El acelerador Rajoy

El inmovilismo de Rajoy puede acelerar el cambio de políticas en España. El PP ha cerrado la puerta a cualquier fórmula de gobierno encabezada por otro candidato. Rajoy gana, pero a un coste que, si los partidos de la oposición son inteligentes, debería traducirse en ventajas políticas considerables. Apoyar la investidura de Rajoy cuesta más que la de Sáenz de Santamaría u otro político del PP que encarnara de forma creíble el compromiso de lucha contra la corrupción. Ya no hablemos tras el reciente procesamiento al PP por destruir los ordenadores de Bárcenas. Un Gobierno presidido por Rajoy, ...

El inmovilismo de Rajoy puede acelerar el cambio de políticas en España. El PP ha cerrado la puerta a cualquier fórmula de gobierno encabezada por otro candidato. Rajoy gana, pero a un coste que, si los partidos de la oposición son inteligentes, debería traducirse en ventajas políticas considerables. Apoyar la investidura de Rajoy cuesta más que la de Sáenz de Santamaría u otro político del PP que encarnara de forma creíble el compromiso de lucha contra la corrupción. Ya no hablemos tras el reciente procesamiento al PP por destruir los ordenadores de Bárcenas. Un Gobierno presidido por Rajoy, lejos de ser una losa, es una oportunidad de oro para PSOE, Ciudadanos, PNV o cualquier partido interesado en avanzar su agenda política desde el Parlamento.

Con un PP dirigido por una cara renovadora, los partidos de la oposición tendrían menos margen. Por ejemplo, Ciudadanos podría negociar un aumento del permiso de maternidad y paternidad de las 18 semanas a, digamos, las 20 o 22. O el PSOE una ayuda puntual para los ciudadanos más castigados por la crisis. Pero, con Rajoy de presidente, se puede pedir un precio más alto. ¿Por qué no 26 semanas de permiso maternal y la puesta en marcha de un ingreso mínimo vital para cientos de miles de familias?

La oposición debería tomar la iniciativa. Fijar condiciones ambiciosas en lugar de esperar las “ofertas del PP”, escudándose en que la “responsabilidad es de Rajoy”. Si Ciudadanos o PSOE pidieran unas políticas visibles, se podrían adjudicar los réditos electorales derivados de las mismas, amén de retratar al PP en caso de que se resistiera a aceptarlas.

Pero hacen lo contrario. El PSOE no negocia con el PP políticas sociales que beneficiarían a sus votantes, y a sí mismo si fuera capaz de explicar bien los acuerdos (que es la tarea de un político). Y ofrece apoyo al PP en “temas de Estado”. Es decir, asuntos de los que, por definición, no puede adueñarse electoralmente un partido de oposición. Ciudadanos también prefiere un apoyo vago y gratuito, como la abstención, a uno concreto y costoso para el PP. Rajoy va lento, pero el resto va en contradirección. @VictorLapuente