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Sudán del Sur suspende en educación

Más de la mitad de los jóvenes sursudaneses no están escolarizados

Más de la mitad de los jóvenes sur sudaneses no están escolarizados, según el Fondo de la ONU para la infancia (Unicef). Esta es la proporción más alta del mundo, por detrás de países como Níger o Afganistán. Debido al conflicto aún presente en algunas zonas del país, unido a la falta de infraestructuras y de profesores capacitados, sólo 1 de cada 10 alumnos que se escolarizan, consiguen terminar la educación primaria.
El conflicto entre diferentes etnias y la lucha de poderes de sus líderes están teniendo como consecuencia que el Gobierno de Sudán del Sur dedique una escasa atención al establecimiento de un sistema educativo sólido que permita a su población salir del analfabetismo generalizado en el que se encuentra. El 73% de su población es analfabeta y el 70% de los jóvenes de entre 6 y 17 años nunca ha pisado un colegio.
Aunque el Gobierno firmó un acuerdo de paz en agosto de 2015, la violencia persiste en determinadas áreas. En algunas zonas, las infraestructuras son pésimas o inexistentes, pues muchos colegios fueron destruidos durante la guerra. Existe además una necesidad importante de profesores cualificados. Sólo el 4% del presupuesto nacional se destina a educación (en España es el 9,5%), mientras que la mayor parte del mismo se destina a defensa (10%).
Los profesores, cuyo salario no supera las 300 libras sur sudanesas mensuales, es decir, unos 20 euros dependiendo de la tasa de cambio, pueden ver pasar varios meses antes de cobrarlo. Éste muchas veces no les llega ni para pagar las necesidades básicas, por lo que se ven obligados a realizar otros trabajos al mismo tiempo, o incluso a abandonar por completo esta profesión. Teresa S. Ravina
Muchos profesores no hablan inglés, el idioma oficial de enseñanza del país desde su independencia, ya que antes de ésta, el idioma oficial era el árabe. Pueden encontrarse también casos en que los profesores no han completado la educación secundaria, o ni siquiera la primaria. Esto, sumado a la falta de material escolar que sirva de apoyo, repercute también en la calidad de la educación.
Existen colegios privados, pero solo son accesibles para unos pocos. Sin embargo, en dicho caso tampoco esta asegurada una educación solida o de calidad ya que su financiación proviene en parte de los propios padres, en su mayoría, funcionarios del Estado, que ven igualmente su salario ingresado de manera intermitente a causa del conflicto. Las clases más pudientes, miembros del Gobierno, optan por enviar a sus hijos a colegios de países vecinos como Uganda, Kenia o incluso Estados Unidos.
Las bibliotecas son prácticamente inexistentes en cualquier parte del país. Las pocas que hay se nutren de los libros que el personal internacional, en su mayoría, trabajadores de ayuda humanitaria, va dejando a su paso, así que no es extraño encontrar material en diferentes idiomas, bibliografías de personajes históricos y gran cantidad de libros de viajes. La financiación para el mantenimiento de las infraestructuras proviene de la donación de organizaciones no gubernamentales. Teresa S. Ravina
En el contexto de incertidumbre en el que se encuentra sumergido Sudán de Sur, donde prevalecen los conflictos internos, los intereses individuales de los líderes y la corrupción por encima del interés común, el futuro de su sistema educativo no es alentador. La fuerte presencia de las organizaciones internacionales suponen un alivio para los que consiguen beneficiarse de ellas. Sin embargo, sin el apoyo e implicación del Gobierno por crear una base sólida, su sostenibilidad difícilmente estará asegurada.