Barcelona comenzará a multar a los coches contaminantes el 15 de septiembre

El coronavirus ha alargado las moratorias de la Zona de Bajas Emisiones, que se ampliarán para vehículos de reparto y transporte hasta verano de 2021

Instalación de señalización de la Zona de Bajas Emisiones de Barcelona en diciembre de 2019, antes de su entrada en vigor.Albert Garcia

La crisis del coronavirus ha dejado en suspenso uno de los grandes proyectos de Barcelona y su área en 2020: la entrada en funcionamiento de la Zona de Bajas Emisiones (ZBE), que veta a los vehículos más contaminantes. La restricción entró en vigor el 1 de enero, pero la fecha clave, cuando estaba previsto comenzar a multar a los turismos y motos sin etiqueta ambiental, era el 1 de abril. En plena pandemia, las multas se dejaron para más ...

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La crisis del coronavirus ha dejado en suspenso uno de los grandes proyectos de Barcelona y su área en 2020: la entrada en funcionamiento de la Zona de Bajas Emisiones (ZBE), que veta a los vehículos más contaminantes. La restricción entró en vigor el 1 de enero, pero la fecha clave, cuando estaba previsto comenzar a multar a los turismos y motos sin etiqueta ambiental, era el 1 de abril. En plena pandemia, las multas se dejaron para más adelante y este miércoles el Área Metropolitana de Barcelona (AMB) ha revelado la nueva fecha: 15 de septiembre.

El vicepresidente de Movilidad del AMB, Antoni Poveda, ha anunciado, además, que se alargan las moratorias previstas para los vehículos de reparto y de transporte, que estaban exentas de multas hasta el 1 de enero de 2020. Para las furgonetas sin etiqueta, la nueva fecha de inicio de las sanciones será el 1 de abril de 2021 y para los camiones y autobuses pequeños el 1 de julio. Para los vehículos pesados, grandes camiones, autobuses y autocares, se alarga a un año entero, hasta 2022, para que tengan tiempo de cambiar y homologar filtros para amortizar su coste. También se amplía la exención de las sanciones para autónomos que demuestren que tengan rentas bajas: de 1,5 veces el indicador de renta de referencia, a 2 veces.

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Poveda ha defendido que la ZBE es una medida de lucha contra la contaminación “que ha venido para quedarse” y ha recordado que cada vez hay más evidencias de la correlación entre la calidad del aire y los agravantes de la covid-19. “Los ayuntamientos metropolitanos estamos preocupados y corremos el riesgo de que aumente por el uso del coche en los próximos meses, cuando con la nueva normalidad se despliegue la apertura de escuelas o la vuelta al trabajo de las personas que han tenido expedientes de regulación de empleo”. Durante esta semana, el tráfico se ha recuperado hasta el 80% del que había antes de la declaración del estado de alarma. El vicepresidente y alcalde de Sant Joan Despí también ha señalado que en los próximos meses se presentarán zonas de bajas emisiones en otras ciudades metropolitanas.

El Vicepresidente de Ecología del organismo metropolitano y concejal del Ayuntamiento de Barcelona, Eloi Badia, ha recordado que antes de la declaración del estado de alarma en marzo pasado los vehículos contaminantes que circulaban por Barcelona era un 9%, de los que solo el 3% eran turismos y motos, que son los primeros vehículos que se multarán (16.300 en unidades total).

Respecto al incremento del tráfico en los accesos y el interior de Barcelona, Badia ha puesto en valor que las restricciones a la movilidad han demostrado la correlación entre el tráfico motorizado y la contaminación y ha señalado que el escenario ideal para cumplir con los niveles máximos de contaminación que recomienda la Organización Mundial de la Salud (OMS) la reducción debería ser del 25%. Este porcentaje, sin embargo, no necesariamente supone reducir un 25% los vehículos que circulan, porque si se eliminan de la circulación más contaminantes, la caída de la contaminación es mayor.

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En cualquier caso, tanto Badia como Poveda y la directora general de Calidad del Aire de la Generalitat, Mercè Rius, han recordado que la ZBE es la medida más potente para luchar contra la contaminación, “pero no será suficiente”. La idea, antes de la Covid-19 era reforzarla con inversiones en el transporte público metropolitano y carriles de alta ocupación. A medio plazo, las administraciones estudian la implantación de un peaje urbano, como los que existen en otras ciudades europeas.

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