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La solidaria puesta a punto de una máquina de coser

Los hermanos Wood arreglan objetos desde hace 30 años en Belfast para enviarlos a otros continentes

John Wood arregla una máquina de coser en la estancia más amplia del taller, atiborrada de llaves inglesas, martillos y aparatos para repararlos. La jornada es de 8 de la mañana a 5 de la tarde, aunque -dependiendo de la proximidad de un envío- suele extenderse. “Estábamos involucrados en grupos radicales y estudiábamos cuáles eran las causas de la desigualdad en el mundo, cómo funciona el poder, cómo se nutren de la pobreza las multinacionales o cómo se destroza el medio ambiente con metas económicas y nos vimos en la desmoralizante situación de resolver la duda de cómo cambia esto una persona sola”, acusan como germen del inicio de Tools for Solidarity.JAVIER ARCENILLAS
Stephen Wood llega en bici al taller. Los componentes de Tools for Solidarity atraviesan sobre dos ruedas la ciudad desde el apartamento donde viven juntos para ir a trabajar. Eso implica, la mayoría de las veces, soportar un frío de nieve y las constantes lluvias de la capital norirlandesa. Cada uno, incluidos los fundadores, tiene una paga semanal de 60 libras (unos 74 euros) para gastos domésticos: agua, luz, calefacción y comida.JAVIER ARCENILLAS
Cientos de máquinas de coser reposan entre estanterías de un taller de dos plantas. La idea de que cada uno pueda tener su propio empleo -autónomo, sostenible y duradero- les ha llevado en los últimos años a vender un pequeño kit de materiales y un curso de formación para que, por una cantidad anecdótica, cualquiera (pero sobre todo los grupos más vulnerables) pueda mantener su propio empleo.JAVIER ARCENILLAS
Una voluntaria arregla una máquina de coser. Cuando esta llegue a su futuro usuario, tendrá las herramientas necesarias para que la pueda arreglar por sí mismo y será de un modelo del que no les cueste encontrar piezas. Además, salvo demandas especiales, todo es a pedales o manuales ya que si fueran eléctricas se encontrarían, en muchas ocasiones, con la falta de energía.JAVIER ARCENILLAS
En Tools for Solidarity entienden el trabajo de forma comunitaria. Las tareas se reparten entre todos. Cada semana se establecen turnos de cocina o de ser quien apunta las conclusiones de la reunión de los martes. Siguiendo la dieta vegetariana de los fundadores, los voluntarios deben preparar el almuerzo respetando las opciones alimentarias del grupo.JAVIER ARCENILLAS
Stephen Wood controla envíos, actividades y recolectas en la oficina del taller. “La solidaridad no es un camino de un solo sentido. Es compartir los problemas que todos combatimos a diario y darse cuenta de que cada uno es parte de la solución global”, define el fundador. Las preocupaciones que deberían consternando a todos son el maltrato animal, el calentamiento del planeta, la explotación desmesurada de recursos o el desequilibrio de oportunidades entre clases sociales y continentes. JAVIER ARCENILLAS
Habrá quien los catalogue como jipis, pero cuando uno se interna en sus pasillos, la figura que aparece es la de ‘currela’ de taller de extrarradio. Los ideales se convierten aquí en mucho esfuerzo y el intento de cambiar de forma real un contexto depauperado. Tools for Solidarity ha resistido tres décadas creando alianzas con pequeñas iniciativas. Evalúan sus necesidades y fijan unos objetivos al alimón, siendo conscientes de que su actividad durante décadas “ha tenido muy poca repercusión”.JAVIER ARCENILLAS
En origen, todo era gratuito y la gestión versaba en las contrapartes. Desde hace pocos años, y centrados casi por completo en SIDO (Small Industries Development Organization), una entidad de Mwanza, han modificado su línea de actuación: ahora venden kits individuales por una pequeña cantidad (unos 20 euros: aquí anecdótica, allí importante) e incluyen cursos de formación. “Así evitamos casos de corrupción a pequeña escala de gente que las pedía gratis y las revendía, Y nos aseguramos de que los interesados lo son de verdad y le van a dar un uso, porque empeñan sus ahorros en esto”, señalan. JAVIER ARCENILLAS
La asociación de Belfast proviene de la matriz inglesa Tools for Self-Reliance (TFSR). Empezaron colaborando con una pequeña organización local (Ulster Cares, sección de Action Aid) que también recolectaba herramientas y poco después vieron que TFSR era una buena iniciativa: promocionaba la sostenibilidad y otorgaba carne a la palabra solidaridad “antes de que estos conceptos fueran un lugar común”.JAVIER ARCENILLAS