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El encarecimiento del suelo provoca un aumento de los desalojos en el DF

En promedio, al día, se llevan a cabo tres desalojos de viviendas o edificios en la capital, en colonias como Roma, Condesa o Centro

Un edificio en la Condesa onde hubo un intento de desalojo.
Un edificio en la Condesa onde hubo un intento de desalojo.Z. G.

En el último año 23 inmuebles ubicados en colonias del centro del Distrito Federal han sido desalojados, en algunos casos de forma violenta. Dunia Ludlow Deloya, presidenta de la comisión de vivienda en la Asamblea Legislativa de la capital mexicana, explica que se utilizan grupos de choque (hombres contratados que provocan violencia) para sembrar miedo y consumar el despojo con éxito. Otro de los métodos empleados ha sido el de recurrir a policías de otros Estados del país, quienes caen en el exceso de la fuerza y cometen atropellos contra los desalojados.

La invasión de propiedades no es un problema nuevo en la Ciudad de México. En promedio, al día, se llevan a cabo tres desalojos de viviendas o edificios. Las colonias más afectadas en el último año han sido la Roma, Condesa (dos de los barrios con mayor actividad cultural y comercial en la capital), Centro, Peralvillo, San Rafael, Guerrero y Buenavista. La cantidad de expulsiones se ha incrementado por la escasez de vivienda, encarecimiento del suelo y la especulación inmobiliaria. Además, la situación se agrava por la incertidumbre legal de muchos de sus dueños. En todo el DF hay 180.000 propiedades que no tienen en regla sus escrituras, detalla la legisladora.

Los orquestadores de los desalojos pueden ser los propietarios legales, organizaciones sociales que se dedican a invadir, o empresas constructoras e inmobiliarias que buscan sacar provecho de propiedades en una situación irregular y contratan a grupos de choque para realizar el trabajo sucio. “En la colonia San Rafael es impresionante como se dan estos desalojos. Entra un grupo de chavos [jóvenes] corpulentos, los desocupan, se quedan con el edificio y viven ahí dos o tres años. Después el edificio arregla mágicamente su situación legal, lo derriban y construyen un inmueble para vivienda residencial. Es una dinámica bastante común en el DF”, afirma Ludlow.

Los orquestadores de los desalojos pueden ser los propietarios legales, organizaciones sociales que se dedican a invadir, o empresas constructoras e inmobiliarias

El suceso más reciente ocurrió la semana pasada en la colonia Condesa. Durante la noche, un grupo de hombres armados irrumpió en un edificio de departamentos con la intención de desalojarlos. No lo lograron, aunque se llevaron un cuantioso botín: robaron celulares, tabletas, portátiles, joyas y dinero en efectivo. Tras el miedo vivido esa noche, algunos de los inquilinos emprendieron la mudanza.

El desalojo se puede dar por dos vías: tras la orden de un juez o a partir de una expropiación, que tiene que ser publicada en la gaceta de Gobierno. En ambos casos quien debe ejecutar la medida es la autoridad del DF, pero regularmente no ocurre así. “Lo que sucede en muchas delegaciones es que se contrata a grupos de choque, específicamente a gente que se dedica a ocupar viviendas, o incluso traen policías de otras entidades federativas para que hagan los desalojos sin apoyo de la autoridad local”, expone Ludlow.

Durante este año hubo vecinos que también denunciaron intentos de desalojo, aunque sin violencia. El dueño de un inmueble ubicado en la colonia Juárez fue víctima de un intento de despojo hace varios meses. Su propiedad, ubicada en una zona de alta plusvalía, se anunciaba en páginas de internet. “Excelente oportunidad de inversión, casa con 212 metros cuadrados”, se ofertaba en la red. El propietario colocó frente a su casa un letrero grande que decía: “Esta propiedad no se vende, evita fraudes”.

La vivienda es un problema serio en el DF. La capital mexicana no cuenta con una ley vanguardista en la materia que ayude a mejorar la calidad de vida de los residentes. La normatividad vigente data desde principios del 2000. El modelo de crecimiento que predomina en la ciudad ha provocado que 100.000 personas sean desplazadas anualmente y que otras 250.000 vivan en asentamientos marginales, ha afirmado el secretario de desarrollo urbano capitalino, Felipe de Jesús Gutiérrez. Además cada año se establecen 40.000 hogares. “El patrón de ocupación territorial de la ciudad es ineficiente, desarticulado e inequitativo”, aseguró el funcionario hace un par de meses.

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