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El Yongoma es de todos

Cuando el agua escasea y la economía es precaria, surgen las tensiones. Resolver los conflictos y lograr una gestión sostenible de este recurso son las prioridades de las asociaciones de usuarios de la Reserva Natural de Chome, en Tanzania

La agricultura de subsistencia es la principal actividad económica de la región, donde dos tercios de la población vive bajo el umbral de la pobreza. Hasta 2008, actividades como la tala de árboles y la minería eran fuentes de ingresos habituales, pero fueron prohibidas cuando que se protegió la zona. En la imagen, una mujer trabaja la tierra en la localidad de Ntenga.Lola Hierro
El río Yongoma en su curso medio, a su paso por la Reserva Natural de Chome. El aumento de la población y de las actividades productivas que utilizan su agua, unido a una reducción y una mayor variabilidad de las precipitaciones causadas por el cambio climático, hacen que la presión sobre él haya aumentado de manera muy notable en las últimas décadas.Lola Hierro
Ezequiel Warema Mbwambo, Juma Ibrahim Juma y Lea John Njema son miembros de la WUA del Yongoma, la asociación de usuarios de esta zona que regula la gestión sostenible del agua. Una de sus labores es resolver conflictos entre comunidades generados por la utilización de este recurso. En su cuaderno de registro figura que, desde su creación en diciembre de 2013 hasta hoy, el número de incidencias anuales se ha reducido de 50 a 15.Lola Hierro
Vista desde lo alto de la Reserva Natural de Chome. Al fondo se divisan los cultivos de arroz de la cooperativa Ndungu Irrigation Cooperative Scheme. Para cultivar este cereal se necesita abundante agua y, con 680 hectáreas de plantaciones, la empresa está consumiendo el 70% del caudal del Yongoma. Esto ha creado tensiones con comunidades de las zonas altas, que no ven con buenos ojos este consumo tan excesivo de agua pese a que la compañía tiene autorización para hacerlo y paga la cuota correspondiente. Es uno de los conflictos en los que la WUA ha intervenido para mediar.Lola Hierro
Leah Jhon Njema camina a orillas del lago Kalemawe, formado tras la construcción de la presa del mismo nombre, en 1956, por los colonos británicos para apoyar las actividades agrícolas de los pastores de la etnia Pare de los alrededores que habían sido desalojados de sus tierras para crear la reserva de caza de Mkomazi que posteriormente se convertiría en parque nacional. Hoy, el lago está desapareciendo debido a la destrucción del medio ambiente por parte de los vecinos que viven a lo largo de su orilla. .Lola Hierro
Una de las misiones de la WUA del Yongoma es proteger el lago Kalemawe. Los rebaños de cabras y los burros de las comunidades masai pastan en sus alrededores. Cuando el nivel del agua sube por las lluvias, esta queda contaminada por los excrementos de los animales.Lola Hierro
La WUA también se enfrenta a la pesca ilegal, aquella que se hace con redes de agujeros demasiado pequeños que atrapan peces que aún no tienen el tamaño mínimo para ser consumidos. Otros pescadores introducen en el agua el extracto de una planta venenosa que mata rápidamente a todos los peces que se encuentren cerca. Aunque efectiva, esta técnica destruye toda la fauna y flora del río y contamina su agua.Lola Hierro
Los masai son pastores nómadas que recorren el norte de Kenia y sur de Tanzania con sus reses en busca de los mejores prados. Desplazados durante décadas de su entorno, han tenido que adaptarse diversificando su economía, y ahora no solo se dedican a la ganadería sino también a otras actividades como la artesanía o los negocios. Tienen prohibido llevar a las ovejas a pastar al lago Kalemawe pero no consideran válidas esas leyes y, simplemente, las ignoran. En la imagen, tres chicos masai se marchan en un camión del mercado de los viernes de la localidad de Mgagu.Lola Hierro
Quienes talan árboles lo hacen de manera ilegal y se enfrentan a multas de hasta 100.000 chelines tanzanos (40 euros), una fortuna si se tiene en cuenta que el sueldo medio mensual en Tanzania es de unos 60 euros. En la imagen, una mujer masai carga con un montón de leña en los alrededores del lago Kalemawe.Lola Hierro
Mav Elienza Ganga (con gorro) es el líder de la comunidad de Lugulu, enfrentada con la cooperativa de arroz por el uso del agua. Defiende que en su comunidad siempre se ha aprovechado este recurso como se ha querido, sin reglas. Después de varias negociaciones, ha aceptado que durante 12 horas al día el agua sea utilizada por su comunidad y durante las otras 12, por la arrocera.Lola Hierro
Abed Saleh, presidente de la cooperativa de arroz de Ndungu. Saleh, sentado tras la mesa de su despacho, apunta que en 2015 se ha reducido la plantación a 189 hectáreas y que 1.400 empleados y unas 320 familias dependen económicamente de este negocio.Lola Hierro
Esta es una de las áreas d e recarga de la Reserva Natural de Chome. Estas zonas están protegidas por constituir una pieza fundamental dentro del ciclo integral del agua en estas cuencas. Recogen, filtran y liberan de manera progresiva el agua de lluvia de las montañas que luego engordará el caudal del Yongoma. Está prohibida toda actividad humana en ellas pero muchos agricultores cultivan allí debido a las buenas condiciones de su suelo. La alteración de estas áreas repercutirá en la vida de miles de personas en los cursos medio y bajo del río.Lola Hierro