Terror también es nombre de mujer

La escritora Margaret Oliphant (1828-1897).

Un mayordomo que, asustado por los ruidos, cierra los postigos en la oscuridad con la ayuda de un candelabro. Los suelos crujen a sus pies mientras las pesadas cortinas se corren en un estruendo. El señor se levanta del lecho importunado y se enfunda su robe de chambre. Lívido, contempla cómo una figura espectral cobra forma ante su atónita mirada. Personajes así, en esos contextos y rodeados de tales detalles, solo podrían haber salido de un relato de época victoriana. La editorial Impedimenta ha seleccionado y compendiado una veintena de estos cuentos en el volumen...

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Un mayordomo que, asustado por los ruidos, cierra los postigos en la oscuridad con la ayuda de un candelabro. Los suelos crujen a sus pies mientras las pesadas cortinas se corren en un estruendo. El señor se levanta del lecho importunado y se enfunda su robe de chambre. Lívido, contempla cómo una figura espectral cobra forma ante su atónita mirada. Personajes así, en esos contextos y rodeados de tales detalles, solo podrían haber salido de un relato de época victoriana. La editorial Impedimenta ha seleccionado y compendiado una veintena de estos cuentos en el volumen Damas oscuras. De Charlotte Brontë a Vernon Lee o Willa Cather, el libro recoge algunas de las historias de fantasmas más espeluznantes escritas exclusivamente por mujeres (anglosajonas) en el tenebroso siglo XIX.

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