Maestros y aprendices, una relación bidireccional
Viajamos hasta Atenas para asistir a la celebración de los 20 años de la Iniciativa Artística Rolex para Mentores y Discípulos. Y conocemos a algunos de sus últimos protagonistas
Es 26 de mayo de 2023. El Conservatorio de Atenas, un edificio de estilo racional construido en mármol a principios de los años sesenta, acoge tantos saludos y reencuentros como la sala de llegadas de un aeropuerto. Acaba de comenzar el festival que celebra los 20 años de la Iniciativa Artística Rolex para Mentores y Discípulos, un proyecto en e...
Es 26 de mayo de 2023. El Conservatorio de Atenas, un edificio de estilo racional construido en mármol a principios de los años sesenta, acoge tantos saludos y reencuentros como la sala de llegadas de un aeropuerto. Acaba de comenzar el festival que celebra los 20 años de la Iniciativa Artística Rolex para Mentores y Discípulos, un proyecto en el que la compañía relojera suiza patrocina colaboraciones de dos años entre artistas consagrados y emergentes, en una versión posmoderna del tradicional diálogo entre maestro y aprendiz.
Sin embargo, en la mayor parte de los casos que se han dado en este programa —y ha habido hasta la fecha 63 colaboraciones—, el discípulo no busca un aprendizaje técnico, sino un estímulo diferente. Por ejemplo, para la violinista Pauchi Sasaki, las lecciones más valiosas que aprendió de su mentor, el compositor y gigante del minimalismo Philip Glass, no tuvieron que ver con la música, sino cómo aprender a orientarse en el laberinto de editoriales, gestores de derechos y distribuidores que dominan el negocio musical. Y no tuvieron lugar en estudios o auditorios, sino “en la cocina de su casa, en Nueva York”, tal y como recuerda la artista peruana. “Los dos somos personas muy pragmáticas, así que me sentí muy cómoda. Me dijo que no podía decirme a dónde ir en términos artísticos, pero sí darme las herramientas. Y me ha servido mucho, porque a los artistas a veces nos cuesta encontrar el camino”.
Sasaki estrenó durante el Rolex Arts Festival una imponente pieza coral para violín y coro como colofón de la gala que tuvo lugar en la Fundación Stavros Niarchos. Entre el público había un lleno de grandes de la cultura contemporánea: artistas plásticos como William Kentridge o Carrie Mae Weems, directores de escena como Robert Wilson o Julie Taymor, músicos como Gilberto Gil, arquitectos como sir David Chipperfield, cineastas como Alfonso Cuarón y escritores como Bernardine Evaristo o Tahar Ben Jelloun. Todos ellos han ejercido como mentores de otros tantos creadores en este programa de Rolex de límites al tiempo precisos y elásticos. Por un lado, el proceso de selección de discípulos, capitaneado hasta este año por Rebecca Irvin, elige cuidadosamente a los candidatos. Por otro, una vez que comienza la colaboración, no hay normas escritas.
El veterano escritor irlandés Colm Tóibín explica el encuentro con su compatriota Colin Barrett, un joven autor que hasta entonces apenas había publicado un volumen de relatos. “Para mí es fundamental admirar su trabajo, y cuando leí sus textos pensé que estaba ante algo nuevo. No había frases perezosas, sino metáforas interesantes. Y, aunque venimos de zonas muy diferentes de Irlanda, el suyo es un mundo que conozco”. Su colaboración, señalan ambos, ha tenido más que ver con la motivación que con la técnica. “Escribir es tomar decisiones, y Colm me animaba a probar cosas, a escribir y a tomarme el tiempo necesario”, recuerda Barrett. Tóibín coincide con él. “Mi primera regla es que no soy editor, no le pedía el libro y se lo devolvía corregido. Hice algunos comentarios sobre el primer borrador de su novela, pero nunca llegamos a sentarnos a revisar el manuscrito. Pero sí estuvimos hablando de cómo dar el salto a un formato más largo”.
El libro al que se refiere, Wild Houses, se publicará en enero de 2024 y será la primera novela de Barrett, que hasta ahora ha publicado libros de relatos. También será un hito más en el historial de esta iniciativa cultural. Aunque el objetivo de este programa no sea la producción de obras concretas —a los participantes no se les exigen resultados tangibles, sino un diálogo continuado—, desde su primera edición, en 2002, se ha materializado en 96 coreografías, 154 proyectos arquitectónicos, 87 publicaciones, 198 producciones cinematográficas, 446 exposiciones o 306 producciones de artes escénicas. Cineastas como Martin Scorsese y Alfonso Cuarón han producido películas a sus discípulos, la argentina Celina Murga y el indio Chaitanya Tamhane. La leyenda de la música brasileña Gilberto Gil ha dado conciertos junto a la cantante egipcia Dina El Wedidi. Y Eclipse, la pieza que el director teatral argentino Matías Umpierrez presentó a finales de junio en Naves del Español (Madrid), tiene una presencia destacada de su mentor, el canadiense Robert Lepage, que ha colaborado en varias locuciones. “Cada mentor tiene su propio estilo, su forma de relacionarse, y la de Lepage consiste en crear comunidad, una comunidad global que permite hablar de temas locales”, explica Umpierrez, que durante un año viajó con Lepage para asistir a la producción de sus proyectos, participar en algunos de ellos y, sobre todo, empaparse de su forma de trabajar. “Durante aquel año, hice unos 40 viajes, que son menos de la mitad de los que él hace, y pude entender el modo en que él se proyecta a través de su carrera”.
Este diálogo también puede implicar un giro radical en la obra del discípulo. La artista vietnamita Thao Nguyen Phan, conocida por su pintura de alto contenido simbólico y artesanal, apenas había experimentado con lo audiovisual antes de conocer a su mentora, la leyenda del videoarte y la performance estadounidense Joan Jonas. “Mi formación en Vietnam fue muy académica, apenas tuve clases de historia, política o filosofía”, explicó durante la presentación de su nueva obra en una muestra colectiva en el Museo Nacional de Arte Contemporáneo (EMST) de Atenas. “Cuando conocí a Joan Jonas, mi método se transformó y se volvió más conceptual. Aprendí a utilizar el vídeo como herramienta narrativa y lo combiné con mis pinturas en seda”. La obra resultante, Mute Grain, aborda otro tema que tampoco abunda en los programas de estudios de Vietnam: la gran hambruna que el país del sudeste asiático sufrió tras la II Guerra Mundial. Esta videoinstalación incluye grabaciones originales de testimonios de familiares de víctimas de aquella tragedia que ocasionó dos millones de muertos. “Joan Jonas ha cambiado mi forma de trabajar”, explica Thao Nguyen Phan. “Su actitud como mujer en el mundo del arte me ha influido mucho”. A su vez, la veterana estadounidense subraya este intercambio. “Quería trabajar con alguien que procediera de un contexto muy distinto al mío”, sentencia. A fin de cuentas, la clave para que un diálogo tenga éxito es que ambas partes estén abiertas a la influencia del otro.