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Los últimos preparativos de un crucero legendario

Bou El Mogdad es el nombre de una embarcación mítica que zarpa temporalmente de Saint Louis y navega hasta Podor. El siguiente sale hoy, 26 de octubre

Bou El Mogdad es el nombre de un crucero mítico de Saint Louis, en Senegal. Esta ciudad, a orillas de la desembocadura del río homónimo al país y del océano Atlántico, se convirtió en la capital de la unión de países del África occidental cuando eran una colonia francesa. Su auge administrativo y comercial la convirtió en una urbe moderna y cosmopolita. A mediados del siglo XX se construyó este barco en Holanda, uniendo a menudo varias poblaciones fronterizas, y dejó de operar en los años ochenta.
El empresario Jean-Jacques Bancal (que dirige la agencia Sahel Découverte Bassari) lo restauró y volvió a sacarlo a navegar el 7 de noviembre de 2005. Ahora se ha convertido en una excursión soñada por decenas de turistas que esperan a la temporada, desde finales de octubre hasta mayo, para subirse a él. Entre medias pasa un tiempo anclado al barrio histórico de Saint Louis, formando parte de la silueta de la ciudad, con el puente Faidherbe vigilándolo. José Miguel Cerezo
El último mes antes del salir, el personal pasa las jornadas adecentándolo. “Arreglamos todo. Estamos desde las seis de la mañana para que esté terminado, porque esto es un gran atractivo de Senegal”, explica Amedr, uno de los empleados, de 25 años. José Miguel Cerezo
Pasan el día limpiando, remozando la cubierta o arreglando desperfectos. La jornada se interrumpe a las horas del rezo, incluido el último de la tarde. “Trabajamos todo el año, antes de salir y durante la temporada del crucero”, cuenta el mecánico Ibou, de 57 años, que lleva ligado a la compañía desde la reinauguración. José Miguel Cerezo
El mobiliario del barco, que incluye camillas, sillas o barras del bar, se dispone en filas antes de zarpar. En tierra se monta una despensa al aire libre para secar la pintura o el barniz, con un guardia que las vigila continuamente. José Miguel Cerezo
Dos empleados descansan en la cubierta. Llevan trabajando desde las primeras horas de la mañana y reposan con manchas de pintura o polvo de los muebles. “Me encanta el trabajo. Antes de que salga lo preparamos todo y durante los meses que navega estamos asistiendo a los clientes, dando lo máximo para que estén cómodos”, asegura Modanye Illa, de 27 años. José Miguel Cerezo
La chimenea del Bou El Mogdad evoca a la compañía original que se hacía cargo del barco. Ahora es símbolo del bienestar y del lujo: el precio del recorrido actual -con cinco paradas hasta la localidad de Podor, hacia el este del país- oscila entre los 790 euros y los 1.490 euros, según los cinco tipos de acomodación disponibles. José Miguel Cerezo
La noche cae sobre Saint Louis y las dos decenas de empleados observan desde las alturas los últimos minutos de sol. El crucero Bou El Mogdad mide 52 metros de largo y 10 de alto, y se sumerge a unos 2,5 metros en el agua, según detallan desde la agencia oficial del barco. José Miguel Cerezo
Albury Mdiaye, de 38 años, barniza las puertas de las 25 habitaciones del barco. Lleva desde 2006 como plantilla del Bou el Mogdad y alaba la belleza del recorrido. “Suelen llenarse todas”, afirma mientras da brochazos de rodillas. José Miguel Cerezo
El mobiliario del Bou El Mogdad se emplaza estos días en cualquier hueco. Cojines, mesas, partes del baño, cabeceros de cama o chalecos salvavidas forman bultos entre pasillos y el terreno colindante. José Miguel Cerezo
La temporada del barco dura siete meses. Casi todos los empleados repiten cada año. Absa, por ejemplo, es la masajista oficial. A sus 30 años se suma cada año al periplo, contando con una cabina para ejercer su oficio. José Miguel Cerezo
El barco cuenta con cinco plantas. Desde un bar al aire libre en la cubierta, con una piscina y tumbones para descansar, hasta una bodega. En ella hay una biblioteca, tiendas y una sala multifuncional que ahora luce a medio ordenar.José Miguel Cerezo
Un tapiz del Bou El Mogdad cuelga de una de las paredes de la bodega. Tanto en el restaurante a cubierto como en las distintas estancias, varias obras decoran el barco.José Miguel Cerezo
Una mujer posa frente al Bou El Mogdad. En pleno muelle de la isla de Saint Louis, este crucero se ha convertido en una de las instantáneas más repetidas por los vecinos.José Miguel Cerezo
El resplandor del Mou El Mogdad brilla sobre el malecón de Saint Louis. Llama la atención en medio de la oscuridad de las calles de la ciudad, que permanecen mayoritariamente sin iluminación pública. José Miguel Cerezo