iglesias ni cantinas. Las autoridades investigan el secuestro de un hombre que fue raptado en mitad de una confirmación el sábado durante una ceremonia oficiada por el propio Obispo.
Según los testigos, muchos de ellos niños, un comando ingresó a la iglesia de Santa Rita en el Puerto de Veracruz, gritó “todos al suelo” y se acercó a un hombre al que sacó del recinto antes de meterlo en un vehículo con paradero desconocido.
La Iglesia católica calificó como indignante el hecho y cuestionó la capacidad de las autoridades para cumplir con su deber de garantizar la seguridad de los veracruzanos.
"Un recinto sagrado fue profanado por la presencia de la violencia. De qué sirven tantos halagos a supuestos logros alcanzados en seguridad si no se puede garantizar la tranquilidad de las familias” se preguntó la arquidiócesis de Xalapa en un comunicado.
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