México registra cada día 300 denuncias ciudadanas por extorsión
La mayoría de los casos nacen de grupos que operan desde las cárceles, y el cebo del secuestro de algún familiar no siempre es real
Una media de 300 ciudadanos mexicanos denuncian cada día casos de extorsión. Así los constata una herramienta lanzada por la ONG Consejo Ciudadano del Distrito Federal para facilitar las denuncias ciudadanas. Durante los 10 meses que lleva operativa la aplicación móvil No Más Extorsiones, se han contabilizado 90.000 casos en todo el país. El perfil más común es a través de una llamada telefónica anunciado el secuestro de un familiar y exhortando al pago de un rescate a cambio de su liberación.
El equipo de trabajo de la ONG confeccionó en febrero una base de datos con más 100.000 números telefónicos sospechosos de haber sido utilizados con frecuencia en casos de extorsión. Una vez descargada en el teléfono celular, cuando la aplicación detecta la entrada de uno de estos números emite una alerta que dice No contestes, #sospechoso, así como la posibilidad de denunciar nuevos números que entran en la lista roja. En los 10 meses que lleva operando la herramienta, se han sumado 8.500 teléfonos nuevos, así como 11.000 cuentas bancarias utilizadas por los delincuentes.
Distrito Federal, Estado de México y Aguascalientes son las entidades donde más denuncias se registran
Distrito Federal, Estado de México, Aguascalientes, Puebla, Jalisco y Veracruz, son los Estados donde más denuncias ha registrado el sistema, que opera en todo el país. En menor volumen, estas cifras de denuncias ciudadanos corresponden de manera proporcional con el número de delitos de extorsión que constan en los registros oficiales de la Secretaría de Gobernación. Jalisco, Estado de México y Distrito Federal son las entidades con mayores índices. Hasta octubre, se han registrado 4.479 delitos de extorsión en el país, un 16% menos que el mismo periodo del año anterior.
En la mayoría de los casos, los delitos de extorsión nacen de grupos delincuentes que operan desde dentro de las propias cárceles, y el cebo del secuestro de algún familiar no siempre es real. La organización de estos grupos suele comenzar tanteando posibles víctimas a través de la guía telefónica. La figura conocida como halcón es la que se encarga de vigilar y recabar información de la víctima. Otra persona está al tanto de la llamada y el contacto; y un tercero se encarga de cobrar la extorsión.
El cobro mínimo es de cinco dólares y puede llevarse a cabo a través de tarjetas de prepago o la entrega del dinero en una cuenta bancaria. Se ha registrado también la entrega de vehículos o joyas como rescate. Es menos frecuente, pero la comunicación de la extorsión también puede realizarse por mensajes escritos vía celular, el correo electrónico o la amenaza cara a cara.
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