Tiburona: cine de serie B, ‘pin ups’ y rock de los cincuenta
El trío madrileño guarda un sonido y una estética retro mientras sus letras trascienden los tópicos del amor romántico y tratan desde el machismo hasta la gentrificación
A Tura Satana, actriz de películas de culto como The Astro-Zombies (1968) o The Doll Squad (1973), que después trabajó como segurata y jefa de una empresa de construcción, es fácil imaginarla canturreando ‘Sola y feliz’, de Tiburona.
Todo cuadra, porque las Tiburona también creen en la acción directa. Y porque el primer LP que lanzó en 2021 esta banda formada por las madrileñas Laura del Amo (45 años, guitarra y voz), Carmen Merino (36 años, batería y voz) y Rita Dolores (36 años, bajo y voz), titulado Sola y feliz, incluye una canción dedicada a Satana.
“Es ...
A Tura Satana, actriz de películas de culto como The Astro-Zombies (1968) o The Doll Squad (1973), que después trabajó como segurata y jefa de una empresa de construcción, es fácil imaginarla canturreando ‘Sola y feliz’, de Tiburona.
Todo cuadra, porque las Tiburona también creen en la acción directa. Y porque el primer LP que lanzó en 2021 esta banda formada por las madrileñas Laura del Amo (45 años, guitarra y voz), Carmen Merino (36 años, batería y voz) y Rita Dolores (36 años, bajo y voz), titulado Sola y feliz, incluye una canción dedicada a Satana.
“Es que la adoramos”, dicen Laura y Supercarmen —así firma en su DNI— repantingadas en un sofá gris perla en El Observatorio, en Carabanchel, donde tienen su local de ensayo. Frente a dos infusiones, afirman que ante un problema se miran y se preguntan: “¿Qué haría Tura?”.
Es una humorada, claro. No necesitan a nadie para resolver sus asuntos. El grupo ha tocado en fiestas de pueblo y en festivalones, en clubes de lujo y en bares infectos, ha viajado por autopistas y caminos de cabras, ha comido exquisiteces y pan duro como el mármol, ha conocido a tipos pesados y gente maravillosa pateándose la cartografía española.
Y en todos esos lugares Tiburona ha sido la sensación porque en sus conciertos se baila mucho, se canta mucho y a veces también —guau— se reflexiona. Sus temas suenan a rock and roll, a garaje o a energético pop, con letras a veces socarronas, a veces poéticas —otras, casi filosóficas—, que hablan sobre los altibajos del amor, la trata de mujeres o el derecho a morir dignamente. Se las ve contentas, y es normal. Este power trío, Premio Rock Villa de Madrid en 2023, ha conseguido en poco tiempo lo que ansía toda banda que se precie: un puñado de himnos.
Uno de sus hits, ‘No me interesa tu opinión’, tiene un estribillo chicle —de esos que no se van de la cabeza: “Yaaaaaa basta, deja de dar la chaaaaaapa”— y una historia real detrás. “Es autobiográfica. A veces después de tocar nos llegaban aportaciones non gratas, no pedidas, del tipo: ‘¿Y por qué no te bajas la caja de la batería?’ o ‘¿por qué no te subes el fuzz?”, explican. Entonces decidieron escribir esta canción, que se ríe de los que se empeñan en explicarles todo el rato cómo deben hacer las cosas. “Hay que hablar más del mansplaining en el mundo de la música”, apunta Carmen.
Otra de las canciones que se corean en sus bolos es, precisamente, ‘Sola y feliz’, y después hay chicas que les agradecen que reivindiquen la maravillosa opción de vivir así. Y también triunfa ‘Relación abierta’, que narra las infidelidades de uno que va por ahí mintiendo, y que ha llevado a fans de todo el país a confesarles que han sufrido situaciones como esa.
Tienen más temas sobre enamoramientos y decepciones, como ‘Pensando en ti’, pero en su justa medida. “Hablar del amor está guay, pero no solo de temas sobre la pareja. Se puede cantar también sobre la falta de amor propio, que a veces lleva a tomar decisiones de mierda”, reflexiona Carmen. Y de otros temas. En ‘El almuerzo desnudo’ hablan de la gentrificación, y en ‘Gobierno cero’ sobre la vertiente más siniestra de la política. “Sí, la psicopatía en el ámbito político es casi un filón. Para cambiar las cosas no basta con votar, hay que implicarse con amigas, con los vecinos de tu barrio”, apunta Laura.
Todo su repertorio ha sido compuesto a seis manos: las melodías, las letras, las armonías y los coros. “Sí, somos una banda entre profundamente democrática y asquerosamente asamblearia”, se burla Carmen mientras sorbe un rooibos de vainilla.
Tiburona, amigas desde hace casi 15 años —antes formaron parte de The Ladies y Juanita Banana—, es la suma de tres perfiles complementarios. Laura se enamoró de la música al escuchar a Bob Dylan y a The Bangles, y tuvo su primera guitarra de preadolescente. Rita tocaba el contrabajo clásico de pequeña, pero entonces ya le entusiasmaba Nina Hagen y, después, Massive Attack. Y Carmen, fan a muerte de The Cramps y de los garajeros sixties peruanos Saicos, aprendió a tocar la batería con 19 años cumplidos.
Todas sus grabaciones han salido en vinilo. La primera fue el EP Hijas de las grutas (Folc Records, 2020), pero justo cuando se publicó vino la pandemia. “Tal cual. Sacamos el disco y ¡bam! Confinamiento. Pero con tantísima gente viviendo momentos tan dramáticos, siempre pensamos que lo nuestro era lo de menos”.
Durante esos meses de encierro se enviaron melodías y letras por wasap hasta construir las nueve canciones de su LP Sola y feliz, que incluye ‘Aquí en mi nube’, una versión del tema de 1965 ‘Get off of My Cloud’, de The Rolling Stones, reinterpretada un año más tarde por la cantante española Sonia.
El disco lo grabaron en el estudio de Paco Loco en El Puerto de Santa María, en Cádiz. Y se emocionan al recordarlo. “Es que salimos de Madrid con un justificante para poder viajar en coche, por la pandemia. Y por el camino compusimos una canción para la policía, por si nos paraba. Decía algo así como “No nos multe, por favor, / vamos a grabar un discazo / con Paco Loco y sus perrazos”, apunta Laura entre risas.
Su segundo largo, Nos extinguimos (Montgrí, 2024), grabado con Raúl Pérez y Borja Pérez, incluye ‘Brebaje del amor’, una versión de ‘Love Potion Number Nine’, popularizada por The Clovers y The Searchers, grabada por la cantante mexicoestadounidense Ángela María.
Y ese título, ¿de dónde sale? “Bueno, fuimos componiendo, y al acabar nos dimos cuenta de que había un hilo común. Todas son canciones que hablan de cosas que van desapareciendo: el amor, también ciertos comportamientos, la humanidad… Tarde o temprano llega la extinción”, afirma Carmen. Así lo cantan, acompañadas de una guitarra española y unas castañuelas, con un aire muy de Los Brincos en ‘Horizonte de sucesos’. Pero de momento ahí andan, vivísimas, ensayando para sus próximos bolos.