La gestión de los barrios acecha a Almeida: 12 grandes ‘incendios’ sin resolver a 100 días de las elecciones

Ciudadanos de numerosos puntos de la capital han salido a las calles en los últimos meses como protesta por la gestión que el Ayuntamiento ha hecho en sus barrios: ‘parkings’, obras, talas de árboles, la atención al ciudadano, promesas incumplidas y ‘pelotazos’ urbanísticos, entre ellos

El alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, el miércoles durante un acto en el Ayuntamiento.Carlos Luján (Europa Press)

¿Cuáles son los tres principales problemas que tiene la ciudad de Madrid ahora mismo? Mediante una respuesta espontánea, uno de cada tres madrileños cree que lo peor es la suciedad de las calles, seguido de los atascos y la contaminación. Así se desprende de la última gran encuesta municipal elaborada por el Ayuntamiento de la capital, publicada hace 10 días por el área de Transparencia. Más allá del cuestionario...

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¿Cuáles son los tres principales problemas que tiene la ciudad de Madrid ahora mismo? Mediante una respuesta espontánea, uno de cada tres madrileños cree que lo peor es la suciedad de las calles, seguido de los atascos y la contaminación. Así se desprende de la última gran encuesta municipal elaborada por el Ayuntamiento de la capital, publicada hace 10 días por el área de Transparencia. Más allá del cuestionario ―respondieron más de 1.000 madrileños― la realidad es que la capital de España cuenta con numerosos distritos —entre ellos grandes feudos del PP, como Chamberí y Chamartín— donde miles de vecinos llevan protestando meses por la gestión municipal de José Luis Martínez-Almeida durante estos cuatro años.

A menos de 100 días de las elecciones municipales de mayo, estas movilizaciones se están recrudeciendo por numerosos barrios del norte y del sur de la capital. La última gran marcha sucedió el domingo en la Puerta del Ángel, donde el Ayuntamiento ha facilitado un pelotazo urbanístico a un magnate venezolano. O hace nueve días, cuando, en el parque de Madrid Río, miles de madrileños se manifestaron contra la tala de cientos de árboles. Estos son los 12 grandes incendios sin resolver que acechan a Almeida a tres meses de las urnas.

1. Un ‘macroparking’ de 800 plazas en los alrededores del Retiro que pone en peligro el Paisaje de la Luz. Almeida anunció en 2020 y por sorpresa que, tanto el Ayuntamiento como la Comunidad de Madrid, iban a construir un gran aparcamiento en la zona de Retiro: 800 plazas junto al emblemático parque. El proyecto ha levantado ampollas en el vecindario, que no lo considera necesario.

Vecinos de Retiro portando las 35.000 firmas en contra del 'macroparking' que el Ayuntamiento ha anunciado en su barrio. EUROPA PRESS

El plan cuenta ahora mismo con la lupa de la Unesco, que desde julio de 2021 señaló a este entorno ―del que forma parte el Hospital Niño Jesús― con el título de Patrimonio Mundial de la Humanidad: el conocido como Paisaje de la Luz. Una obra de estas dimensiones, alertan los expertos, podría suponer la retirada de la distinción. Un varapalo de proporciones históricas para cualquier Administración y que ya le ocurrió hace dos veranos al puerto marítimo de Liverpool (Reino Unido). Las sospechas de los contrarios a esta megainversión son muy sencillas: si se llevase a cabo, atraería más tráfico y más contaminación a la zona, contraviniendo las recomendaciones de la Unesco de conservar y proteger un espació único y emblemático como el parque del Retiro y sus alrededores. Solo en la plataforma Change.org los vecinos llevan recogidas más de 45.000 firmas.

2. La gran chapuza de Ponzano y la nueva normativa de terrazas. En la reforma de la calle de Ponzano, que está a punto de terminar tras más de 100 días de obras, están metidas en el tajo cuatro empresas. Ejecutan unos trabajos de 873.677,95 euros que afectan a poco más de 70 números de una calle. Una de las sociedades denunció en EL PAÍS un impago de otra en diciembre. Todo esto sucede en el epicentro de la manida libertad madrileña, en una vía de poco más de 1.000 metros que alberga más de 70 bares, donde hubo un tiempo en el que los vecinos de la calle colgaban banderas de España en los balcones y que ahora, poco a poco, van mutando en carteles contra el ruido que generan los clientes de las terrazas que tienen los restaurantes.

Aspecto de la calle de Ponzano en diciembre. Álvaro García

Año y medio después de la gran expansión de las terrazas, el hartazgo de los vecinos es palpable en la mayoría de los portales y balcones de la capital, con pancartas que rechazan estas políticas populares. La mayoría dice abiertamente que no aguanta más, que, si pueden, se marchan los fines de semana con tal de no soportar el ruido callejero de las cañas. Hasta alguno ha puesto su piso en venta. “Nadie ha pedido esta obra”, cuenta Pilar Rodríguez, de 71 años, y presidenta de la Asociación de Vecinos de El Organillo, del propio barrio de Chamberí. “Es una reforma por y para los bares”. Al problema de esta calle se suma la normativa de las terrazas, muy cuestionada por distintas asociaciones de vecinos de la capital.

3. Las cocinas fantasma y la denuncia contra los vecinos. La pandemia abrió un nuevo modelo de negocio en las grandes ciudades. En mitad de un patio de vecinos o en tejados que colindan con colegios públicos, comenzaron a surgir chimeneas que impregnaban de olores procedentes de cocinas industriales. Ahora mismo, según fuentes municipales, existen 10 en Madrid, repartidas por distintas zonas. Las cocinas fantasma pillaron al Ayuntamiento con el pie cambiado, sin normativas que permitieran gestionarlas. Ante la proliferación de docenas de ellas, Almeida optó por suspender las licencias durante dos años. La prórroga está a punto de terminar.

Manifestación vecinal contra la instalación de cocinas fantasma junto a un colegio de Arganzuela, en mayo de 2021. MÁS MADRID (Europa Press)

Mientras tanto, 10 siguen en funcionamiento. “La nuestra fue de las primeras”, cuenta por teléfono Santiago Navas, portavoz de la plataforma anticocinas fantasma y vecino de la calle José Calvo. “Hicieron obras y en cuestión de dos meses comenzaron los servicios. ¡Tenemos 21 cocinas en el patio de los vecinos!”. No son los únicos. También existen cocinas fantasma en el paseo Melancolicos, 6; paseo Imperial, 8; San Bernardino, 20; José Calvo, 10. calle Zabaleta, 1; y calle Morando, 6. “Nos sentimos dejados y abandonados por Almeida desde julio de 2020″, cuenta el portavoz. “El concejal de Urbanismo no nos ha recibido, ni el alcalde tampoco”. El Ayuntamiento de Madrid recurrió en 2021 una victoria vecinal de un grupo de padres que habían logrado ganar a una cocina fantasma que colindaba con el colegio de sus hijos.

4. Los pisos turísticos. El 6 de junio de 2022, Almeida anunciaba que, pese a lo que había prometido un año antes, descartaba modificar la ordenanza de los pisos turísticos en la capital. La medida sigue como hasta ahora. Por norma general, aquellos propietarios que quieran alquilar sus casas a turistas tendrán que contar con un acceso independiente en su portal para dichos pisos turístico. Apenas se cumple. Menos del 95% de los más de 10.000 pisos turísticos con los que cuenta Madrid han presentado una declaración responsable para ser legales.

“No se ha resuelto nada”, contaba hace unas semanas Jordi Gordon, presidente de la Asociación de Vecinos Somos Malasaña (Madrid), uno de los epicentros de la capital. “Nos hemos cargado la costa y ahora nos estamos cargando los cascos antiguos de las ciudades”. Víctor Rey, presidente de la Asociación de Vecinos de Sol y Letras, cree que no hay un control suficiente para la inspección de todo tipo de alojamientos. Es cierto. El pasado fin de semana, El Periódico de España desvelaba que el Consistorio había recortado el servicio de inspección de viviendas turísticas que creó en 2018 para cazar a aquellos propietarios que operasen de forma ilegal. El equipo ha pasado de 22 personas a la mitad en el último año.

5. El pelotazo urbanístico de Madrid Río: dos rascacielos para un magnate venezolano. Almeida prepara la recalificación del centro comercial La Ermita de Madrid Río, con una actividad básicamente deportiva ante la escasez de espacios públicos, en suelo urbanizable y en contra de la mayoría de las asociaciones del barrio. Los dueños de La Ermita formaron una socimi (sociedad cotizada de inversión inmobiliaria), un conjunto de sociedades anónimas que explotan activos inmobiliarios a través de arrendamientos. Este régimen societario contempla muchísimas ventajas fiscales. La más relevante, con un 30%, es Ibemetex, cuyo propietario es Alberto Enrique Finol Galué, un empresario venezolano de 87 años que se mueve como pez en el agua entre las trincheras del poder. Finol tanteó el mismo proyecto cuando era alcaldesa Manuela Carmena, que lo rechazó de inmediato.

Pancartas contra el pelotazo urbanístico en algunas de las viviendas que rodean el centro comercial. KIKE PARA

Ahora, con el visto bueno de Almeida, la recalificación es un pelotazo inmobiliario que ha puesto patas arriba al vecindario y a la oposición. El suelo del magnate pasaría de 16 millones de euros a más de 80, según los expertos inmobiliarios consultados. El paisaje de Madrid Río y de este barrio de 60.000 habitantes del sur cambiará por completo. Pretenden levantar 584 viviendas con dos torres gigantescas. Una de 26 pisos y otra de 18. “El progreso tiene que llegar al barrio. Necesitamos colegios, guarderías y centros de salud, no estos pisos enormes”, cuenta Paco Gago, presidente de la Asociación de Vecinos del barrio de Goya. El domingo volvieron a salir a la calle cientos de vecinos. Todo el vecindario está en pie de guerra con pancartas de protesta en balcones, árboles y farolas del barrio: “PPelotazo”.

6. El túnel del Bernabéu: un barrio del PP, contra el PP. Cuatro años después del inicio de las obras, el Santiago Bernabéu continúa patas arriba. Y, por primera vez, el vecindario se rebela. Una rara avis en el distrito de Chamartín, donde el club convive los días de partido con 150.000 vecinos en seis barrios muy poco acostumbrados a colgar pancartas en los balcones, a quejarse públicamente en los medios y, sobre todo, a manifestarse por las calles, más aún contra el PP.

Algunos vecinos y comerciantes del barrio posan con un cartel contra el proyecto del túnel de la calle Habana de Madrid, en diciembre. Andrea Comas

Los populares alcanzaron aquí el 78% de los votos en las pasadas elecciones, en 2021. Hoy al menos dos calles en concreto están literalmente en contra de Almeida y de los planes de Florentino Pérez. Son los vecinos del paseo de la Habana y de Padre Damián.

La rebelión callejera comenzó el pasado 26 de septiembre, cuando dos hermanas y vecinas del barrio leyeron una noticia de El Mundo: “Un túnel para unir Padre Damián y paseo de La Habana y 40 años de concesión”. El túnel no formaba parte del proyecto inicial. Los vecinos han salido a la calle varias veces en los últimos meses. “Esto no tiene sentido”, cuenta una de las abogadas que forma parte de la plataforma que está liderando las protestas. “Estamos en contra y si hace falta me encadeno a un árbol para evitar las obras”.

7. La privatización de los espacios públicos, como el de la nueva plaza de España. La privatización del espacio público en Madrid se ha colado sigilosamente en el portal municipal de participación ciudadana del Ayuntamiento, que preguntó a los madrileños el pasado octubre qué les parecería una nueva ordenanza que regulara la gestión de los recintos de ferias y festejos populares, un paso previo e indispensable para llevar esta nueva ordenanza al pleno. “Con esta nueva normativa quieren que todos los suelos sean flexibles”, cuenta Enrique Villalobos, presidente de la Federación Regional de Asociaciones Vecinales de Madrid.

La zona de la plaza de España privatizada, el pasado octubre. Samuel Sánchez

El último ejemplo es la nueva plaza de España, que ya está considerada por el Ayuntamiento como un “recinto ferial”, y que ha puesto en pie a los vecinos por la privatización de este espacio público. Han recogido más de 700 firmas que prevén entregar al Ayuntamiento en las próximas semanas. Según un recuento de EL PAÍS, desde abril de 2022 hasta abril de 2023, permanecerá privatizada —sin contar con los eventos realizados por el propio Ayuntamiento— durante 154 días: festival de cine de verano, mercadillo de la hispanidad, mercado navideño y mercado cervantino… A esto se suman las críticas también de los vecinos del distrito Retiro, que han visto cómo su nuevo auditorio cultural de Daoiz y Velarde será gestionado por el Teatro Real durante los próximos años. Cerca de un centenar de vecinos acudieron esta semana a la inauguración con un grito: “No queremos otro chiringuito”.

8. Protestas y quejas por las talas de árboles. Miles de vecinos salieron a manifestarse hace una semana porque la Comunidad y el Ayuntamiento planteaban una tala 1.027 árboles en el parque de Madrid Río y los alrededores. El motivo era un cambio de ubicación en la línea 11 de Metro. Los vecinos han logrado que, de momento, Ayuso y Almeida rectifiquen y se paralice el proyecto.

Concentración del domingo en Madrid Río como protesta por la tala de árboles del parque.Santi Burgos

Los datos del arbolado en Madrid son demoledores. De 400.739 árboles en 2019, a 322.323 en 2023, un descenso del 20% en solo tres años. La peor parte se la llevan los alcorques. Solo en 2022 se han cerrado 2.188 y se prevé tapiar otros 2.044 para este año, según datos del Ayuntamiento obtenidos a través del área de Transparencia.

9. Puente de la M-30 en Vallecas. En marzo de 2021, todos los grupos municipales aprobaron el comienzo de los trámites para desmantelar el enorme puente que corta dos grandes avenidas en el distrito de Puente de Vallecas, la de la Albufera y avenida Ciudad de Barcelona. Los vecinos llevan reivindicando la demolición más de una década. Por el puente pasan hasta 170.000 coches al día, que generan ruido, contaminación y una barrera de movilidad para el peatón. Sin embargo, el pasado año Almeida renunció a eliminarlo. “No compensa para nada”, dijo la edil de Obras, Paloma García Romero.

Tráfico sobre el 'scalextric' del puente de Vallecas que Almeida prometió eliminar. Victor Sainz

Desde entonces, las manifestaciones son constantes entre los barrios colindantes: San Diego, Puente de Vallecas, Pacífico. “No han cumplido con su compromiso”, cuenta por teléfono el portavoz de las asociaciones que aglutinan todos los colectivos afectados, Jorge Nacarino. Para el mes de abril tienen prevista otra movilización multitudinaria.

10. El soterramiento de la A-5. 2.000 vecinos salieron a protestar el 29 de enero por la A5 exigiendo una solución para el paseo de Extremadura. Almeida prometió el soterramiento de este tramo durante la campaña electoral de 2019, pero el 25 de septiembre del pasado año anunció que su promesa era “inviable”. Ahora, el Ayuntamiento trata de relanzar el proyecto con la denominada Operación Campamento: una construcción de 12.000 viviendas.

“Nos hemos reunido hasta en cinco ocasiones con el área y nos ha dicho que iban a hacer el soterramiento”, cuenta por teléfono Andrés Piñero, portavoz de la asociación a favor del soterramiento de la A5. “Han pasado los cuatro años y no han hecho nada. Tenemos que mirar por el bienestar”. El soterramiento afecta a más de 50.000 vecinos de Lucero, Batán, Campamento, Aluche, Cuatro Vientos… que llevan años respirando malos humos y ruido. Por aquí pasan 130.000 vehículos todos los días. Los vecinos prevén otra movilización en las próximas semanas. La Fiscalía Anticorrupción investiga desde el día 17 de este mes un contrato de tres millones de euros que implica al edil de Medio Ambiente, Borja Carabante, y a su hermano, trabajador de la empresa adjudicada.

11. La suciedad de las calles, pese a los nuevos contratos del PP. La suciedad y la recogida de basura se ha disparado como el principal problema de los madrileños, según la última encuesta municipal. Hoy es el primer problema para el 33,2% de los vecinos, cinco puntos más que en 2021 (28,9%). Es el servicio que más quejas concentra junto con la recogida de residuos, tal y como se recoge en las memorias anuales del Ayuntamiento.

Durante casi una década, Madrid ha tenido 2.411 trabajadores menos en las calles por los contratos que firmó la entonces alcaldesa del PP, Ana Botella, blindados hasta 2021. Ahora, con Almeida, los nuevos contratos se firmaron hace dos años por 1.636 millones de euros anuales, que supone el 32% del presupuesto municipal. Madrid gastará en los próximos años 1.500 millones más que durante la época de Botella y Carmena. Dos años después de la entrada en vigor de estos nuevos contratos, la percepción ciudadana es que la ciudad sigue sucia.

12. El ninguneo administrativo al ciudadano: recibos del IBI que no llegan, llamadas sin respuesta y problemas con el 010. Las trabas de las últimas semanas para abonar los tributos del Ayuntamiento de Madrid son un reflejo de la deficiente comunicación que se ofrece actualmente a los ciudadanos. “No me cogen el teléfono”, “no me ha llegado el recibo”, “sin los papeles, no puedo hacer el trámite por internet” o “no sé hacerlo en la página web” eran algunas de las frases de las docenas de madrileños que acudían a una oficina municipal del Ayuntamiento en diciembre.

Más de 30.000 madrileños se han quejado por problemas administrativos para pagar el IBI, las plusvalías y la tasa de residuos urbanos. A estos se suma el problema del 010, el teléfono gratuito de asistencia al ciudadano que la oposición ha llevado al pleno municipal varias veces como otra de las grandes quejas de los vecinos. Según las memorias públicas, desde la entrada de Almeida al Ayuntamiento el porcentaje de rechazo de las llamadas ha alcanzado hasta el 40%.

Colas en oficinas de atención a la ciudadanía de Línea Madrid 010 de Carabanchel, el 6 de octubre. EUROPA PRESS (EUROPA PRESS)


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