Seis vinos de La Mancha sin complejos

No tienen buena fama los vinos de La Mancha, la gran productora de vino de España, mayoritariamente graneles. Esta tierra de secano, con vastos viñedos que se extienden hasta perderse en el horizonte bajo un cielo azul, se caracteriza por veranos cálidos e inviernos fríos. Aquí la vid se cubre de desmesura, bate récords mundiales e impregna el alma castellano-manchega hasta convertirse en la vena vital de su cultura. La magnitud de La Mancha es impresionante: alberga el mayor viñedo del mundo, con 151.717 hectáreas de viñedo acogido a D.O. La Mancha en 2023, y cultivado por 11.208 viticultores, casi la mitad de ellos en Ciudad Real. Ello supone aproximadamente un 30% del vino elaborado en España, la inmensa mayoría en cooperativas con existencias millonarias. Como Virgen de las Viñas, en Tomelloso, fundada en 1961 por 15 socios y que hoy cuenta con 3.000, y más de 20.000 hectáreas de viñedo, lo que la convierte en la mayor de Europa. A su lado, las 215 bodegas inscritas en la D.O. tienen serias dificultades para hacerse notar.

Pese a estas impresionantes cifras, La Mancha es una de las zonas vitivinícolas de menor rendimiento por hectárea de toda España, lo que obliga a basar la rentabilidad en el volumen. Y eso que se ha realizado exitosamente la reconversión de viñedo pasando de la muy mayoritaria blanca airén a la hoy dominante tinta tempranillo (cencibel); se han autorizado varietales nobles como cabernet sauvignon, merlot, y syrah; y realizado importantes inversiones tecnológicas junto con la creación de un impresionante parque de barricas de roble. Todo ello ha supuesto un incremento sustancial del vino embotellado frente a la gran producción de graneles, mayoritariamente destinados a la exportación, provocando un giro radical a su realidad histórica, sentando las bases de una auténtica revolución vitivinícola.

Es cierto que persisten graves problemas, pero hay también grandes posibilidades. El mayor, sin duda, es la percepción que tienen los consumidores de los vinos manchegos: mediocres, homogéneos, sin personalidad, aunque, eso sí, muy baratos. Esa imagen ha disuadido a varios de los mejores bodegueros a comprometerse con la Denominación de Origen. Es el caso de la antigua cooperativa Vinícola de Castilla, pionera bajo el liderazgo de Alfonso Monsalve, hoy jubilado, en la modernización y comercialización de los vinos manchegos con su Señorío de Guadianeja. Sin embargo, hoy comercializa el vino de mayor calidad, Guadianeja Paraje Alto Hungrao, como Vino de la Tierra de Castilla. Este grave problema de imagen ha llevado al Consejo Regulador a crear La Mancha Excellent, nueva subclasificación enfocada a los vinos de alta gama. Con un reglamento extremadamente restrictivo y un seguimiento de trazabilidad rigurosísimo, busca crear una imagen de Premium Quality que permita conquistar los mercados de calidad. Argumentos para la excelencia no le faltan: gran diversidad de terruños, suelos de tierra parda rojiza, fruto de sedimentos de estructura caliza, margas y arenas, numerosas parcelas, algunas con cepas de pie franco, un buen elenco de las variedades nobles. Estos seis vinos sin complejos son una buena muestra.

CÁNFORA PIE FRANCO 2018

CLAVIS 2016

EL VÍNCULO PARAJE LA GOLOSA 2017

PEDROHERAS TEMPRANILLO ROBLE 2022

ALLOZO GRAN RESERVA 2016

YUNTERO TEMPRANILLO 2016