Polaca, flamenca… y profesora de español

La bailaora polaca —y ahora también profesora de español— Emilia Dowgialo, retratada recientemente en Sevilla.Julia Zabrodzka

Emilia Dowgialo, bailaora profesional, se impone a cientos de hispanohablantes y obtiene la plaza para enseñar lengua en un instituto de Sevilla

ESTOY SEGURO DE que en Buenos Aires o en Santiago, como en mi Lima natal, a nadie le extrañaba tropezarse con apellidos polacos, porque la diversidad hispanoamericana todavía no ha sido valorada lo suficiente por esta Europa que vive con zozobra la convivencia con inmigrantes mientras sufre la peor crisis demográfica de su historia. Así, de orígenes polacos fueron la historiadora María Rostworowski, el pintor Fernando de Szyszlo y el arquitecto Ricardo Jaxa-Malachowski. ¡Hasta el expresidente ...

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ESTOY SEGURO DE que en Buenos Aires o en Santiago, como en mi Lima natal, a nadie le extrañaba tropezarse con apellidos polacos, porque la diversidad hispanoamericana todavía no ha sido valorada lo suficiente por esta Europa que vive con zozobra la convivencia con inmigrantes mientras sufre la peor crisis demográfica de su historia. Así, de orígenes polacos fueron la historiadora María Rostworowski, el pintor Fernando de Szyszlo y el arquitecto Ricardo Jaxa-Malachowski. ¡Hasta el expresidente Pedro Pablo Kuczynski tenía raíces polacas! En realidad, lo polaco es tan familiar para los peruanos que allá todavía se desayuna “jamonada polaca” con tamales, chicharrones y tacutacu. Por eso no me produce ninguna perplejidad encontrarme con ciudadanos polacos maravillosamente integrados en la sociedad española, aunque casos como el de Emilia Dowgialo sean más bien singulares.

Dowgialo (Wroclaw, 1983) ha ganado en concurso público una plaza de profesora en la enseñanza secundaria andaluza, pero su oposición no era para enseñar ciencias puras ni música ni idiomas ni bellas artes, sino lengua española, logro que la convierte en una rara avis, pues la lengua materna de Emilia es el polaco y para conseguir su plaza ha tenido que competir con más de mil hispanohablantes de nacimiento. Por cierto, que debo advertir que Dowgialo es doctora en Humanidades por la Universidad de Wroclaw, donde se graduó con una tesis acerca de los viajeros románticos polacos por España y que acaba de ser publicada en Polonia. No obstante, su felicidad sería completa si las nuevas obligaciones no la hubieran obligado a cambiar de vida, pues antes de que nuestra profesora polaca se dedicara a enseñar lengua y gramática española a los niños andaluces era bailaora flamenca profesional.

El primer día que se presentó ante sus alumnos del IES Juan Ciudad Duarte de Bormujos (Sevilla), los chicos creyeron que sería su profesora de inglés, pero desde que la googlearon y encima descubrieron que era bailaora, lo que les enseña la seño no solo va a misa, sino al móvil, porque el amor de Emilia a nuestra lengua resplandece hasta en sus mensajes telefónicos, donde no perdona una tilde, un signo de admiración, una diéresis y hasta las comas vocativas que la mayoría de hispanohablantes no estampan jamás. Y eso por no hablar de su flamencura, pues Emilia es autora de un estudio titulado El dinero es un mareo: aquel que tiene parné es bonito, aunque sea feo. La temática social en las letras de la bulería (Bratislava, 2009).

Las profesionales polacas residentes en España son brillantes —pienso en Marzenna Adamczyk, Monika Poliwka o Sarah Kuzmicz— y por eso he querido añadir a esta selecta enumeración el nombre de Emilia Dowgialo: hispanista, académica, profesora y bailaora flamenca. Ella me confiesa que tiene un cuadro flamenco de compatriotas donde actúan la cantaora Aniela Mikucka, el tocaor Kamil Urbanski y la bailaora Eliza Miscior. Le pregunto por el cantaor granadino El Polaco y me dice que no le extraña que le llamen así porque “El polaco tiene soniquete”. 

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