Zapatero desencadenado: “Muchos se lamentarán de los ataques a Sánchez”

El expresidente espolea al PSOE tras la derrota del 28-M y se conjura contra el antisanchismo externo e interno: “La lealtad exige cierta humildad”

El expresidente Zapatero, en la Fundación Pablo Iglesias, el pasado miércoles.Foto: SAMUEL SÁNCHEZ | Vídeo: EPV

Hace una eternidad política, en el pretérito bipartidismo imperfecto, circuló por la sede del PSOE un libro titulado No pienses en un elefante. No lo había escrito un politólogo, sino un lingüista y científico cognitivo de Nueva Jersey, George Lakoff, al que el entonces líder socialista, José Luis Rodríguez Zapatero, fichó como asesor antes de las elecciones de 2008. El elefante es el símbolo del partido republicano, la derecha estadounidense, y con la metáfora, Lakoff trataba de enseñar a ...

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Hace una eternidad política, en el pretérito bipartidismo imperfecto, circuló por la sede del PSOE un libro titulado No pienses en un elefante. No lo había escrito un politólogo, sino un lingüista y científico cognitivo de Nueva Jersey, George Lakoff, al que el entonces líder socialista, José Luis Rodríguez Zapatero, fichó como asesor antes de las elecciones de 2008. El elefante es el símbolo del partido republicano, la derecha estadounidense, y con la metáfora, Lakoff trataba de enseñar a los demócratas, la izquierda de su país, a no dejarse arrastrar por el “marco mental” que imponían sus rivales, lo que aquí se ha popularizado como “el relato”. Cuando los sondeos señalan que va ganando el de la derecha, el expresidente se multiplica en los medios con un doble propósito: arengar a las tropas tras la derrota del 28-M y “pinchar la burbuja del antisanchismo”, esto es, disparar al elefante para apartarlo del plano. Cree que está funcionando. Cuenta que ha recibido muchas felicitaciones esta semana, entre otras, la de Pedro Sánchez.

El líder socialista no era su favorito. Zapatero apostó por Susana Díaz en las primarias de 2017. Pero hace tiempo que se ha colocado a la cabeza de la manifestación pro-Sánchez y hoy lo defiende con más entusiasmo que algunos de sus ministros. Participó activamente en la campaña electoral del 28-M y se volcará en la de las generales del 23 de julio.

“Es la primera vez en España y quizá en el mundo”, señala, “que en una precampaña electoral al presidente, a los candidatos... no se les pregunta por la economía ni por el empleo”. “Los ciudadanos tienen que tener una cierta picardía, ver que ahí hay algo raro”, añade, refiriéndose a cómo la relación del Gobierno con EH-Bildu (cinco diputados) ha acaparado el debate. “Yo no tengo ningún problema en hablar de Bildu. Creo que es un gran logro para España que esté participando en las instituciones. Sus votantes pueden comprobar que esta democracia no les excluye ni les excluirá si respetan las leyes”. “Pero cuando la derecha se centra en demonizar a Sánchez”, añade, “es porque no tiene otros argumentos, ni coraje para presentar una alternativa. Hay 1,4 millones empleos más que cuando llegó, se ha subido el salario mínimo, las pensiones mínimas, se han igualado los derechos de las empleadas del hogar, se ha recuperado la cotización de las cuidadoras... Esa es la hoja de servicios del PSOE”.

Dieciséis años después de las masivas manifestaciones contra su Gobierno por la negociación con ETA, Zapatero reivindica que la banda “se rindió” bajo su Gobierno, sin que, “como se habló en los ochenta o los noventa”, hubiera que darles algo a cambio, y tacha de “lamentables” las declaraciones de Isabel Díaz Ayuso asegurando que sigue viva: “Indican que la irresponsabilidad no tiene límites. ETA significa violencia, terror, asesinatos y eso terminó hace 12 años gracias al esfuerzo de toda la democracia”.

Sobre Guerra: “La lealtad exige una cierta humildad. Tienes que asumir, cuando tú ya no estás, que otros puedan hacer la tarea igual o mejor”

El antisanchismo le suena. Zapatero cuenta que la derecha usó las mismas tácticas contra él, aunque cree que ahora lo hace de un modo más descarnado. “No ha habido un presidente al que con un mejor desempeño se le haya tratado de una manera tan descalificadora. Cuando oigo eso del ‘Sánchez o España’ pienso: ‘¡Qué pobre!’, ‘¡qué triste!’. ¿Acaso los que apoyamos a Sánchez no somos España?”.

El expresidente Zapatero posa el pasado miércoles en la Fundación Pablo Iglesias. Samuel Sánchez

Preguntado por los errores que ha cometido el Gobierno de coalición, recurre a un clásico universal de la política: el no hemos sabido explicarnos. “Deberían haber dedicado más tiempo a explicar, pero es que este presidente tuvo que confinar al país durante una pandemia, garantizar el abastecimiento, la tranquilidad, luego recuperar la economía... lo último que te preocupa en una situación así es si tu imagen es buena o mala. Han estado más tiempo gobernando que defendiéndose. Pero para eso está ahora la campaña electoral, para pinchar, con argumentos, la burbuja del antisanchismo”.

¡Cambiar de opinión no es mentir! González lo hizo con la OTAN. Aznar pasó del ‘Pujol, enano, habla castellano’ al ‘hablo catalán en la intimidad’. Rajoy iba a bajar todos los impuestos y los subió todos

Zapatero defiende, también, los cambios de postura de Sánchez sobre cuestiones clave, como los indultos a los independentistas del procés, que la derecha ha explotado en vídeos electorales. “¡Cambiar de opinión no es mentir! Cuando eres presidente, cambias en función de la circunstancias. Felipe González cambió con la OTAN y fue un buen cambio. José María Aznar no digamos: del ‘Pujol, enano, habla castellano’ al ‘yo hablo catalán en la intimidad’. Claro, cuando la derecha negociaba con los nacionalistas era por el bien de España y cuando el PSOE dialoga con los nacionalistas, es para romperla. No vamos a aceptar esa doble vara de medir, esa hipocresía y falsedad. Yo me comprometí a que no habría recortes y los tuve que hacer. Mariano Rajoy dijo que iba a bajar los impuestos y los subió todos. ¿Mintió? Yo diría que no. Tenía esa intención, pero la economía evolucionó como evolucionó y los tuvo que subir. Esta campaña va de eso: de si los hechos objetivos se van a imponer a las insidias. Y yo creo que hay tiempo para explicar, para la remontada”.

Alfonso Guerra y las críticas internas

El antisanchismo no está solo fuera. Preguntado por las críticas internas, los manifiestos contra Sánchez de Alfonso Guerra, la crítica de González a la Ley de Memoria Democrática —”No me suena bien”, dijo—, o la expulsión de Joaquín Leguina del partido tras apoyar a Ayuso, Zapatero responde: “Cuando empecé a militar en el PSOE, a los 18 años, en las casas del pueblo, aprendí de los veteranos, muchos venían de la lucha contra la dictadura. Me enseñaron que la idea esencial del partido es que hoy te apoyan tus compañeros y mañana los apoyas tú. Por eso tenemos 144 años de historia. La lealtad es un gran valor y exige cierta humildad: para ser leal tienes que asumir, cuando tú ya no estás, que otros puedan hacer la tarea igual o mejor. A mí me gustaría que todos los compañeros apoyaran, como nosotros los hemos apoyado siempre, incondicionalmente. Creo que sí, que es exigible. Me gustaría verlos en esta campaña, con más, o menos entusiasmo, pero apoyando. Yo sé muy bien que todo lo que he sido en mi vida pública ha sido por el PSOE, no por llamarme José Luis Rodríguez Zapatero. Eso es una deuda moral que contraes”.

EL PSOE se abstuvo con Rajoy. Fue doloroso, nos produjo algún desgarro. Luego, cuando Sánchez ganó, el PP no se abstuvo y hubo que repetir elecciones. ¿Qué credibilidad pueden tener ahora?

Resta importancia a la división en el movimiento feminista que han provocado algunas leyes del Gobierno de coalición: “Del feminismo, lo que he hecho es aprender, sobre todo, a ser mejor persona. Creo que este debate que se ha producido es coyuntural, no afecta a los grandes principios y se va a demostrar”. Al tiempo, asegura: “Lo que más me preocupa ahora es el resurgimiento del machismo. Nos vamos a emplear a fondo para que este país, que fue machista y por tanto, desgraciado, no vuelva a serlo. Le he dado muchas vueltas a por qué la extrema derecha ha elegido los derechos de las mujeres y la igualdad de género como el gran tema para elevar su proyecto político. Si hay algo que ha estado en todas las naciones y regímenes políticos ha sido la discriminación de las mujeres. Y el tema de fondo es que si una sociedad se compromete para que no haya ninguna discriminación les está quitando poder a los más poderosos, porque la acumulación histórica del poder ha tenido una dimensión clarísima en favor de los hombres”. El expresidente subraya la anomalía que supone que a un representante público tengan que preguntarle ahora si existe la violencia machista porque su socio político la niega: “Para mí, es el resumen de todo lo que está pasando”.

Vox y el debate sobre la abstención

Preguntado por si los socialistas deberían abstenerse, como sugiere Feijóo, para evitar que el PP haga un pacto con la extrema derecha, Zapatero responde: “El PSOE se abstuvo con Rajoy. Fue doloroso para el partido, nos produjo algún desgarro. Luego, cuando Sánchez ganó, el PP no se abstuvo y hubo que repetir elecciones. ¿Qué credibilidad pueden tener ahora? Es como cuando hablan de que gobierne la lista más votada. La fuimos en Andalucía, con Susana Díaz la última vez que se presentó... Y es un debate un poco falseado, porque vivimos en sistemas parlamentarios y el problema no es solo que se abstenga alguien para que seas presidente, es que al día siguiente necesitas una mayoría parlamentaria para gobernar”.

En privado, Rajoy fue el primero en decir: ‘Cuidado con Vox”

Cuenta que el primero en advertir de su peligro fue Mariano Rajoy. “Cuando nadie sabía lo que eran, él decía, en privado: ‘Cuidado con Vox”. Piensa Zapatero que “el caldo de cultivo de la extrema derecha en España arrancó en 2004, con la teoría de la conspiración sobre el atentado del 11-M, donde se fragua toda una masa crítica, negacionista y deslegitimadora del gobierno emanado de las urnas”. Presume de que el PSOE “nunca ha cuestionado un resultado electoral” y señala “las luces de alarma” que suponen declaraciones como las de Ayuso hablando de “pucherazo” dos días antes de logar una mayoría absoluta.

El adelanto electoral de las generales al 23 de julio le parece “una decisión valiente y profundamente democrática”: “Es cierto que las autonómicas y municipales se interpretaron como un cuestionamiento de la mayoría política que gobernaba España”. Y califica de “patético” que el PP sugiera que se busca menos participación, cuando el propio Feijóo convocó elecciones un mes de julio y los populares llevaban meses pidiendo anticipar las generales.

Zapatero: "La lealtad exige cierta humildad". Samuel Sánchez

Preguntado por la rapidez con la que la política ha engullido a algunos líderes políticos, como Pablo Iglesias o Albert Rivera, el expresidente cree que tuvieron demasiada prisa. “Aspiraban a ser presidentes del Gobierno sin unas siglas potentes detrás, sin haber consolidado unas ideas. Siempre he dicho que no existe vieja y nueva política. La política es la política desde Grecia”. En cuanto a Sumar y Yolanda Díaz, afirma, escueto: “Les deseo que tengan un futuro. Lo importante es que organicen bien el proyecto, que tengan cultura de unidad”. Y sobre el rey Juan Carlos, pese a que Ramón Jáuregui, uno de sus ministros, aseguró que habían sido “muy tolerantes” con él, Zapatero opina: “El Gobierno no fiscaliza a la institución monárquica. Hay un principio de respeto”. “Tenemos un problema de cómo interiorizamos como cuerpo social el papel desempeñado por el rey Juan Carlos. Es un debate que seguramente quedará abierto mucho tiempo, pero no debe afectar al buen funcionamiento de la jefatura del Estado, encarnada en Felipe VI, que ha tenido un comportamiento impecable”. Preguntado por si su padre debe seguir residiendo fuera de España, responde que ha tenido “dudas” al respecto, pero que no le parece una cuestión “trascendental”.

Dice que no le costó desengancharse de la primera línea de la política. “Hago deporte, participo en seminarios y conferencias, viajo mucho y trabajo por el diálogo en Venezuela”. Hace poco habló con Rajoy. Ahora se llevan bien. “El ‘ha traicionado a los muertos’ fue muy hiriente, pero estoy convencido de que hoy no se siente nada satisfecho de esa frase”. “Muchos se lamentarán también”, concluye, “de los ataques a Sánchez. Habrá una revisión sobre eso. La democracia empieza por el respeto”.

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