Pavo estofado con salsa cremosa de tomate
El contramuslo de pavo es perfecto para estofar en tiempo récord, y la salsa de tomate te dará ganas de untar o mezclarla con un buen puré de patata. Todo ensuciando solo una cazuela y con poquísimos ingredientes.
La combinación de nata o leche evaporada con tomate potencia lo mejor de los dos ingredientes: la acidez del tomate se compensa con la dulzura de la lactosa y su cremosidad hace que se venga arriba, mientras el fruto aporta saborazo a un lácteo que solo es bastante sosete.
Un dúo fabuloso en el que podemos estofar prácticamente cualquier cosa que no pida una cocción muy larga: albóndigas, contramuslos de pollo, champiñones, unas buenas salchichas artesanas o el pavo que escogí estarán listos en unos 20 minutos a fuego muy lento. El tiempo justo para que tanto la leche evaporada como el tomate pierdan un poco de agua y se conviertan en una crema integrada y con una densidad que invita a ponerle una base o un acompañamiento que recoja tanta enjundia. Si se usa tomate triturado, es posible que lleve ácido cítrico como conservante: en ese caso hay que estabilizar la salsa con una cucharadita de maicena disuelta en -muy poca- agua, o la salsa se cortará.
Yo lo serví sobre un puré de patatas rústico sencillísimo: patatas nuevas con piel cocinadas enteras, posteriormente peladas y trabajadas con el aplasta patatas, un poco de leche y algo de mantequilla (o agua de su cocción y aceite de oliva). Siempre con una cantidad generosa de pimienta, y en este caso con un poco de una trufa que me regaló un amigo y tenía congelada.
Dependiendo de lo que tengas a mano y las ganas de trabajar, también puede servirse sobre polenta, arroz, quinoa, patatas fritas cortadas en dados -delicia absoluta- o hervidas tal cual, cuscús, una pasta corta… o simplemente con un trozo de pan para untar bien la salsa, algo básico para disfrutar de este cremosísimo estofado.
Dificultad: Ninguna.
Ingredientes
Para 4 personas
- 600 g de contramuslo de pavo en dados grandes
- 1 cebolla grande
- 2 dientes de ajo
- Hierbas al gusto (yo usé tomillo fresco)
- 250 g de passata (o 250 de tomate triturado escurrido un par de minutos sobre un colador de malla fina y una cucharadita de maicena disuelta en la mínima agua posible para estabilizar el efecto del ácido cítrico)
- 250 ml de leche evaporada
- Sal
- Pimienta
- Aceite de oliva suave
Para acompañar
- Puré de patatas, cuscús, pasta o pan
Instrucciones
Nota de la autora: Ante la posibilidad de que un tomate triturado o una passata con ácido cítrico desestabilicen la leche y hagan que la salsa se corte, he añadido una cucharadita de maicena en los ingredientes y el proceso, para estabilizar la salsa si se diera el caso. Mil disculpas a quien se haya podido ver afectado por el posible ácidogate.
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