Seis vinos de calidad con tapón de rosca

Los vinos en botellas con tapón de rosca, generalmente de aluminio con una capa de plástico o espuma en su interior para proporcionar un sellado hermético, están ganando lentamente aceptación entre los consumidores españoles, aunque aún lejos de los niveles alcanzados en países como Estados Unidos, Chile, Australia, Nueva Zelanda, Sudáfrica, Alemania, Holanda y Francia. Es cierto que la gran mayoría son vinos baratos y de calidad mediocre, pero algunas bodegas españolas de alta calidad han comenzado a utilizarlos. Se trata de un fenómeno incipiente y novedoso, al igual que en su día lo fue el corcho.

Recordemos que comenzó a utilizarse como tapón de botella en el siglo XVIII, aproximadamente 500 años después de la comercialización de las primeras botellas de vidrio. Es cierto que el corcho demostró pronto sus virtudes más allá de taponar la botella, convirtiéndose en parte esencial del proceso de afinamiento del vino en la botella mediante el cual puedan evolucionar hasta lograr su mejor expresión y alcanzar la excelencia. Sin embargo, el tapón de corcho se enfrenta, aunque cada vez menos, a la amenaza del terrible TCA (tricloroanisol), un compuesto químico que puede afectar al sabor y al aroma del vino, a menudo descrito como un olor a moho o a humedad, capaz de arruinar vinos de alta calidad y precio. De ahí que el ritual de oler el corcho antes de servir el vino tenga como objetivo detectar este problema. Como reacción a este riesgo han surgido diversas alternativas al corcho: tapones sintéticos, de vidrio y de rosca. Todos protegen contra la contaminación y preservan los aromas, sabores y frescura, ya que el vino evoluciona protegido de agentes externos.

La razón principal por la que al tapón de rosca le cuesta implantarse en los países de gran tradición vitivinícola, a pesar de su innegable utilidad en vinos jóvenes o con una ligera crianza en roble, radica en su mala imagen, asociada a vinos baratos de baja calidad, que fueron los primeros en utilizarlo y siguen siendo la gran mayoría. Sin embargo, esta percepción está cambiando, aunque lentamente, con su uso por parte de bodegas prestigiosas en zonas como Rías Baixas, Rueda, Ribera del Duero o Rioja. Pero estamos muy lejos de países donde el tapón de rosca es predominante: Nueva Zelanda (95%), Australia (80%), Sudáfrica (65%) y Chile (63%). Paradójicamente, en algunas tiendas y supermercados de Alemania, Francia, Suecia, Holanda e Inglaterra, es posible encontrar vinos españoles de calidad con tapón de rosca que se venden en España con tapón de corcho. Esto se debe a que los consumidores de estos países, especialmente los más jóvenes, valoran la comodidad y la seguridad por encima de la imagen. Una razón de peso, sobre todo si tenemos en cuenta que no todos los tapones de rosca son iguales. Desde su desarrollo industrial en los años sesenta del siglo pasado y su popularización en la década de 1970 por bodegueros de Australia y Nueva Zelanda, el tapón de rosca ha evolucionado significativamente. Hoy en día existen varios tipos (Roscap, Stelvin y Pilfer Stelcap), que pueden ser un buen indicador de la calidad del vino, permitiendo ofrecer una imagen moderna, un valor añadido a su facilidad de apertura y a la posibilidad de volver a cerrar la botella cómodamente, lo que facilita el consumo por copas, práctica cada vez más extendida. Es cierto que el vino en botella con tapón de rosca es de rotación rápida al tener una vida más corta, y que se pierde la ceremonia social y cultural del descorche, pero los tapones de rosca pueden desempeñar un papel importante en la promoción del consumo del vino, que buena falta nos hace. Estos seis blancos y tintos jóvenes demuestran que la calidad puede convivir perfectamente con la comodidad del tapón de rosca.

La Bota de Florpower 119 MMXXII 2022

Artadi Tradición 2022

Quíbia 2022

Basa Blanco 2022

Olcaviana Tempranillo 2022

Raimat Castell Chardonnay 2022

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