Luigi & Iango, los fotógrafos que desnudan el alma de Madonna, Kim Kardashian y Naomi Campbell
El dúo de fotógrafos que define la imagen de la moda y la cultura de la celebridad desde hace una década presenta ‘Unveiled’, su proyecto creativo más ambicioso, una doble pirueta visual en forma de exposición y volumen monográfico.
Cuando la realidad entra en tropel en una fotografía, lo que pasa es la vida. También si la fotografía es una mera imagen de moda. “Al fin y al cabo, nosotros somos unos narradores, contamos las historias de las personas sobre las que ponemos el foco y, más importante, les damos voz para que se cuenten a sí mismas. Sí, la ropa es relevante, pero lo que esconde la situación lo es aún más. Una modelo puede estar muy bien vestida, o incluso desnuda, pero si no profundizas, si no llegas a su alma, ¿dónde está la verdad?”, inquieren Luigi & Iango, fotógrafos con una misión: investigar y revelar...
Cuando la realidad entra en tropel en una fotografía, lo que pasa es la vida. También si la fotografía es una mera imagen de moda. “Al fin y al cabo, nosotros somos unos narradores, contamos las historias de las personas sobre las que ponemos el foco y, más importante, les damos voz para que se cuenten a sí mismas. Sí, la ropa es relevante, pero lo que esconde la situación lo es aún más. Una modelo puede estar muy bien vestida, o incluso desnuda, pero si no profundizas, si no llegas a su alma, ¿dónde está la verdad?”, inquieren Luigi & Iango, fotógrafos con una misión: investigar y revelar la realidad, también la que hay en una imagen de moda. “Igual deberíamos reivindicarnos más como fotógrafos de moda, no es un estigma”, reconducen entre risas.
Luigi Murenu (sardo, 58 años) y Iango Henzi (suizo, 44) son solo Luigi & Iango para el olimpo de la fotografía. Como algunos de los sujetos de su interés profesional, a ellos tampoco les hace falta el apellido para ser reconocidos entre los ilustres de la creación visual de nuestro tiempo. A estas alturas del aluvión iconográfico, resulta imposible, o casi, que no hayan reparado en alguna de sus imágenes, que ya van cerca de tres centenares de portadas para publicaciones del alcance de Vogue (en cualquiera de sus ediciones) e incontables retratos de quienes han definido la cultura de la celebridad en la última década.
Hace 12 años que se encontraron, el uno proveniente del estilismo en desfiles y sesiones, con una trayectoria estelar como peluquero desde mediados de los años ochenta que le ha permitido trabajar y aprender con los más grandes, incluido Richard Avedon; el otro, desviado de la danza clásica por una lesión que lo llevó a la Universidad de Ciencias y Artes Aplicadas de Zúrich para hacer carrera con la cámara. Juntas, tan entrenadas/educadas miradas han ganado en intensidad y profundidad. “Queremos abrir mentes y expandir horizontes haciendo ver que la diferencia es bella, posibilitando el diálogo de esa manera”, dicen. Y sentencian: “La fotografía puede ser un agente de cambio si promueve una visión positiva del mundo”.
De esa idea surge el proyecto que la pareja —laboral y sentimental— presenta ahora en doble formato, expositivo y bibliográfico. Unveiled lo han titulado: una muestra en el Palacio Reale de Milán, hasta el 26 de noviembre, y una voluminosa monografía (que sirve, además, como catálogo) editada en lujoso formato coffee table por Phaidon. En ninguno de los casos se trata de retrospectivas. “Preferimos hablar de investigación introspectiva”, arranca Luigi. “Queríamos afrontar la fotografía desde otro ángulo, buscando una perspectiva que le devolviera su esencia. Hoy todo lo vemos a través de un filtro. La cantidad de imágenes que nos satura por vía digital resulta abrumadora, y va a tal velocidad que ya nadie parece interesado en parar y tomarse su tiempo para observar”, desarrolla. “Así que nosotros decidimos detenernos para poder captar todo eso que se escapa de la mirada acelerada actual, y desvelarlo”. Iango tercia: “Como título es muy simbólico, refiere el descubrimiento de momentos, actitudes y detalles que nos permite atisbar la intimidad del personaje retratado. Revelamos esa belleza de la que no somos conscientes”.
Si Unveiled es un no parar de revelaciones también es porque al menos la mitad de lo llamado a exposición y recogido en el libro no se conocía hasta la fecha. Entre el material inédito hay una fotografía de Madonna en plan pietà que quedó descolgada de aquella extravaganza de estética católica publicada en Vanity Fair, el pasado febrero (la artista, la primera celebridad que retrató el dúo en 2013, ha escrito el prólogo de la monografía, amén de ocupar su portada y una sala entera de la muestra), y una serie dedicada a Chella Man, el actor, modelo, youtuber y activista LGTBIQ+ cuya peripecia existencial como persona transgénero, no binaria, racionalizada y con discapacidad física (es sordo) los tiene cautivados. “Hemos incorporado la conversación social a nuestro trabajo, pero sin politizar. Se trata solo de nuestra visión. Escuchamos lo que pasa, y lo entendemos, pero a la vez hacemos nuestra traducción”, refiere Luigi. “Invitamos a la gente a nuestra mesa, le damos su sitio en ella a todo el mundo”, continúa Iango. “Es un gesto también muy simbólico, porque significa que puedes abrir tu corazón y tu mente y mantener un diálogo más humano. Por supuesto, la imagen resultante tiene que ser sugerente, atractiva, porque una mesa cuidada y puesta con esmero quiere decir que te preocupas por los comensales, que quieres que se sientan cómodos, especiales, seguros, felices… Luego entra la vida y todo se mezcla y se confunde”. Luigi apostilla: “Es un reflejo de nuestra sociedad”.
A la mesa de Luigi & Iango, la diversidad, la inclusión y la belleza quizá no tan evidente de la diferencia tienen ahora voz preferente. “Todo el mundo tiene la misma oportunidad de expresarse”, conceden. Y no solo eso: en un gesto de generosidad, glorifican a quienes se les ponen a tiro de objetivo. “Para preparar un buen plato, no solo tienes que utilizar los mejores productos, también debes saber cómo tratarlos. En ese sentido, la comunicación es clave en nuestro trabajo. Solo así podemos empujar estas personalidades hasta el límite de desvelar algo extraordinario”, concluyen. “Al final, todo se reduce al amor. Dar y recibir. Y mostrar empatía. Es importante escuchar a las nuevas generaciones tanto como a las viejas. Es importante hablar de las vidas que importan, pero nunca están en la conversación, solo en los telediarios. Pero para eso hay que echarle huevos. Y más corazón al arte”.