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Los 10 cráteres más impactantes del mundo causados por meteoritos, en imágenes

Las rocas llegadas del espacio han dejado su huella en la Tierra en forma de círculos casi perfectos, lagos de colores o grietas de enormes dimensiones. Algunos se han convertido en auténticas atracciones turísticas

En pleno desierto de Arizona, el cráter Barringer se formó por el impacto de un meteorito de unos 50 metros de largo hace unos 50.000 años que liberó una energía equivalente a unas 150 veces la bomba que destruyó Hiroshima. Situado a 60 kilómetros al este de la ciudad de Flagstaff —una buena idea es combinar la visita con la del Gran Cañón del Colorado—, en el mismo borde del cráter de algo más de un kilómetro de diámetro y 170 metros de profundidad se halla el Centro de Visitantes desde el que arrancan varios senderos provistos de plataformas para disfrutar de las impresionantes vistas. Mo hay que perderse el fascinante museo sobre este primer accidente geográfico identificado por los científicos como causado por un meteorito.WITOLD SKRYPCZAK (Alamy)
En el remoto interior del Estado de Maharashtra, cuya capital es Bombay, la colisión de un meteorito sobre roca basáltica hace unos 40.000 años provocó un cráter de 1,8 kilómetros de diámetro y 140 metros de profundidad. Es el tercero mayor del planeta, hoy ocupado por un hermoso lago de verdes aguas que, a veces, se tornan rosáceas cuando aumentan su pH y salinidad. Ya mencionado en los 'Puranas', antiguos textos hinduistas, nada más apropiado para santificar un lugar en la India que su origen sea un objeto celeste portador de fuego y destrucción, por lo que en las orillas del lago Lonar se erigen varios templos consagrados a Shiva. El modo más conveniente de llegar a este cráter místico es en coche alquilado o en autobús desde Aurangabad, a 140 kilómetros al oeste (unas cinco horas de viaje). Muy cerca de la carretera de acceso hay un confortable hotel del Ministerio de Turismo de India.Hindustan Times (Getty Images)
Este gigantesco cráter situado a 125 kilómetros al sudoeste de Johannesburgo es el segundo más antiguo de la Tierra, pues el impacto del asteroide que lo causó sucedió hace unos 2.000 millones de años. En su origen tuvo un diámetro de casi 300 kilómetros, aunque la erosión lo ha reducido notablemente hasta los 70 en la actualidad. Aun así, es el de mayor tamaño entre los localizados. Los visitantes pueden practicar actividades en el cráter como rápel en las paredes de roca, senderismo o navegar por el cercano río Vaal. Aunque es plausible visitar el cráter en una excursión de una jornada desde Johannesburgo, en el pueblo de Vredefort hay un hotel y en el cercano de Parys más de una veintena de todo rango de precios. El cráter está en la lista del patrimonio mundial de la Unesco desde el año 2005.Getty Images
Conocido como Tnorala por los aborígenes que habitan en esta región del centro de Australia, el cráter Gosses Bluff forma un anillo de colinas de casi cinco kilómetros de diámetro, causado por el impacto de un asteroide hace unos 140 millones de años. Lo primero que sorprende al visitante es el verdor de la reserva protegida Tnorala, que engloba el lugar en un entorno árido, desértico de tierra rojiza. En un viaje de un par de días se puede aprovechar para conocer también el impresionante monolito rojo Uluru, a unos 200 kilómetros al suroeste.Auscape International (Alamy)
A 200 kilómetros de Antofagasta, en el festival de colores del desierto de Atacama, el Monturaqui se formó en una época del pasado entre 660.000 y 90.000 años por el pepinazo de un meteorito de hierro del que se han recuperado algunos fragmentos. Su diámetro supera de largo los 300 metros. Además de conocer el cráter, se puede recorrer la cuenca de las mayores salinas de Chile. No muy lejos, a 110 kilómetros y cerca de San Pedro de Atacama, se encuentra la reserva nacional Los Flamencos, donde se puede avistar un buen número de aves, como los ñandúes, similares a los avestruces, y mamíferos autóctonos como guanacos, vicuñas, llamas o alpacas.Ricardo Martínez (Getty Images)
Este cráter formado por la visita de un meteorito hace unos cinco millones de años en el sur de Namibia y de nuevo en un entorno desértico, a 80 kilómetros al norte de la localidad de Oranjemund, tiene un diámetro de 2,5 kilómetros y una profundidad de 130 metros. El lugar es de una belleza estremecedora, rodeado por las desoladas arenas del desierto de Namibia y en una zona donde abundan las minas de diamantes. Dada la remota situación del cráter y la ausencia de carretera de acceso, solo se puede llegar en una excursión organizada desde la cercana localidad de Rosh Pinah, desde donde la visita se puede combinar con la del parque nacional Sperrgebiet.Getty Images
Nördlinger es, con toda probabilidad, la única ciudad del planeta edificada en el cráter de un meteorito, cuyo impacto se estima en hace 14 millones de años. De hecho, hasta los años sesenta del pasado siglo sus habitantes creían que su suelo era el de un cono volcánico. Nördlinger, pues, se extiende de forma circular al sudeste del centro del cráter, que tiene un diámetro de 25 kilómetros, y a 150 metros por debajo de sus bordes. En el centro de la ciudad, el Museo Rieskrater, en un granero del siglo XVI, ilustra sobre estos fenómenos estelares. Además, Nördlinger conserva un precioso centro histórico medieval.Dietmar Denger (UNESCO Global Geopark Ries e.V.)
El único lago natural de Ghana ocupa la depresión causada por el meteorito que impactó en el hermoso país africano a 40 kilómetros de lo que hoy es la aldea de Kumasi hace aproximadamente un millón de años. En las orillas de este lago de ocho kilómetros de diámetro se ubican una treintena de pueblos cuya visita es toda una experiencia y que pueden recorrerse en excursiones a pie o en bicicleta. También es factible salir con los pescadores en sus canoas de madera; el hierro perturbaría a los espíritus, ya que las gentes de esta región de Ashanti consideran estas aguas sagradas, el lugar donde las almas de los recién muertos acuden a despedirse de este mundo. La aldea costera de Abono es la mejor preparada para alojar a los aventureros que llegan hasta este lugar mágico.Mark Andrews (Getty Images)
En el pueblo de Kaali, en la isla estonia de Saaremaa, se ha identificado un grupo de nueve cráteres que forman lagunas verdosas de pequeño tamaño —entre 110 y 12 metros de diámetro— y escasa profundidad producidos por un solo meteorito que impactó hace entre 8.500 y 2.400 años. El enclave ocupa un lugar especial en la mitología del país y pudo ser un escenario para los sacrificios rituales en la Edad de Hierro. Al encontrarse todos en una pequeña área de un kilómetro cuadrado, forman un paisaje muy pintoresco en medio de la frondosa vegetación cuyos árboles en otoño se tiñen de rojo. El museo del pueblo ofrece buena información, no solo sobre el meteorito de Kaali, sino en general sobre estos trotamundos cósmicos.Krivinis (Getty Images)
El Pingualuit, cuya antigüedad se estima en un millón y medio de años, es también un bellísimo lago de aguas azul cobalto, de solo tres kilómetros y medio de diámetro, pero una buena profundidad de 270 metros. Situado en un entorno de tundra remoto en el extremo nordeste de Quebec —la península del Labrador—, su existencia solo era conocida por los pueblos inuits hasta mediados del siglo XX. Hoy está englobado dentro del parque nacional Pingualuit donde, preferiblemente en verano, puede observarse una abundante fauna ártica: renos, zorros, lobos, búhos y hasta osos polares.Getty Images