“No uséis nuestra canción para vuestras políticas de mierda”: cuando música y campañas colisionan

De Ska-P contra el PP a MGMT contra Nicholas Sarkozy, Aquí va un listado de bandas que se enfadaron cuando partidos en campaña usaron sus canciones para conseguir votos

Grupos como Cariño o Bikini Kill (arriba), DJs como Calvin Harris o cantantes como Elton John son algunas de las figuras de la industria musical que se enfrentaron a partidos políticos por usar sus temas sin permiso.Getty Images / Blanca López (collage)

“No creo que el rock’n’roll y la política deban estar juntos en la misma cama”. La sentencia de Alice Cooper, repetida a lo largo de su carrera en diferentes versiones, refleja la fobia del cantante estadounidense a mancillar su música con semejantes asuntos. Lo que vendría a ser la traducción shock rock de aquel “tú no te signifiques, hijo/a”, que aconsejaban algunos padres durante el tardofranquismo. Pero, ¿Qué sucede cuando son las formaciones políticas las que utilizan una determinada canción durante sus campañas electorales o en sus vídeos propagandísticos? Pues que la cosa suele acabar regular tirando a mal.

Muchos simplemente escogen un tema porque está de moda o porque resulta pegadizo. Otros pretenden hacer creer que ese artista apoya su candidatura, en ocasiones llegando a retorcer de manera grosera el significado original de una letra en favor de sus intereses. Los partidos políticos suelen pagar unas determinadas tasas por usar el repertorio de una entidad de gestión musical (como la SGAE en España), lo que les da derecho a utilizar ciertas canciones, pero no a modificarlas. En EE.UU. hay músicos que, tras enviar una notificación de cese y desistimiento, han logrado desvincular sus composiciones de estos fines propagandísticos. Incluso alguno ha alcanzado un acuerdo extrajudicial con la contraparte, consiguiendo una indemnización monetaria. Por el contrario, la mayoría termina asumiendo que, si se ha pagado el canon correspondiente, no hay mucho más que rascar, aparte de piar en X (la antigua Twitter) o de quejarse amargamente en Instagram. “Es el mercado, amigo”, que diría un antiguo cargo público que acabó en prisión.

El (pen)último incidente, hace escasos días, ha sido el de la banda anarquista británica Chumbawamba contra Winston Peters, el populista viceprimer ministro neozelandés, exigiéndole que deje de utilizar su éxito Tubthumping en sus eventos. “Nos gustaría recordarle que la canción fue escrita para y sobre la gente corriente y su resiliencia, no sobre políticos ricos que intentan ganar votos cortejando absurdas teorías de la conspiración y escupiendo desafortunadas ideologías racistas”, clamaba su guitarrista, Boff Whalley, en un comunicado enviado a los medios. Allí aseguraba que Chumbawamba nunca dio permiso a Peters para usar el tema y, por lo tanto, solicitaban que deje de emplearlo “para apuntalar sus opiniones políticas equivocadas”.

Aquí recordamos otros 15 casos similares (de todos los colores políticos), aunque existen centenares de ellos. Porque, ¿Cómo resistirse a un hit aunque el artista -e incluso la canción- tenga una ideología totalmente opuesta?

Concierto de Ska-P en Italia en 2023.Stefano Guidi (Getty Images)

Ska-P contra el PP

Otra reciente controversia sucedió este 20 de marzo, cuando el PP de San Sebastián colgó un vídeo en sus redes sociales en el que señalaba “los asentamientos ilegales y los edificios ocupados” de la ciudad, acompañado del tema Cannabis (el de “lega-legalización…”) de los madrileños Ska-P. La banda anticapitalista respondía en Twitter: “Señores del Partido Popular, les pedimos públicamente que retiren nuestra canción Cannabis de este miserable video”. Al cierre de este artículo, el community manager de la formación conservadora no parecía haberse dado por enterado.

Cariño contra el PP

En las pasadas elecciones generales del 23 de julio de 2023, el Partido Popular de Madrid aprovechó el tema Si quieres, del trío de pop feminista Cariño, para anunciar en sus redes sociales su acto central de campaña, que contó con su presidente Alberto Núñez Feijóo; el alcalde de la capital, José Luis Martínez-Almeida, y la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso. “Nunca apoyaremos de ningún modo cualquier partido que vaya en contra de nuestros principios y de los derechos humanos”, arremetió el grupo en su cuenta de Instagram, poco antes de dejar un mensaje en el perfil del PP: “No uséis nuestra canción para promover vuestras políticas de mierda”.

Macaco en Rock in Rio 2012.Carlos Alvarez (Getty Images)

Macaco contra el PP

El cantante Daniel Carbonell, alias Macaco, denunció en septiembre de 2015 a través de sus redes sociales el uso “ilegal” de Seguiremos, una de sus composiciones en un mitin del PP catalán en el que participaban Mariano Rajoy y el candidato a la Generalitat, Xavier García Albiol. Se trataba, según el músico barcelonés, de “una canción que cedí para la lucha contra el cáncer infantil (…). Me insultan a mí y a todos los que luchamos por una sanidad pública digna, intentando unir emociones. Pero la suya nace de la farsa, de la mentira, del engaño, de la manipulación”. En 2009, Macaco ya había amenazado con llevar a los tribunales a Falange Española por “uso indebido” de su tema Moving en un anuncio electoral de la formación fascista.

Coque Malla contra Vox

En octubre de 2018, VOX organizó un evento en el madrileño Palacio Vistalegre en el que sonó No puedo vivir sin ti, la famosa composición de Coque Malla. El músico respondió vía redes sociales con un comunicado: “No sé si VOX España, el partido de ultraderecha que ha utilizado sin permiso (tienen perfecto derecho a hacerlo, qué le vamos a hacer) mi canción No puedo vivir sin ti en uno de sus mítines, sabe que media España piensa que es una canción dedicada a la cocaína… Lo digo porque igual han metido un poco la pata. Pero no se preocupen, señores de VOX, la otra media sabe la verdadera inspiración de la canción, que no es otra que la relación homosexual entre dos amigos gays muy queridos, que lo pasaron realmente mal por culpa de la intolerancia y de la estupidez homófoba. Por amistad y solidaridad, les escribí esa bonita canción que tanto les ha ayudado en su vida de pareja. Como me cuesta trabajo pensar que ustedes apoyen nada que tenga que ver con la cocaína (nunca se sabe, pero me cuesta trabajo), me inclino a pensar que por fin han abierto sus mentes y han abrazado la causa homosexual. Si es así, les felicito sinceramente; es un ejemplo que un partido de derechas apoye la igualdad de derechos y la libertad de elección sexual”. El cabecilla ultra Santiago Abascal no tardó en embestir al bulto: “No sé bien qué nos cuentas, Coque, la droga es muy mala. Pero espero que tampoco se entiendan mucho tus canciones en las que hablas de violar mujeres o de pedir más dinero a papá y a mamá. Que la gente va a creer que eres un niñato misógino. Y eso parece más cierto de lo que insinúas”. Vamos, que no, que no habían abrazado la causa homosexual.

Sidonie contra el PSOE

No solo la derecha y la ultraderecha se ha metido en estos berenjenales, aunque suelan llevarse la palma en estas protestas. En diciembre de 2015, el PSOE sufrió un rapapolvo por parte de los barceloneses Sidonie por ambientar uno de sus mítines en Cataluña con su tema Estáis aquí. “No sabemos que opinaría Freddie Mercury si hubiese visto bailar Don’t Stop Me Now a Miquel Iceta, pero a nosotros no nos hace ninguna gracia que un partido político, sea cual sea, use una canción nuestra en sus mítines, y menos todavía que no nos lo hayan consultado”, se lamentaba el grupo en Facebook.

Aerosmith en los Grammy 2020.Kevin Winter (Getty Images for The Recording A)

Aerosmith contra Donald Trump

En la sección internacional no hay sujeto con más causas musicales abiertas que Donald Trump. En 2015, Steven Tyler, el vocalista de Aerosmith, pidió mediante una carta al candidato presidencial que dejara fuera de su campaña su célebre tema Dream On, porque “violaba los derechos de autor”. El republicano lo eliminó de sus apariciones públicas, no sin antes decir su última palabra en Twitter: “Aunque tengo el derecho legal de usar la canción de Steven Tyler, él me pidió que no lo hiciera. ¡Y ya tengo una mejor para ocupar su lugar! Steven Tyler recibió más publicidad por esta solicitud de la que ha obtenido en diez años. ¡Me alegro por él!”.

Elton John contra Donald Trump

El marido de Melania se ha declarado enamorado, musicalmente hablando, de Elton John, al que conoce desde hace décadas, aunque el compositor inglés se negara a actuar durante su toma de posesión en 2017. Un año antes ya le había pedido que dejara de utilizar éxitos como Tiny Dancer en sus apariciones. “Realmente no quiero que mi música esté involucrada en nada que tenga que ver con una campaña electoral estadounidense. Soy británico”, argumentó. “Conocí a Donald Trump y fue muy amable conmigo, no es nada personal. Sus opiniones políticas son las suyas; las mías son muy diferentes. No sería republicano ni en un millón de años”.

Ozzy Osbourne contra Donald Trump

Sharon Osbourne, esposa y mánager (no sabemos si por ese orden) de la leyenda heavy Ozzy Osbourne, criticó al líder estadounidense por usar la canción Crazy Train en 2019 y le avisó de que tenía prohibido emplearla en anuncios sin su aprobación. “Tal vez debería comunicarse con alguno de sus amigos músicos. Quizá Kanye West (Gold Digger), Kid Rock (I Am The Bullgod) o Ted Nugent (Stranglehold) permitan el uso de su música”, atizaba ella en su comunicado. Los títulos de las tres piezas sugeridas (Buscador de oro, Yo soy el dios-toro y Collar de fuerza) no hacen suponer que Sharon sea la mayor fan del magnate. The Rolling Stones o R.E.M., entre decenas de artistas, también han reprobado el uso de sus temas en los eventos del it señoro del populismo.

Jackson Browne en 2023.Jerod Harris (Getty Images)

Jackson Browne contra John McCain

Durante la campaña presidencial de 2008 del senador republicano John McCain se utilizó Running On Empty, una de las canciones más conocidas de Jackson Browne, para burlarse del candidato demócrata Barack Obama por sus declaraciones sobre la necesidad de reducir el consumo de gasolina. El cantautor estadounidense, demócrata declarado, presentó una demanda contra McCain. “La apropiación indebida del respaldo de Jackson Browne es totalmente reprobable”, afirmó su abogado. Antes de acudir a los tribunales se llegó a un acuerdo extrajudicial por el que el senador pagó una cantidad no revelada, además de disculparse públicamente. No ha sido el único caso de artistas que protestaron ante la explotación de sus creaciones por parte de McCain: Foo Fighters (My Hero) e incluso ABBA (Take A Chance On Me) ya se pronunciaron contra él.

Bobby McFerrin contra George H. W. Bush

En 1988, cuando George H. W. Bush era vicepresidente de Ronald Reagan y aspiraba a relevarle en la Casa Blanca, se embarcó en la carrera electoral de la mano de Don’t Worry, Be Happy, el totémico tema de Bobby McFerrin, que le pidió que dejara de emplearlo. Para suavizar las cosas, Bush invitó a cenar al cantante, que era partidario del demócrata Michael Dukakis, pero aquel ofrecimiento fue rechazado. Finalmente, la campaña de Bush desestimó esta melodía y This Land Is Your Land, de Woody Guthrie, se convirtió en su nuevo leitmotiv. Guthrie, ferviente socialista y antifascista no se quejó. Había fallecido en 1967.

Sam & Dave contra Barack Obama

Sam Moore, una de las voces del dúo de soul Sam & Dave, solicitó a Barack Obama que retirara su clasicazo Hold On, I’m Comin’ de la banda sonora previa a sus intervenciones en las elecciones de 2008. “No he aceptado respaldarlo para el cargo más alto de nuestra nación (…). Mi voto es un asunto muy privado entre las urnas y yo”, aseguró Moore. Aunque añadió que resultaba “emocionante” ver a un hombre de color postularse para la presidencia. El equipo de Obama dejó de utilizarlo. En 2009, tras la victoria electoral del aspirante demócrata, el cantante llegó a actuar en el baile inaugural de la presidencia.

Bikini Kill en un concierto en 2022.Mat Hayward (Getty Images)

Bikini Kill contra Hillary Clinton

Tobi Vail, batería y cofundadora de las riot grrrls Bikini Kill, presentó en 2016 una demanda de infracción de derechos de autor contra un vídeo en apoyo de la campaña presidencial de Hillary Clinton, ambientado con el single del grupo Rebel Girl. Vail explicó que no estaba hablando en su nombre o en el de su grupo, sino en el de decenas de fans de Bikini Kill. “Nosotras no autorizamos el uso de nuestras canciones en anuncios”, advirtió entonces, admitiendo su apoyo a Bernie Sanders, un candidato mucho más izquierdista, en aquellas primarias.

Talking Heads contra Charlie Crist

David Byrne, el líder de Talking Heads, llegó a emprender acciones legales contra un político por emplear su música sin permiso. En 2011, el candidato demócrata de Florida Charlie Crist terminó pagándole a Byrne una suma de dinero no revelada (en la demanda se solicitaba un millón de dólares), por la explotación de su sencillo de 1985 Road To Nowhere en un vídeo que atacaba a su oponente republicano, Marco Rubio. Además, Crist tuvo que publicar una disculpa en YouTube. “Parece que soy uno de los pocos artistas que tienen el dinero y (las agallas) para desafiar esta clase de prácticas. Mi esperanza es que al enfrentarme a ellas tal vez se conviertan en menos habituales. O, mejor aún, que nunca más se produzcan en el futuro”, manifestó Byrne.

MGMT en un concierto en 2018.Anthony Pidgeon (Redferns)

MGMT contra Nicolas Sarkozy

La Unión por un Movimiento Popular (UMP), la coalición francesa que lideraba el conservador Nicolas Sarkozy, desembolsó 30.000 euros en abril de 2009 por usar en repetidas ocasiones durante su congreso nacional el exitoso Kids, del grupo MGMT. En un principio la respuesta de la UMP ante la demanda del dúo estadounidense fue ofrecer un euro como compensación. Una contestación “insultante” y “una falta de respeto a los derechos de los artistas y los autores”, según la abogada de la banda, que siguió litigando hasta alcanzar un acuerdo extrajudicial. Curiosamente, en septiembre de ese año, Sarkozy aprobó la llamada “ley de los tres avisos”, una de las más restrictivas de Europa en materia de piratería: a la tercera descarga ilegal detectada, el ciudadano se quedaba sin conexión a internet.

Calvin Harris y Florence and The Machine contra Theresa May

La líder conservadora británica Theresa May aún recordará su desastroso discurso en el congreso anual de su formación en 2017: fue interrumpida por un espontáneo, sufrió constantes ataques de tos y, al final, varias letras del lema del congreso se cayeron al suelo. Antes había subido al escenario al ritmo de This Is What You Came For, del productor Calvin Harris (con la colaboración de Rihanna). Harris tuiteó a modo de respuesta: “Ni apoyo ni apruebo que se reproduzcan canciones felices en un evento tan triste”. Al final de esa misma reunión tumultuosa se escuchó You’ve Got The Love, de Florence and The Machine. Florence Welch escribió poco después en sus redes que su uso “no fue aprobado por nosotros ni lo habría sido si lo hubieran pedido” y exigió a los tories que “se abstuvieran” de utilizar su música en el futuro. Lo de Theresa May fue cantar línea y bingo con la misma bola.

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