Bailar para mejorar la calidad de vida de las personas con Alzheimer

El proyecto Dit-Dit, liderado por los coreógrafos de Condegalí, demuestra como la danza aumenta la estabilidad física y la capacidad cognitiva de los pacientes con demencia

Un taller del proyecto Dit-dit con 25 usuarios de la Fundació ACE.Miquel Gonzalez/Shooting

El proyecto Dit-Dit, una iniciativa de Ace Alzheimer Center Barcelona y el Campus Salud del Festival de Peralada liderada por los coreógrafos de Condegalí, demuestra como la danza aumenta la estabilidad física y la capacidad cognitiva de los pacientes con demencia. La danza, lejos de la sobriedad que suele rodear las terapias clínicas, puede ser un camino más distendido y divertido hacia la mejora del bienestar emocional y social de los pacientes con Alzheimer. Así lo corrobora el proyecto Dit-Dit, realizado durante los dos últimos años en el Hospital de Día de Ace Alzheimer Center Barcelona y presentado este martes en el mismo centro.

La iniciativa, que se ha llevado a cabo en colaboración con el Campus Salud del Festival de Peralada, ha consistido en talleres semanales dirigidos por los coreógrafos y bailarines de Condegalí, una asociación donde se ponen en marcha diversas propuestas de investigación y creación artística. Los resultados preliminares del estudio de observación realizado a partir de las sesiones de baile indican un aumento de la estabilidad física y de las capacidades cognitivas de los pacientes.

Según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), actualmente hay 55 millones de personas en todo el mundo que sufren demencia, siendo el Alzheimer la enfermedad de este tipo con más diagnósticos. Además, se prevé que estas estadísticas se dupliquen de cara al 2050. “Las terapias farmacológicas son hasta ahora la piedra angular en el tratamiento del Alzheimer y las demencias”, apunta el doctor Yahveth Cantero-Fortiz, miembro del equipo de Ace. “Sin embargo, las intervenciones no farmacológicas han empezado a ser el foco principal y una parte vital del tratamiento de las personas con demencia”, ha afirmado.

En este sentido, lo que busca el proyecto Dit-Dit es mejorar la calidad de vida de las personas que sufren Alzheimer, así como la de sus cuidadores y familiares. “Pensamos que este tipo de coreografía podría mejorar la facilidad de coordinación y el equilibrio de estas personas”, ha explicado la doctora Mercè Boada, fundadora del centro.

Aimar Pérez, fundador de Condegalí, ha resumido el origen de Dit-Dit, que describe como: “una práctica dancística basada en el tacto y el contacto”. Después de desarrollar el proyecto en un ámbito escolar, apareció la oportunidad de presentarlo en el Campus Salud de Peralada, y posteriormente se trasladó la idea a la Fundación Ace para convertir la iniciativa en una terapia para los pacientes con Alzheimer. Tras una primera prueba que funcionó muy bien, el prototipo inicial se convirtió en una primera edición que comenzó en 2022 y que contó con 10 usuarios y una sesión semanal. Al año siguiente se puso en marcha la segunda edición, esta vez con doble sesión de baile a la semana. “Nos dimos cuenta de que había algo muy importante de lo que estábamos haciendo allí y que no tenía nada que ver con utilizar la danza para revertir la enfermedad. Lo fundamental era que querían volver y que se lo pasaban muy bien”, afirma Pérez.

Los resultados fueron extraídos después de un estudio de observación, una evaluación clínica completa a través de diversos test neurocognitivos y neuropsicológicos, y unos análisis estadísticos. Estos demuestran un sutil aumento en cuanto a la calidad de vida y a la capacidad de autonomía para realizar ciertas actividades de la vida diaria. También hubo pequeñas mejoras en el equilibrio, un avance bastante relevante e importante para reducir el riesgo de caídas. Los cambios, pese a no ser estadísticamente significativos, sí que han impactado directamente en el día a día de los participantes. “Aunque no podemos alterar el curso de la enfermedad, lo que sí podemos hacer es dar a nuestros pacientes experiencias significativas que mejoren su calidad de vida”, ha concluido Cantero-Fortiz.

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