El asalto al Capitolio y la victoria del sistema

Lo que se presentaba como un trámite electoral se convirtió en el último golpe de Donald Trump, cuando seguidores suyos entraron por la fuerza en el edificio que representa los valores democráticos en EE UU.

Miles de partidarios de Donald Trump rodean el Capitolio de Washington, que acabaron asaltando en protesta contra su derrota electoral, el pasado 6 de enero.Leah Millis (Reuters)

En Estados Unidos, la confirmación del resultado electoral en el Congreso nunca era noticia en el estricto sentido de la palabra. Se trataba de un mero trámite parlamentario que pasaba sin pena ni gloria y del que apenas se dejaba constancia. En los días previos a aquel 6 de enero de 2021, la fecha en la que se debía ratificar la victoria del demócrata Joe Biden en las presidenciales de noviembre, el procedimiento, sin embargo, había despertado una gran expectación. El presidente derrotado y saliente, el republicano ...

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En Estados Unidos, la confirmación del resultado electoral en el Congreso nunca era noticia en el estricto sentido de la palabra. Se trataba de un mero trámite parlamentario que pasaba sin pena ni gloria y del que apenas se dejaba constancia. En los días previos a aquel 6 de enero de 2021, la fecha en la que se debía ratificar la victoria del demócrata Joe Biden en las presidenciales de noviembre, el procedimiento, sin embargo, había despertado una gran expectación. El presidente derrotado y saliente, el republicano Donald Trump, había lanzado una campaña de acusaciones de fraude que había perdido en los tribunales y varios legisladores (representantes y senadores) de su partido habían decidido votar en contra de la ratificación.

La mañana se adivinaba turbulenta desde primera hora del día. Miles de seguidores de Trump llegados de todo el país se habían concentrado ante la Casa Blanca para escuchar las arengas del presidente saliente contra el proceso, y las noticias llegadas desde Georgia no habían hecho sino frustrarlos aún más: la elección por los últimos escaños pendientes en el Senado dejaba el control de la Cámara alta en manos de los demócratas. “Después de esto, vamos a bajar caminando hasta el Capitolio y vamos a animar a nuestros valientes senadores y congresistas”, dijo Trump a la muchedumbre.

Poco después se produjeron las imágenes que dieron la vuelta al mundo: una turba de sus adeptos entró violentamente en el Capitolio con el fin de torpedear la votación. Hubo sangre, hubo muertos, el país entero entró en convulsión por un asalto a la casa del pueblo que no tenía precedentes en la historia moderna. Pero de madrugada, aún en plena conmoción, las dos Cámaras del Congreso —la de Representantes y el Senado— se reunieron de nuevo para terminar lo que habían empezado y cumplir con ese trámite gris que normalmente no era un acontecimiento y que, esta vez, ha quedado para la historia como una de las principales informaciones del año.

Los rituales parlamentarios dejan de ser noticia cuando se dan por descontado, la democracia deja de ser noticia cuando se tiene por garantizada. Este 2021 fue el año en el que el pueblo estadounidense vio que el triunfo de la soberanía popular, el traspaso pacífico de poder volvía a ser noticia después de haberse puesto en duda gravemente. Estados Unidos advirtió al mundo que la democracia nunca debe darse por descontado.

El episodio ha seguido coleando todo el año con hechos concretos: hubo un segundo impeachment o juicio parlamentario de Trump por incitar a la revuelta del que quedó absuelto por los republicanos; hay una investigación en marcha en el Congreso, y muchos de los sublevados han empezado a pagar: Jacob Chansley, conocido como “chamán de Qanon”, la cara más visible de aquella insurrección, ha sido condenado a 41 meses. Y Joe Biden está sentado en el Despacho Oval.

La entrega pacífica del poder es uno de esos símbolos que el pueblo estadounidense ha mostrado con orgullo. “Héroes y filósofos, hombres valientes y viles, desde Roma y Atenas han intentado que este particular traspaso de poder funcione de forma efectiva; ningún pueblo lo ha hecho con más éxito, o durante más tiempo, que los estadounidenses”, escribió el periodista Theodore White, en su clásico The Making of the President, sobre las elecciones.

El balance de los hechos de 2021 puede leerse como la victoria final del sistema, pero hoy por hoy más de la mitad de los votantes republicanos sigue creyendo que hubo fraude electoral en la victoria de Joe Biden. La democracia sigue siendo algo noticioso.

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Parte de un arbusto emerge de entre las cenizas escupidas por el volcán de Cumbre Vieja, en La Palma, en una imagen del 1 de noviembre.Emilio Morenatti (AP)

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