Cindy Crawford lanza su propio tequila: Casamigas Jalapeño
La supermodelo se une a la larga lista de celebridades que se adentran en el mercado de los espirituosos de la mano de la exitosa marca que fundaron su marido, Rande Gerber, y George Clooney
En el año 2013, tres amigos tuvieron la idea de lanzar una marca de tequila en la que llevaban años trabajando. Su objetivo era elaborar un tequila tan sabroso y suave que no se necesitase sal o lima para paliar su gusto. Y aquella idea fue un éxito. Los tres colegas eran ni más ni menos que el actor George Clooney, el empresario Rande Gerber ―marido de Cindy Crawford― y el promotor inmobiliario Mike Meldman. La llamaron Casamigos, y el negocio les salió más que rentable. Tanto que, en 2017, la destilería británica Diageo compró la marca por 1.000 millones de dólares ―905 millones de euros―. Ahora es la supermodelo, de 58 años, quien ha decidido probar suerte en el mundo de los espirituosos bajo el mismo paraguas: Casamigas, un tequila 100% de agave azul Weber, con sabor natural a jalapeños. El propio Rande Gerber, de 61 años, y con quien Crawford se dio el “sí, quiero” en 1998, ha sido el encargado de diseñar la botella, que incluye una imagen de los labios de su esposa, así como el característico lunar de la maniquí.
Fue precisamente a causa de la idea millonaria de George Clooney por la que infinidad de celebridades decidieron probar suerte en el negocio de las bebidas alcohólicas. Al principio, el boom fue el de las bebidas espirituosas de agave, es decir, tequila o mezcal: el cantante Justin Timberlake se hizo con Sauza 901 en 2015, una línea premium de tequila triple destilado; Adam Levine, vocalista de Maroon 5, creo la suya propia, Santo Mezquila, por la misma época. Después vinieron Michael Jordan, Maluma o Dwayne Johnson, cuyo tequila, Teremana, se convirtió en el que más rápido ha crecido en la historia, ya que vendió 600.000 cajas de nueve litros en 2012, un año después de su lanzamiento. El whisky es el otro licor que ha seducido a muchos famosos. Es el caso de los actores Matthew McConaughey (Wild Turkey Longbranch Bourbon) o Jamie Foxx (Brown Sugar Bourbon), los cantantes Bob Dylan (Heaven’s Door Whisky) y Drake (Virginia Black Whisky) o David Beckham (Whisky High Club).
Casamigas Jalapeño, la nueva incorporación a la familia Casamigos, está inspirada en la bebida favorita de Crawford: Casamigos Margarita. “Hace unos años, Rande y yo estábamos viendo la puesta de sol en nuestro muelle y hablamos de lo divertido que sería para mí preparar un tequila picante. Listo, nació Casamigas”, ha declarado a Forbes la modelo, quien se encargó de anunciar este 8 de abril su nuevo proyecto en su cuenta de Instagram, en la que acumula más de ocho millones de seguidores. “Cindy obviamente ha sido parte del viaje de Casamigos desde el primer día, y estoy entusiasmado de que ahora pueda darle sus toques especiales a Casamigas”, ha dicho al mismo medio Rande Gerber.
Bien es cierto que las mujeres se han acercado menos al negocio del alcohol, quizás porque a la mayoría de las celebridades les sigue saliendo más rentable invertir en negocios en apariencia más saludables, ya sea ese amplio cajón que engloba el estilo de vida, como es el caso de Gwyneth Paltrow y su todopoderosa marca Goop, o negocios más concretos vinculados con la moda o la cosmética.
Aun así, ellas también existen. La actriz Kate Hudson fue una de las pioneras y en 2019 lanzó King St. Vodka, al que nombró así en honor a la ubicación de su antigua casa en Nueva York, donde solía hacer fiestas de cenas y cócteles. A ella se le han unido otras: Cameron Diaz creó en 2020 Avaline, una empresa de vinos blancos y rosados; Drew Barrymore también cuenta con una colección de sus propios vinos, elaborados en Monterrey, desde 2013; Jennifer Lopez sacó su spritz bajo el nombre DeLola en 2023, y también ese año Emma Watson anunció el lanzamiento de su ginebra Renais, un proyecto que comparte con su hermano Alex.
Cindy Crawford es la última en apuntarse a la tendencia con su tequila Casamigas y, si su olfato para los negocios sigue siendo el mismo, es altamente probable que la idea se convierta en otro éxito. Según la revista Forbes, Crawford continúa siendo una de las supermodelos más ricas del mundo, aunque su rentabilidad ya no se deba únicamente a campañas de moda y belleza. Su fortuna, a día de hoy, se estima en 225 millones de dólares (unos 207 millones de euros) y parte de su éxito se debe a su línea de cosmética antienvejecimiento denominada Meaningful Beauty, que lanzó en 2004. Al igual que su marido con los espirituosos, Crawford supo ver el filón de la unión entre celebridades y el mundo de la belleza, que luego imitarían tantas otras, desde Rihanna a las Kardashian. Desde 2005, la supermodelo también tiene una línea de decoración, Cindy Crawford Home Collection, que vende mobiliario en EE UU y Canadá.
A su fortuna se le une la de su marido y padre de sus dos hijos (Presley y Kaia). Rande Gerber, de 61 años, también se inició en la industria de la moda cuando la agencia Ford Models le fichó con tan solo 16 años, lo que le hizo desfilar en diversas pasarelas europeas durante su juventud. Sin embargo, su vida laboral cambió cuando tuvo la oportunidad de administrar los bares de la red de hoteles boutique del promotor inmobiliario Ian Schrager (uno de los cofundadores del emblemático Studio 54). De aquella experiencia nació el Gerber Group, una empresa especializada en negocios nocturnos de altos vuelos: suyos son el emblemático The Whiskey en el Paramount Hotel de Nueva York, los Armani Café de Giorgio Armani en ciudades como Boston, Los Ángeles, San Francisco y Nueva York, o los bares de los W Hotels, la cadena de hoteles de lujo propiedad de Marriott International, entre muchos otros. En 2008, Rande Gerber entregó las riendas del negocio a su hermano Scott, quien sigue dirigiendo el mismo, puesto que él quería centrarse en lanzar una marca de tequila. Como adelantamos al principio, el salto le salió bien. El nuevo lanzamiento de Casamigas parece ser otra de las muy buenas ideas del matrimonio Gerber-Crawford.