África No es un paísÁfrica No es un país
Coordinado por Lola Huete Machado

África mejora en buena gobernanza, a pesar de todo

El índice elaborado por la Fundación Mo Ibrahim muestra que el PIB combinado del continente ha crecido casi un 40% en la última década pero que no ha repercutido en la mayoría de los africanos

Trabajos en una calle de Uagadugú, Burkina Faso.Chema Caballero

El Producto Interior Bruto (PIB) del conjunto de los países que integran África ha crecido en la última década, pero no ha servido para crear nuevas oportunidades económicas que beneficien a los ciudadanos. Este es uno de los indicadores que señalan que el progreso de la gobernanza pública en el continente se queda por detrás de las necesidades y expectativas de una población en constante crecimiento, compuesta principalmente por jóvenes. Así se desprende del análisis del informe elaborado por la Fundación Mo Ibrahim: 2018 Ibrahim Index of African Governance, que cada año, desde hace 12, evalúa la gestión política y social de 54 países africanos.

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El índice de este año muestra muchas tendencias positivas. Por ejemplo, 15 de los 34 países que registran avances en la gobernanza general en la última década aceleran su ritmo de mejora en los últimos cinco años. Entre ellos Costa de Marfil, Marruecos y Kenia muestran la progresión más impresionante. En todo el continente destacan las mejoras en los indicadores relacionados con salud e infraestructura. También se observan avances en lo que respecta al Estado de derecho y la transparencia y responsabilidad, aunque todavía quede mucho por hacer en ese último campo.

Sin embargo, África se enfrenta a un aumento demográfico sin precedentes y las áreas de gobernanza no avanzan lo suficientemente rápido como para mantenerse al día con las crecientes demandas de la ciudadanía y, más específicamente, para dar respuesta a las cada vez más altas expectativas de los jóvenes, que ahora suponen la mayoría de la población del continente (el 60%) y se espera que aún aumenten en casi un 20% en la próxima década. Además, la puntuación en educación cae en la mitad de los 54 países analizados. Esto supone que ahora los jóvenes reciben una educación primaria de menor calidad que en el pasado, lo que levanta dudas y temores sobre el futuro del continente y la posible inestabilidad social que pueda generar la frustración de este colectivo.

Los gobiernos africanos no han sabido convertir el crecimiento económico en oportunidades para los ciudadanos

El informe señala que si bien el PIB combinado de África ha crecido en un casi 40% en la última década, la mayoría de los africanos no ha obtenido mejoras en sus vidas. Se trata de una gran oportunidad perdida. Este es quizás uno de los puntos que más preocupan a los analistas que han elaborado el índice. Según ellos, el crecimiento económico se ve significativamente frenado por la ineficacia de los gobiernos africanos a la hora de traducirlo en oportunidades económicas sostenibles que podrían mejorar la calidad de vida de los ciudadanos. Las cifras son muy claras en este sentido: desde 2008, el promedio de África en esta categoría prácticamente no se ha movido, lo que contrasta con el crecimiento de la población, que ha aumentado un 26% en los últimos 10 años. Esto se traduce en un estancamiento de la economía.

El índice también señala que el espacio político y cívico de los africanos se ha reducido poco a poco, como lo demuestra el empeoramiento de las tendencias de algunos indicadores de la categoría de participación y derechos humanos. Los elementos analizados que obtienen peor calificación son participación de la sociedad civil, derechos civiles y libertad, libertad de expresión y libertad de asociación y reunión. Como contraste, señalar que en el apartado de elecciones democráticas mejora notablemente. También son buenos los datos sobre gobierno general, que mantienen un crecimiento moderado durante la última década. Tres de cada cuatro africanos (el 71,6%) vive en un país donde la situación general ha mejorado.

En definitiva, los países que obtienen las puntuaciones más altas en este índice son aquellos que brindan mayores derechos y bienestar y cuyos gobiernos son responsables ante sus ciudadanos. Por eso, el informe afirma que África se encuentra en un punto de inflexión y que, consecuentemente, los próximos años serán cruciales para el continente.

Los países que obtienen las puntuaciones más altas en este índice son aquellos que brindan mayores derechos y bienestar y cuyos gobiernos son responsables ante sus ciudadanos

Este informe es una herramienta que ayuda a medir la evolución de los diversos elementos que configuran el concepto conocido como buena gobernanza. La lectura de sus datos permite que los líderes africanos entiendan en que aspectos deben mejorar la gobernabilidad en sus países para que sus ciudadanos puedan perseguir buenos resultados económicos y progreso en el desarrollo. Es elaborado anualmente por la fundación del multimillonario sudanés Mo Ibrahim y utiliza 102 indicadores para su elaboración. Este año ha tomado en cuenta cuatro categorías marco: desarrollo humano, oportunidades económicas sostenibles, participación y derechos humanos, y legalidad y seguridad.

Al igual que en ediciones anteriores, los primeros puestos del índice están ocupados por Mauricio, Seychelles y Cabo Verde. En el otro extremo del elenco se encuentra Somalia con el peor gobierno de todo el continente, seguido de cerca por Sudán del Sur, Libia, Eritrea y República Centroafricana.

Las dos principales economías del continente se mantienen relativamente estables: Sudáfrica que retrocede ligeramente y se sitúa como el séptimo país mejor gobernado de África, y Nigeria que con una ligera mejoría ocupa el puesto 33.

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