Jaume Collboni cumple un año de alcalde en minoría: estas son las carpetas que afronta
La incorporación de ERC al Gobierno se congela de nuevo, mientras que la ciudad tiene grandes obras en marcha y el regidor necesita mayoría para proyectos de calado
Jaume Collboni (PSC) cumple este lunes un año como alcalde de Barcelona. Y lo hace tras una convulsa semana en la que ERC apretó el acelerador para entrar a gobernar con el socialista y el Gobierno municipal se preparaba para presentar solemnemente el acuerdo... pero la movilización en contra de parte de la militancia republicana lo frenó el pasado jueves. Formalmente, la votación se suspendió por falta de aforo del espacio elegido, pero el desborde de asistentes se explica por el malestar de parte de las bases, que iban a votar no: por el cómo (las prisas y enterarse por la prensa del contenido del pacto) y el quién (el rechazo al PSC y Collboni como socios). Con la posibilidad del pacto en el aire (nadie de la dirección nacional de Esquerra pone fecha y las dos concejalas que impulsaron la votación asumen que la ventana para hacerlo era la semana pasada), el alcalde seguirá por ahora con solo 10 concejales de 41. Es la segunda vez que la coalición con ERC queda congelada. La primera fue por el adelanto electoral del 12-M. La entrada de ERC hubiera blindado a los socialistas de la posibilidad de cualquier mayoría alternativa y hubiera fijado el rumbo de políticas que están pendientes de votaciones relevantes, como suavizar el 30% de vivienda pública que deben hacer los promotores, el plan que no permite abrir nuevos hoteles o la ordenanza de civismo.
En un primer año muy marcado por un eterno ciclo electoral, sin desenlace sobre la investidura del futuro president de la Generalitat e incluso con el fantasma de repetición de las elecciones catalanas, el ejecutivo municipal tiene sobre la mesa dos tipos de carpetas. Una, la de los grandes proyectos heredados y ya en marcha. Y dos, la de los que deben pasar por el pleno. Sin ERC en el gobierno, Junts recobra aquí protagonismo, porque con los 11 concejales que (por ahora) capitanea Xavier Trias, Collboni suma mayoría. Mientras, el Gobierno recuerda que “gobierna desde el primer día”, que tiene presupuesto pactado con ERC (Generalitat y Gobierno español lo tienen prorrogado) y que es el mayor de la historia.
Grandes obras en marcha. Rambla, Glòries, tranvía y Via Laietana. A las tres grandes obras en marcha (la reforma de la Via Laietana, Glòries y el tranvía entre esta plaza y Verdaguer) la ciudad suma desde esta semana las de la Rambla. Nada menos que un lado cerrado y circulación solo de subida, con el objetivo de intentar hacer del paseo más turístico de la ciudad una vía más amable. En paralelo, los trabajos en Glòries avanzan a gran velocidad (ya está en marcha la estación del tranvía y la supermanzana de pisos sociales toma forma), Via Laietana está ya en la segunda fase, y los tranvías comenzarán a circular en pruebas este verano con la idea de abrir un nuevo tramo en otoño. Sobre la llegada del tranvía a Francesc Macià, Collboni asegura que se hará, pero no pone fecha a las obras. Además de estos trabajos en el centro, la ciudad seguirá con la reforma de la avenida de la Meridiana, en julio comienza el grueso de la estación de Sants y su entorno y quiere cubrir en este mandado otro tramo de la Ronda de Dalt.
Proyectos pendientes de mayoría política: 30%, plan de hoteles y ordenanza de civismo. Son promesas electorales del PSC que aguardaban en un cajón a la espera de incorporar socio al gobierno. Las opciones: aprobarlos con Junts; o con ERC y los comunes. En el caso de la reserva del 30% para vivienda social en las nuevas promociones, Collboni recibió a finales del año pasado la propuesta de reforma de los expertos liderados por Carme Trilla, pero no la ha llevado a votación. Sobre los hoteles, insiste en la idea de permitir “proyectos singulares” en zonas donde ahora están prohibidos, pero tampoco hay avances. Y está pendiente también la reforma de la ordenanza de civismo, que se arrastra desde el primer mandato de los comunes de Ada Colau, un melón no imprescindible que todo el mundo abre y nadie acaba de cerrar. También está en fase de redacción el Plan de Seguridad Local.
La gobernanza del turismo ante el verano de la Copa del América. Barcelona se encamina a un verano que, vistos los ingredientes, puede ser caliente. Con las cifras de turismo superando los récords de antes de la pandemia, la ciudad acoge las regatas de la Copa del América, con numerosas obras en el litoral y un plan de movilidad que blindará la Barceloneta de los coches. Pero también con el discurso oficial (expresado esta semana por el alcalde ante UN Tourism) sobre la necesidad de poner límites al turismo, en cuestiones como los pisos turísticos, los cruceros o las zonas de gran afluencia, aunque no se detallan las fórmulas. Mientras, vuelven las críticas vecinales y de entidades contra los efectos del turismo masivo y grandes eventos como la exhibición de Fórmula 1 esta semana, el reciente cierre del Park Güell para el gigante de la moda de lujo Louis Vuitton, o la propia Copa del América. Esta semana se ha convocado una protesta contra el cierre del paseo de Gràcia (contra el que se ha quejado el Síndic) y el 6 de julio, una manifestación que pedirá el decrecimiento turístico.
Críticas al Pla Endreça y los cambios en el padrón o los alojamientos de emergencia. El Ejecutivo de Collboni también ha introducido modificaciones en el padrón (busca centralizar el empadronamiento sin domicilio fijo y da de baja a las ONG como entidades que pueden llevar a cabo esta acción) y los alojamientos de emergencia (a partir de este mes se fija un plazo máximo de seis meses de estancia) que han provocado críticas de los colectivos vinculados al derecho a la vivienda o que atienden a las personas sin techo. También el Pla Endreça (un mix de lucha contra el incivismo, la suciedad y la inseguridad) ha despertado críticas, en este caso por multas a colectivos vulnerables.
Anuncios que no se concretan. Entre los planes que Collboni ha anunciado figura la recuperación de interiores de manzana como alternativa a los ejes verdes de Colau; y una renta Barcelona. Los interiores de manzana buscan ganar verde sin tocar la movilidad que comporta el modelo de supermanzanas, pero son carísimos de ejecutar, porque requieren expropiar a propietarios privados. Por ahora no se han contado avances. Tampoco se ha explicado cómo se materializará una nueva ayuda anunciada como “renta Barcelona”.
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